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  • Por qué 'Separación' no es la nueva 'Lost'

    » Diario Cordoba

    Fecha: 29/03/2025 11:28

    Separación es ya la serie más vista de la plataforma Apple. Con su segunda temporada, recientemente finalizada, el número de seguidores de los misterios planteados en torno a la maquiavélica Industrias Lumon se ha incrementado. A esta subida han ayudado el boca a boca y, sobre todo, el acuerdo de Movistar que ha permitido a sus abonados seguir los contenidos de la plataforma de la manzana. Aprovechando que se trata de una de las series del momento, son muchos los análisis que la comparan con lo que fue Lost en su día. Pero no hay que equivocarse. Cada una tiene su esencia particular y su propio ritmo. Hay misterios y cliffhangers, sí; pero el tono de una y otra es bien distinto. Ambas abordan la ciencia ficción desde un enfoque poco convencional. Mientras que Lost nos trasladaba a una paradisíaca isla en el Pacífico Sur; en Separación la trama transcurre en una oficina, donde sus trabajadores van con chaqueta y corbata y se pasan la jornada procesando datos en el ordenador, en una ciudad donde el día es siempre gris y frecuentemente nieva. Se acerca el invierno, por usar un símil con otra serie que también fue un fenómeno como Juego de Tronos. Volviendo a la comparación entre Lost y Severance, mientras que la primera es más expansiva y aventurera; la segunda nos traslada a entornos opresivos y claustrofóbicos. En común también tenemos a grupos de fans en las redes analizando cada plano y lanzando teorías sobre sus simbolismos. Era este tipo de cosas lo que convirtió a Lost en el fenómeno que fue. Esperamos que ese entusiasmo no se eche por tierra cuando llegue el episodio final. Tres años hemos tardado en poder ver cómo continuaba aquel trepidante cliffhanger con el que nos cerraron la primera temporada. Quizá la huelga que paralizó Hollywood hace un par de años haya podido influir en este retraso, pero este en tiempo sus creadores han podido madurar ideas y ver posibles maneras de continuar la historia sin que esto fuera alargar el chicle. De hecho, al principio de la nueva temporada parecía que nos iban a cambiar a medio reparto. Sin embargo, los bandazos iniciales solo eran la manera de garantizar que las cosas volvieran a su status quo y que todo fuera como antes. Una jugada parecida a la que hizo hace poco El Juego del calamar. Separación tiene garantizada una tercera temporada, cuya preproducción parece estar muy avanzada, con lo que no vamos a tardar tanto en poder disfrutarla. Porque al igual que pasó en la primera temporada, pese a haber tenido un ritmo más pausado, nos han dejado otro final de infarto. La trama transcurre en una misteriosa corporación, Industrias Lumon, que ha desarrollado una tecnología que permite separar la mente de sus empleados entre el ámbito personal y profesional. El dentri y el fueri, traducción al español de innie y outie. El fueri no tiene ni idea de lo que hace su dentri en el trabajo, mientras que el dentri tampoco sabe a qué se dedica su fueri al llegar a casa. Los paralelismos con un nuevo tipo de esclavitud estaban servidos, puesto que el dentri se pasaba toda su vida trabajando y produciendo, para que su fueri disfrutara de sus ratos de ocio, sin estrés ni preocupaciones. Si en Lost, teníamos a la Iniciativa Dharma como corporación que se corrompió mientras trataba de explotar los recursos de la paradisiaca isla; en Severance, parece haber algo de secta al frente de Industrias Lumon, con un enfermizo culto al líder. Curioso para una serie producida por Apple. La primera temporada concluía con la rebelión de los protagonistas que habían urdido un plan para dar a conocer la verdad de lo que ocurría tras las paredes de Lumon. Mientras que Lost está ambientada en nuestro tiempo, aunque hay saltos temporales: no está muy claro en qué época transcurre Severance. Parece la actualidad, pero parece que hace mucho que se aplicó el proceso de separación, lo que trasladaría la trama a un futuro no especificado. De todas maneras, hay una atmósfera de surrealismo en torno a todo lo que ocurre que parece transmitirnos que esto no es nuestra realidad, sino que todo lo que vemos en pantalla es meramente simbólico. Dada la vinculación de Ben Stiller, uno de sus creadores con la comedia, parecería que nos encontráramos ante una versión muy singular de The Office. Se juega con los colores para enfatizar esas metáforas. El blanco, el azul o el verde son los colores relacionados con Lumon; mientras que el rojo, el naranja o el morado subrayan la individualidad y la rebeldía. Los objetos que decoran las estancias de Lumon refuerzan esa atmósfera de irrealidad y que nos recuerdan a otra siniestra corporación, Amaya en la serie Devs. La segunda temporada de Separación ha dado un salto más allá a la hora de resaltar las diferencias entre dentris y fueris, de tal manera que hemos podido comprobar cómo pueden acabar siendo personas diferentes compartiendo el mismo cuerpo, con intereses que no tienen por qué coincidir y experiencias vitales muy diferentes. Mark Scout (Adam Scott) se somete al proceso de Separación tras quedarse viudo y que su dentri trabajara, mientras él trataba de superar su dolor. Que su mujer estaba viva era una de las grandes revelaciones de la primera temporada. En estos nuevos episodios vamos más allá, porque una de las tramas principales gira en torno a descubrir en qué sótano la tienen escondida y qué es lo que pretenden hacer con ella. La operación de rescate es un verdadero descenso a los infiernos donde las luces de alarma cambian al rojo las blancas paredes de Lumon. Como Orfeo es busca de Eurídice, Mark baja al inframundo a rescatar a su amada. El problema es que su dentri tiene su propia agenda y ama a otra persona. Él está enamorado de Helly (Britt Lower), cuya fueri resulta ser Helena Eagan, miembro de la familia que controla Industrias Lumon. Ya tenemos otro conflicto de intereses. Aunque para conflictos, el más divertido es el de Dylan (Zach Cherry) que descubre con estupefacción de su mujer se ha enamorado de su dentri, porque tiene todas las cualidades que él tenía antes de que la vida le desgastara. No tiene esos problemas de dentris y fueris el personaje de Harmony Covel (Patricia Arquette) que siempre ha sido ella misma, aunque ha simulado ser otras personas. En esta segunda temporada, su personaje se siente traicionado por industrias Lumon y pasa de ser una de sus directivas más resolutivas a una resentida en busca de venganza. Al final se convierte en la aliada inesperada de los protagonistas en su particular revolución. ¿Sería el equivalente al personaje de Benjamin Linus (Michael Emerson) en Lost? La serie está sabiendo resolver los misterios que plantea a lo largo de sus tramas, aunque se toma su tiempo en desarrollar la acción. Hemos tenido un par de capítulos esta segunda temporada que se apartaban de la trama principal para desarrollar la historia de sus secundarios, ampliando y encaminando sus horizontes. La segunda temporada nos ha dejado un final de hora y media de duración que nos ha dado muchas respuestas, pero no todas. Hay incógnitas de sobra para seguir manteniéndonos pegados a la pantalla otra temporada más.

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