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» Diario Cordoba
Fecha: 26/03/2025 03:27
La serie «Adolescencia» es una de las más vistas. Es impactante en su narrativa, en su forma y en su fondo. He recibido muchos mensajes y lo que me alarma no es la serie, sino que haya gente que acaba de descubrir lo que cuenta. Y quizás hay una razón de fondo. Lo que relata es algo que ya ha contado y denunciado el feminismo mil veces, pero el problema es que no se nos escucha, no somos autoridad. Aunque «Adolescencia» sea ficción, lo que se narra no lo es. Existe y está moldeando la mente de nuestra juventud. La serie expone la historia de un niño de 13 años acusado de matar a una compañera de clase. En uno de los capítulos, la psicóloga analiza la ira masculina del joven, que se mueve entre el ser popular y atractivo, los ‘likes’ en las redes y el odio a las mujeres. Insisto. Todo lo que cuenta «Adolescencia» ya lo ha contado antes el feminismo. Podemos hacer una miniguía del panorama real que no nos han escuchado hasta ahora. Hemos hablado y denunciado antes la manosfera, redes misóginas y antifeministas en internet. Son los que cada día se dedican a verter odio en redes contra noticias de igualdad y contra las feministas, con campañas de acoso. Al frente, tienen como líderes a ‘youtubers’ o ‘tiktotkers’ machistas, algunos hasta acusados o condenados por malos tratos, que hacen negocio desde el desprecio a las mujeres. Hemos hablado y denunciado antes a los ‘incels’, abreviatura de «célibes involuntarios». Tipos solteros que nos odian. Acusan a las mujeres de no acceder a sus deseos sexuales. Usan una teoría que se llama 80/20, y es que el 80 por ciento de las mujeres persigue al 20 por ciento superior de los hombres, a los mejores. Y que entonces quedan un montón de hombres que no pueden acceder a las mayoría de mujeres. Puede parecer una tontería, pero cometen atentados como el atropello masivo en el centro de Toronto y otros que ya han ocasionado más de 50 personas muertas. La Comisión Europea incluso publicó un informe de estos ‘incels’ y alertó que, en sus comunidades, estos terroristas son considerados líderes, santos y héroes. Hemos hablado y denunciado antes el consumo de porno violento, que se produce desde los 9 años, que deshumaniza a las mujeres, en las que ven solo cuerpos a los que manejar, y que llega a unos adolescentes que no tienen formación afectivo-sexual. Hemos hablado y denunciado antes cómo este clima de odio y desprecio aumenta la violencia machista, relaciones más basadas en celos, dependientes emocionalmente, narcisistas, exigentes, y más controladoras. Parece que si estos avisos de advertencia se cuentan desde las expertas y expertos en estas materias y el feminismo se toma todo por locura. Nos tachan de grupo de amargadas y aguafiestas. La verdad es que, por eso, el feminismo es tan incómodo, porque muestra lo que no se quiere ver. Habrá que dar las gracias de que una serie de televisión provoque la reacción de algunas personas, mientras los padres se preguntan por qué y cómo pudo ocurrir. El problema es que, por no escuchar, esa pregunta siempre llega tarde.
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