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Parana » El Once Digital
Fecha: 28/03/2025 07:30
Los peregrinos acudieron en masa a la ciudad italiana de Asís, una localidad medieval en la cima de una colina, para venerar no sólo a dos de los santos más célebres de la Iglesia católica, San Francisco y Santa Clara, sino también al más reciente: Carlo Acutis, el primer santo millennial, quien será canonizado el 27 de abril. “San Francisco, Santa Clara, por supuesto, son santos importantes que marcaron una época, pero que están muy lejos de los adolescentes de hoy. Carlo es como los chicos”, dijo Maria Rosario Riccio, madre y educadora quien visitó recientemente el santuario de Acutis con un grupo juvenil parroquial de 50 integrantes del sur de Italia. “Es casi un santo de nuestro tiempo, que puede mostrar a los adolescentes que es posible amar a Jesús y ser un joven normal”. El grupo hizo fila para entrar al Santuario della Spogliazione (Santuario del Despojado), una iglesia sombría, también conocida como Santa María la Mayor, que marca el lugar donde hace más de 800 años San Francisco renunció a las riquezas de su familia. Allí, rezaron junto al monumento donde se exhibe el cuerpo de Acutis, vestido con jeans, una remera y zapatillas deportivas. El cuerpo de Acutis permanece incorrupto Cientos de personas desfilaron ese sábado, entre ellos un sacerdote y sus feligreses de las islas Azores, una monja de Colombia y sus hermanas pasionistas, y una familia con dos adolescentes de cerca de Venecia. Algunos aferraban rosarios, otros se tomaban selfies o tocaban el cristal protector frente al joven aparentemente dormido, quien murió de leucemia a los 15 años, en 2006, y genera una devoción que asombra incluso al obispo de Asís. “Veo aquí un volcán de gracia en erupción... No puedo creer lo que veo”, indicó el reverendo Domenico Sorrentino. Cuando se convirtió en obispo hace dos décadas, la iglesia junto a su residencia, justo al lado de la calle principal, quedó “olvidada” por las multitudes que visitaban la monumental Basílica de San Francisco. Según el religioso, durante el último año más de un millón de peregrinos han rendido homenaje a Acutis, atraídos por su “sonriente forma de vivir nuestra fe”. La imagen alegre del adolescente con una camiseta roja y una mochila es tan popular en las tiendas de recuerdos de la ciudad como la de Francisco con su sencillo hábito marrón. La dueña de una tienda compró un ícono bendecido la primera vez que fue al santuario y lo tiene pegado a su caja registradora. “Tenía mucha curiosidad por este nuevo santo que atrae a la juventud”, destacó Silvia Balducci. Tanto la Iglesia como su familia describen a Acutis como un chico italiano excepcionalmente devoto, pero por lo demás normal, quien obra milagros después de su muerte prematura precisamente al atraer a los jóvenes a la fe, mientras la mayoría de sus contemporáneos abandonan la religión organizada. Una persona normal “Carlo no era un extraterrestre, era una persona normal. Pero cuando es iluminada por la luz de Cristo, una vida se vuelve extraordinaria”, dijo su mamá, Antonia Salzano Acutis. “Siempre rezamos a los santos, y al final, ¿qué hicieron los santos? Abrieron las puertas de sus vidas a Cristo”. Aunque ella no era católica practicante cuando él nació, solía bromear con su esposo al referirse a su hijo pequeño como “un pequeño Buda”, por su generosidad, su atención a los demás y su alegre obediencia. Él desarrolló un interés precoz por la fe, como el deseo de entrar en cada iglesia para “decirle hola” a Jesús y a María. Más tarde, empezó a asistir a misa, a adorar al Santísimo Sacramento y a rezar el rosario a diario, a la vez que entretenía con bromas a sus amigos. “Esta era un poco una forma de ocultar su vida de fe, porque Carlo sabía que sus amigos no podían entenderlo”, expuso su madre. Similitudes con San Francisco Acutis solía ayudar a los indigentes y no le interesaban las formalidades habituales de un chico adinerado en Milán. Pedía a sus padres que donaran a los pobres lo que habrían gastado en otro par de zapatillas para él, e insistía en que quería dar clases de catecismo en su parroquia en lugar de irse de vacaciones a esquiar a complejos turísticos de lujo como sus compañeros. “Y hay más similitudes con San Francisco", dijo el reverendo Enzo Fortunato: "San Francisco salió de las iglesias y se fue a las plazas a predicar. Carlo Acutis comprendió proféticamente que hoy las plazas públicas están en línea, en la web. Ahí es donde están los jóvenes, ahí es donde está la gente, así que él vive y lleva el Evangelio a esas plazas. Esa es una de las razones por las que se convertirá en el patrón de la web, internet y las redes sociales”. Para su madre, el que fuera un “puente hacia Jesús” —incluso en su enfermedad terminal— es un legado más importante que cualquier milagro o señal sobrenatural. Pero para convertirse en santo se deben acreditar milagros. Un aspecto del proceso de canonización de Acutis fue la curación de una estudiante costarricense quien quedó al borde de la muerte tras sufrir un accidente de bicicleta en Italia, señaló Sorrentino. El 21 de febrero de 2020, el Papa Francisco aprobó otro milagro atribuido a la intercesión de Acutis, la curación inexplicable de un niño en Brasil que sufría páncreas anular. En un contingente llegado de lago de Garda, Mario Girardi dijo que le impactó mucho que Acutis “hablara con todos, no dejara que nada lo molestara, sino que ayudara a todos”. Mario tiene 13 años, casi la misma edad que tenía Acutis cuando falleció, en 2006.
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