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  • Juzgan a un preso por mandar a matar a un exconvicto que no cumplió un encargo de sicariato

    » La Capital

    Fecha: 27/03/2025 15:55

    José Bret debía matar a alguien, pero falló. Un preso de la cárcel de Piñero afronta un pedido de perpetua como quien lo envió al encuentro con sus asesinos A José Francisco Bret le habían ofrecido “una pico (pistola) que martilla y brilla, no falla”. Un preso con el que había compartido celda en la cárcel de Piñero lo había contactado con personas que le entregarían el arma y una moto, con el encargo de matar a alguien. El trabajo no se concretó : el exdetenido perdió la moto en un accidente —luego admitió que no la sabía manejar— y sus contratistas no se lo perdonaron. Tres días después lo citaron a un encuentro sobre la vía de barrio Ludueña y lo acribillaron con doce tiros . Como quien movió hilos desde prisión para que se concretara el crimen de Bret fue acusado su exsocio en el encierro, Gianfranco Boll . El interno de 27 años comenzó a ser juzgado este jueves en un debate oral como coautor de un homicidio calificado por ser planeado entre más de dos personas y agravado por el uso de arma de fuego. La fiscal de Homicidios Marisol Fabbro pidió ante los jueces Trinidad Chiabrera, Silvia Castelli y Nicolás Vico Gimena que sea condenado a prisión perpetua. Los últimos mensajes registrados en el celular de la víctima son parte de la prueba en el juicio. Fue Boll, según esa evidencia, quien citó a Bret a la esquina de Esquiú y Felipe Moré la noche del 6 de mayo de 2021: “Llamate un remís. Acá te pasamos la plata para el remís. Lo más rápido llamate. Que tiene que ser antes de las 11”. El hombre de 41 años fue a la cita acompañado por su novia, que quedó esperándolo cerca de allí en un taxi. Mensajes desde Piñero El preso, a quien Bret tenía agendado como “Gordo Gianfranco”, le pidió cuatro veces que le avisara cuando estuviera por llegar. Le indicó que se bajara del auto y se ubicara en la esquina para que lo vieran las personas que se iban a reunir con él. En teoría, eran las mismas que le habían encargado el trabajo fallido y entregado la moto perdida en el accidente. “Tranki que no te dejo morir”, le dijo el preso, que mandó el último mensaje cuando Bret ya estaba muerto sobre la vía: “¿Y cumpa?”. La fiscal Fabbro acusa a Bell de haber contactado a Bret para que fuera, primero, al encuentro de las personas que le dieron la moto. Y, luego, de haber “propiciado las circunstancias para que otras personas no identificadas concurrieran al lugar a provocar su fallecimiento”. Según planteó en su alegato de apertura, Bret llegó al lugar y fue interceptado por dos personas que le efectuaron múltiples disparos 9 milímetros desde una moto. Alcanzado por doce tiros, murió por una hemorragia de tórax y abdomen. La reconstrucción de los hechos La reconstrucción de la emboscada fue posible gracias a los registros que quedaron en el celular de la víctima y a testimonios de sus conocidos. Ellos contaron que compañeros de Bret en el encierro lo habían contratado para que hiciera un “trabajo” extramuros. Le ofrecieron una pistola y movilidad. El planteo de la fiscalía es que lo mataron porque perdió la moto y no cumplió con el trabajo asignado. Bret vivía en Granadero Baigorria y contaba en su prontuario con causas por delitos contra la propiedad. Meses antes había salido de la cárcel de Piñero donde había compartido celda con Boll, ambos acusados en un mismo caso de robo. Días antes de su muerte le habían encomendado “ir a matar a alguien". Así se lo confió a los suyos. No dijo a quién pero contó que la tarea era en la zona de Avellaneda y Pellegrini y que si cometía el crimen podía quedarse con el auto de la víctima. >> Leer más: Citaron a ex convicto en una esquina de Ludueña y al llegar lo acribillaron a balazos Crimen fallido Para eso, el lunes previo a su muerte había ido a una casa de Esquiú y Felipe Moré donde le entregaron una moto. Nunca hizo referencia a un arma. “En ese tiempo José se drogaba siempre que podía con Rivotril”, contaron sus conocidos. No saben si fue por eso, porque había llovido o porque Bret no supo dominar el vehículo, pero el hombre tuvo el infortunio de accidentarse el mismo día y caer de la moto en Juan José Paso al 6800. Los vecinos llamaron al 911 para avisar que había un hombre tirado junto a una Honda Wave negra sin patente y lo llevaron preso a la comisaría 12ª por averiguación de antecedentes. La moto quedó secuestrada. “Me dieron una moto que no sabía manejar”, les dijo a sus parientes cuando recuperó la libertad, golpeado y con un moretón en el ojo, la madrugada del martes. Como en la casa de sus "contratistas" había olvidado un bolso con pertenencias personales, reanudó el contacto para recuperarlas. Y ofreció entregar su auto con los papeles en pago compensatorio por la moto perdida. Pero “la situación fue empeorando” y las tratativas se demoraban. Hasta que lo convocaron la noche del jueves 6 a la que sería una cita con su muerte. La última conexión a su celular, a las 22.46, fijó la hora del ataque. Los últimos mensajes de la víctima iban dirigidos a Boll, el preso en el pabellón 9 de Piñero que ahora afronta una gravísima acusación en juicio. Días antes del crimen el interno había comentado afligido entre sus conocidos que a Bret “lo habían mandado a hacer un trabajo y se había mandado una macana o se la patinó o hizo algo mal. Se la re mandó. Lo van a boletear”.

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