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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 28/03/2025 04:56
La ONG Haciendo Camino comenzó sus primeras acciones en 2006 El futuro es un sendero que se construye; así lo viven desde la ONG Haciendo Camino que desde hace casi dos décadas trabaja en las provincias del norte de Argentina tendiendo redes y creando nuevas realidades. Ticmas conversó con Catalina Hornos, quien dirige la organización desde sus comienzos y quien hoy --18 años después de su primera visita a Añatuya, en Santiago del Estero-- sabe en primera persona la importancia de involucrarse. Lo que comenzó como un Centro en Añatuya creció hasta convertirse en una red de 12 Centros de Desarrollo Infantil y Fortalecimiento Familiar, que atienden a su vez a otras 22 comunidades rurales en Santiago del Estero, Chaco y Salta. A partir de diversos programas, trabajan en romper con el círculo de la pobreza, la desnutrición, y la falta de oportunidades. Un chico mal alimentado entra con un déficit al jardín de infantes que arrastra a lo largo de la primaria El hambre no educa “Un chico mal alimentado, además de mal estimulado, como son los casos de los chicos que nosotros acompañamos, entra con un déficit al jardín de infantes que después lo arrastra a lo largo de la primaria. Ese déficit hace que tengan dificultades para la adquisición de la lectoescritura”, dice Catalina Hornos. Y plantea: “Muchas veces son chicos que están en cuarto o quinto grado y todavía no saben leer ni escribir, empiezan a fracasar a medida que avanzan en la escuela, porque esa mala alimentación también les dificulta o les afecta su capacidad de pensar, de razonar, de procesar la información que reciben en la escuela. Ese fracaso escolar termina haciendo que dejen la escuela tempranamente y que sin tener el título de secundaria completo, lo único a lo que puedan acceder es a trabajos precarios y mal pagos, que dan origen a nuevos hogares con necesidades básicas insatisfechas. Es decir, dan origen a una nueva familia en condiciones precarias que tiene hijos probablemente también desnutridos por la falta de recursos.” “Este es el círculo de la pobreza del que nosotros hablamos, el círculo de la desnutrición y la pobreza que hace que se siga repitiendo porque no se corta en ningún momento y nosotros con este programa de Educación Temprana en Casa tratamos de cortarlo, que los chicos estén bien alimentados y que estén bien estimulados para que no esté anticipado su fracaso escolar”, reflexiona. Haciendo Camino lanzó una colecta para adquirir kits para el espacio de Educación Temprana en Casa, que forma parte del Programa Desarrollo Infantil en Familia. Estimulación temprana: el futuro en juego Siempre se escucha hablar de que los niños pequeños son “esponjas”, que absorben todo aquello que los rodea con la mirada fascinante de la primera vez, de esa simpleza y transparencia que luego empieza a moldearse a lo largo de la vida. “Lo que nosotros vimos en estos años de trabajo es que los chicos que en los primeros años no están suficientemente estimulados, y además no tienen asistencia a centros educativos, ni a jardín de infantes, ni a guardería; son chicos que llegan con una estimulación deficiente para el jardín. Entonces lo que nosotros pensamos fue hacer un programa que permitiera que las mamás aprendan cómo estimular las diferentes áreas de desarrollo para que lleguen sin un desfasaje”, explica Catalina Hornos para afirmar la importancia de esta colecta de kits para el espacio de Educación Temprana en Casa, que forma parte del Programa Desarrollo Infantil en Familia. Se trata de un Programa con actividades concretas y específicas para estimular desde los primeros días de vida hasta los tres años, siendo el empoderamiento de madres y padres clave para el éxito de esta caja de herramientas al fomentar una crianza positiva, emocional y sin violencia. “Esos primeros años determinan mucho el futuro en cuanto a la capacidad de aprender y de insertarse en la escuela después. También los kits son importantes para que los chicos puedan generar capacidades resolutivas, hacer amistades y forjar relaciones a futuro. El correcto desarrollo en la primera infancia es fundamental para que los chicos puedan pensar, comunicarse y expresar sus emociones”, subraya Catalina Hornos. Y agrega: “Lo que buscamos es que estos kits de estimulación temprana o que estas fichas donde se le da a la madre las herramientas o las ideas para estimular a su hijo y los conceptos generales para que puedan ellas ir aprendiendo, constan casi todo de materiales reciclados que se puedan obtener en el ambiente donde ellos viven. Nuestras familias viven del carbón y del ladrillo entonces hay actividades con carbón y con ladrillo, con tierra, con plantas locales. Tratamos de que con el material que tienen en el entorno donde ellos viven puedan estimular a sus hijos en las distintas áreas que son motricidad fina, motricidad gruesa, el lenguaje y el área personal social que tiene que ver con la socialización y con la autonomía.” Catalina Hornos Aprender de la experiencia Cuando le consultan a Catalina Hornos sobre una experiencia que la haya movilizado y transformado en su forma de trabajar y pensar, relata: “Hay un caso de una mamá que le daba las cucharadas de leche líquida en la mamadera a su hija, en vez de leche en polvo, entonces consumía líquido en vez de la leche correctamente. Esa beba falleció, y me permitió entender la importancia de capacitar a estas mamás o acompañarlas de cerca. También sentí la responsabilidad de que en este caso se podría haber hecho más, para evitar que sucediera este desenlace” Y plantea: “Para nosotros son cosas obvias, pero para ellas no lo son por sus bajos niveles de instrucción, y con el aislamiento del que ellas vienen, que muchas veces fueron criadas en el campo, está bueno poder transmitirles ciertos conceptos que para nosotros son obvios. Siempre destacamos la importancia de fortalecer el vínculo entre madre-hijo, haciéndoles entender que ellas son las principales agentes de salud de sus hijos. Nuestro rol es conectar a esa mamá con ese hijo y que el vínculo se establezca adecuadamente” Otra historia que le permitió reafirmar la importancia de ese vínculo fue cuando: “Una madre tenía a su bebé con desnutrición muy grave y le insistimos en que si no se internaba, iba a morir. La respuesta de ella fue que no le importaba porque si se moría podía tener otro bebé. A partir de esta respuesta, pudimos identificar que esta madre estaba muy deprimida y decidimos acompañarla. Finalmente pudimos lograr que ella se reconectara con su hija, que se recupere, y que los otros hijos que tuvo no tuvieran desnutrición ni déficit. Pudo entender la importancia de su rol y como ella era muy importante en la vida de sus hijos. Es fundamental de entender a las familias y poder trabajar en el valor del amor y de la conexión”. A la hora de reflexionar sobre cómo fue la evolución de liderar Haciendo Camino, Catalina plantea: “Uno va cambiando y aprendiendo cómo liderar un equipo, cómo buscar otras personas que sean especialistas y que puedan aportar su mirada. Al principio las cosas pasaban mucho por mí, por decisiones mías y después fuimos consiguiendo, contratando, pudiendo sumar al equipo especialistas de nutrición, de estimulación temprana, especialistas en el área social, médicos, distintas personas que son asesores que nos permiten hacer bien cada uno de los programas. También mejoramos mucho en lo que tiene que ver con procesos, con lo cual la dirección hoy de la organización tiene más que ver con formar líderes que puedan llevar adelante los proyectos en cada una de las localidades con nuestro modelo bien probado y sistematizado.” Programas activos en Haciendo Camino: Sumarse es la propuesta Con el foco puesto en el desarrollo integral de niños y niñas de 0 a 5 años en situación de riesgo social, desde la ONG trabajan ofreciendo servicios que involucran a la familia a partir de educación en nutrición y seguridad alimentaria, estimulación temprana, acompañamiento familiar, talleres de manualidades y educación para la salud. También poseen un programa para embarazadas para garantizar que se cumplan con todos los controles médicos necesarios respetando los derechos de la madre y del niño por nacer. Otro de los programas es el de oficios en el que se fomentan aprendizajes básicos para la autonomía económica de las mujeres. Haciendo Camino también ofrece Hogares de tránsito. En Añatuya alojan a niños de ambos sexos judicializados de entre 0 y 18 años que se encuentran en diversas situaciones de riesgo social. El hogar cuenta con clases de apoyo escolar y talleres recreativos, viajes y propuestas pedagógicas para que los niños puedan desplegar sus talentos naturales. También poseen el Hogar “Casa de Madres” en la misma localidad que está destinado a madres e hijos que han tenido que dejar su domicilio habitual por situaciones de violencia o alto riesgo social. Por último se encuentra el Programa Salud que trabaja con comunidades aisladas ofreciendo asistencia médica en las áreas de medicina clínica, pediatría, ginecología, otorrinolaringología, traumatología, medicina familiar, oftalmología, fonoaudiología, diagnóstico por imágenes, cardiología, psicología y odontología.
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