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» Diario Cordoba
Fecha: 27/03/2025 21:47
El Congreso aprobó hace una semana la ley contra el desperdicio alimentario, que contempla medidas como la obligación a la hostelería de incluir envases para que sus clientes puedan llevarse las sobras, a los supermercados que donen sus excedentes y que dispongan de líneas de venta productos «feos, imperfectos o poco estéticos» o que todas las empresas vinculadas al sector alimentario cuenten con planes para evitar el desperdicio. Las sanciones más graves podrían alcanzar hasta los 500.000 euros. Aunque gran parte del sector aplicaba ya algunas de estas medidas, todavía hay incertidumbre sobre cómo se va a aplicar la obligatoriedad de otras y cómo va a repercutir en la cuenta final que pagamos los usuarios. Muchos de los bares y restaurantes de Córdoba ya ofrecían la posibilidad de llevarse las sobras en envases. Algunos cobraban por ello, otros no, pero ahora será obligatorio y el Gobierno quiere que sea gratis, que no le cueste nada al comensal, una realidad que ven complicada desde el sector. El vicepresidente de Hostecor, Miguel Ángel Morales, asegura que, aunque todavía no saben cuánto, esta obligatoriedad probablemente va a subir el costo del servicio porque subirá también lo que ellos deben invertir para cumplir con la ley. «Hay que buscar una fórmula, porque indirectamente hay que añadirlo en el escandallo de costes», la unidad donde se controlan todos los costes de un plato o una bebida desde que se producen hasta que se sirven al cliente y que, finalmente, podría repercutir en la cuenta que paga el comensal, con lo que no descartan tener que subir precios porque «repercute en fabricantes, en nosotros y en el cliente». Aún así, Morales asegura que el sector está expectante y que todavía no es un tema que se esté discutiendo ampliamente porque, además, «ofrecer a la gente el servicio para llevar ha existido toda la vida». Para Morales «hay que busca la fórmula, parece fácil pero es complejo porque siempre hay merma, hay que ver cómo será la implantación porque genera un impacto económico importante en los negocios». Morales cree que estas medidas «no son relevantes» y que no van a ayudar a que haya menos desperdicios, mientras que, por otro lado, lo que prefieren hacer en bares y restaurantes es siempre recomendar al cliente, en base al plato y cuántos comensales hay, qué pedir para que no se generen sobras. Los supermercados Los supermercados también se verán afectados por la ley contra el desperdicio y, muchos de ellos, ya aplican desde hace años algunas medidas que ahora vienen en la norma. Supermercados Piedra cuenta desde 2023 con el sistema de descuentos de hasta el 20% en productos con una fecha de caducidad próxima, que está funcionando muy bien y ha conseguido reducir las mermas, según indican desde la empresa. Los descuentos se aplican a todo tipo de productos y marcas. En Deza, por ejemplo, sus promociones no se basan en tener que comprar 3 o 4 unidades de productos para así pagar menos, un tipo de oferta que es común en algunas cadenas de supermercados, para que una familia no tenga que comprar más de lo que necesita. También cuentan con una herramienta informática muy eficiente que limita al máximo la posibilidad de que caduquen los productos, tienen un sistema de liquidación en tienda con una etiqueta amarilla, con precio más bajo, en la que se especifica si un artículo se liquida por fecha próxima de caducidad o por exceso de stocks. Desde este supermercado aseguran que "ya estamos estudiando la ley recién aprobada a este respecto, pero aún no se ha desarrollado un reglamento de aplicación, por lo que no es posible realizar aún un plan específico que articule todas las acciones que ya llevamos a cabo porque desconocemos cómo van a ser los criterios de validación o certificación de las mismas" y agregan que cuando se desarrolle con un reglamento de funcionamiento "se adaptarán los mecanismos que tenemos actualmente y se implementarán los que sean necesarios para el cumplimiento de la ley y de los objetivos que ésta persigue". Mercadona también tiene su propio plan y, además de descuentos en productos próximos a caducar, regula sus pedidos para evitar el sobrestock y dona alimentos al menos a 750 entidades sociales de España. Banco de Alimentos de Córdoba. / A. J. González Pero la ley, además, establece medidas de buenas prácticas para la administración y los distintos eslabones de la cadena que eviten el desperdicio de alimento, como por ejemplo que los establecimientos comerciales dispongan de líneas de venta productos «feos, imperfectos o poco estéticos»; promover el consumo de productos de temporada, de proximidad o ecológicos y a incentivar la venta de productos con la fecha de consumo preferente o de caducidad próxima, de acuerdo a la jerarquía de prioridades de uso. El Banco de Alimentos recibe 500.000 kilos de grandes superficies El Banco de Alimentos de Córdoba lleva varios años recibiendo productos de los grandes supermercados. Solo el año pasado recibieron 500.000 kilos de alimentos solo desde Mercadona, El Corte Inglés, Hipercor, Carrefour y Aldi, pero con la aprobación de la ley «estamos a la expectativa, porque hasta ahora es confuso», comentan desde la organización. El Banco de Alimentos Medina Azahara ya se reunió con Hostecor y, en el encuentro, se abordó la merma de alimentos pequeños dificiles de aprovechar, como puede ser una olla de callos, por ejemplo. «Eso es imposible, tiene fecha de caducidad y se rompe la cadena del frío», agregan. Lo que sí será más aprovechable serán las anulaciones de boda o de catering en los que «suele sobrar mucho» o el momento de renovar el contenido de las cámaras frigoríficas. En cuanto a la merma de productos «las entidades tienen asignado un día a la semana para recoger las mermas de grandes superficies, las que son para consumir inmediatamente», tomando en cuenta la trazabailidad de los alimentos, la cadena del frío y las fecha de caducidad, que en ciertos casos son mínimas. Desde el Banco de Alimentos de Córdoba mantienen la esperanza de que la ley aumente este tipo de donaciones, pero también critican que hasta ahora hay poca información de cómo se va a aplicar. Por otro lado, Cáritas Córdoba asegura que aún no han analizado esta ley porque ni siquiera se ha publicado en el BOE, pero sí afirman que desde los servicios generales de la entidad apuestan por que las personas puedan decidir lo que comen -a través de planes como las tarjetas monedero, por ejemplo- y completar lo que le dan en las parroquias con producto fresco, pero «aún no sabemos el impacto que tendrá ni cómo sería la entrega de esos alimentos». En el caso de Cáritas Córdoba lo que sí es una realidad es que no tienen donde almacenar productos perecederos, lo que también hay que tomar en cuenta. Suscríbete para seguir leyendo
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