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» La Capital
Fecha: 25/03/2025 07:09
Médicos y nutricionistas recomiendan comer más lentamente para no pasar por alto las señales del cuerpo sobre el punto de saciedad Los expertos suelen centrarse en qué tipos de alimentos conviene comer para mejorar la salud, pero la velocidad a la que comemos es tan importante como el tipo de comida. Si sos la clase de persona que puede terminar regularmente el desayuno, el almuerzo o la cena en menos de 20 minutos o incluso media hora, eso significa que estás comiendo demasiado rápido. “Se necesitan alrededor de 20 minutos para que el estómago se comunique con el cerebro a través de una serie de señales hormonales que indican que está lleno”, explica Leslie Heinberg, del Centro de Salud Conductual de la Clínica Cleveland, y aseguró: “Cuando las personas comen rápidamente pueden perder estas señales y es muy fácil pasar el punto de saciedad ”. Heinberg dijo que las personas que comen demasiado rápido tienden a tragar más aire, lo que podría llevar a una hinchazón o una indigestión. No masticar adecuadamente los alimentos también puede comprometer la digestión, lo que significa que no se podrán obtener todos los nutrientes de la comida. Los trozos de alimento sin masticar también podrían atascarse en el esófago. Algunos estudios sugieren que las personas que comen rápidamente tienen mayor riesgo de obesidad, mientras que los más lentos son los menos propensos a ser obesos. Algunos consejos para comer más lento Primero e imprescindible: apagar la televisión y dejar a un lado el teléfono. “Si estás comiendo mientras mirás televisión, vas a hacerlo hasta que haya un comercial o el programa termine”, dijo Heinberg, para añadir: “Cuando hacemos cosas mientras comemos, comemos de manera menos consciente. Y eso a menudo nos lleva a comer más”. Y añadió que cuando las personas se enfocan exclusivamente en comer, tienden a disfrutar más la comida y a comer menos. Heinberg también reconoció que el ritmo al que comemos a menudo es un hábito arraigado, pero remarcó que es posible cambiar. Sugirió usar la mano no dominante para comer, probar utensilios que normalmente no usaríamos (como palillos) o tomar un descanso deliberado para beber agua cuando el plato esté parcialmente vacío. Si tenés una vida ocupada, puede ser inevitable almorzar en una reunión de trabajo o comer un sándwich mientras hacés alguna tarea. Pero Sarah Berry, científica principal de la empresa nutricional británica ZOE, propuso ser consciente "de qué gusto tiene y cómo se siente la comida”. “Si no estamos completamente presentes, es muy fácil comer más rápido y no notar cuánto hemos consumido”, sostuvo. Igual cantidad, más bocados Una de las cosas más simples que se puede hacer es aumentar el número de bocados, dijo Helen McCarthy, psicóloga clínica de la Sociedad Psicológica Británica. “Si masticás cada bocado un poco más, eso va a hacer más lenta tu forma de comer”, agregó. El tipo de comida que comés también puede marcar la diferencia, señalando que es mucho más fácil ingerir alimentos ultraprocesados más rápido, porque generalmente tienen una textura más suave. “Es difícil comer verduras y proteínas al mismo ritmo que algo que está altamente procesado y requiere menos masticación”, dijo McCarthy. Algunos de sus pacientes también indicaron un efecto secundario no intencional una vez que comenzaron a comer más despacio, haciendo referencia a una mujer que a menudo comía una bolsa de papas fritas todas las noches. Cuando McCarthy le dijo que desacelerara y comiera cada papa frita individualmente, su paciente le dijo “era como tener un bocado de productos químicos pegajosos”. “Dejaron de gustarle las papas fritas”, comentó McCarthy.
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