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  • La pelea entre accionistas y el choque con el Gobierno agitan el futuro del Grupo Prisa

    » Diario Cordoba

    Fecha: 24/03/2025 21:22

    El fondo de inversión Amber y su presidente Joseph Oughourlian han pasado en poco tiempo de aliados del Gobierno de Pedro Sánchez en varios movimientos empresariales de calado a protagonizar ahora un choque frontal con Moncloa que no deja de enconarse. Amber es el máximo accionista del Grupo Prisa, con un 29,7% del capital, y Oughourlian es también el presidente del grupo de medios de comunicación en el que se integran el diario El País y la Cadena SER. La negativa a cumplir el plan del Ejecutivo de lanzar una televisión en abierto ha desatado una pelea con otros accionistas afines a Moncloa. El consejo de administración de Prisa rechazó a finales de febrero optar a la licencia para una nueva televisión en abierto que pretende licitar el Gobierno próximamente por no considerarla una operación rentable y para priorizar la refinanciación de la enorme deuda que arrastra la compañía. El desplante a los planes de Moncloa se convirtió en detonante de un desencuentro que no deja de ir a más, y que ha desatado movimientos internos de accionistas afines al Gobierno (y estos sí dispuestos a lanzar la nueva TV en abierto) para intentar descabalgar a Oughourlian y tomar el control de la compañía. La sociedad Global Alconaba -que controla la participación conjunta del 7,6% en manos de un grupo de empresarios liderados por Andrés Varela Entrecanales y José Miguel Contreras, entre otros socios- es el principal impulsor del intento de cambio de rumbo y de cúpula en Prisa. Los socios de Alconaba tratan de sumar el apoyo de otros accionistas de cara a la próxima junta de Prisa que se va a convertir en un encuentro clave para el futuro de la compañía y que previsiblemente se celebrará en junio. Y, por su parte, el propio Oughourlian también mueve ficha y pretende llevar a esa junta una reducción del número de miembros del consejo de administración -pasando de los quince actuales a once-, lo que le permitiría dejar fuera del órgano de gobierno a los consejeros que hoy representan a esos accionistas discrepantes. La pugna por sumar apoyos suficientes entre los socios del grupo ha comenzado. En este contexto de discrepancias crecientes es en el que ha trascendido el encuentro que mantuvieron el pasado febrero el ministro para la Transformación Digital, Óscar López, y el presidente de Telefónica, Marc Murtra, con el grupo francés Vivendi, que es el segundo mayor accionista de Prisa con un 11,8%. Un encuentro en el que se habría solicitado al consejero delegado de Vivendi, Arnaud Puyfontaine, sumarse al bloque de accionistas contrarios a Amber o incluso vender su participación en el grupo español a estos socios afines a Moncloa. Esa reunión es la que ha abierto definitivamente la espita para que el Partido Popular -incluso ahora con Feijóo personalmente a la cabeza- haya decidido entrar en la guerra de Prisa y la esté utilizando para atacar al Gobierno. Mensaje de Oughourlian En pleno choque con Moncloa, el presidente de Prisa se ha reforzado en el buque insignia del grupo y ha sido designado también como presidente ejecutivo de El País. Y aprovechó su nombramiento para publicar una tribuna en el propio diario que se interpreta como una respuesta dura y directa a los movimientos del Gobierno. “Sería inaceptable que, cuando estamos recordando que hace ya 50 años murió el dictador Francisco Franco, alguien cayera en la tentación de tratar de adueñarse de un medio de comunicación independiente desde el poder, bien directamente, bien utilizando alguna empresa estatal como instrumento”, advirtió Oughourlian. El presidente de Prisa y la mayoría de su consejo de administración han preferido poner el foco en refinanciar la deuda que arrastra la compañía (de unos 750 millones de euros y con grandes vencimientos en los dos próximos años) y no a inyectar grandes inversiones para el lanzamiento de una televisión en abierto en una estrategia difícil de rentabilizar, sobre todo en un momento en que el negocio audiovisual tradicional vive bajo la presión del dominio creciente de gigantes del ‘streaming’ como Netflix, Disney, Amazon Prime o MAX. La cúpula actual de Prisa pretende lanzar un nuevo plan estratégico para los próximos años cuando consiga cerrar un acuerdo de refinanciación con sus acreedores para aplazar vencimientos varios años. Un pacto que pasa necesariamente por el coloso inversor Pimco, principal tenedor de la deuda acumulada por la compañía con unos 500 millones, y que dentro de la compañía considera que el rechazo al proyecto de una televisión en abierto sirve para allanar el acuerdo. De momento, el rechazo de Prisa al proyecto televisivo avalado por el Gobierno ha hecho que la compañía se dispare en bolsa. Desde que el consejo de administración del grupo dijo ‘no’ hace un mes al plan de lanzar un nuevo canal de televisión, las acciones de Prisa han escalado un 45% y la capitalización del grupo ha engordado 160 millones, elevando el valor de la corporación de medios hasta cerca de 520 millones de euros. El PP extiende la batalla política El Partido Popular ha decidido entrar en la pelea por el control de Prisa y está dispuesto a utilizarlo en su estrategia de desgaste y ataque al Gobierno. La prueba de que los conservadores están convencidos de que es una guerra que desestabiliza al Ejecutivo quedó clara en la sesión de control al Gobierno del pasado miércoles. Alberto Núñez Feijóo se lanzó de lleno en su pregunta a Sánchez -algo que el presidente no esperaba- acusándole de dedicar más tiempo “a la guerra de Prisa que a la guerra de Ucrania” y de “usar Telefónica” -tras haber “gastado” casi 2.300 millones de euros públicos para su control- “para extorsionar a medios de comunicación” en referencia a la reunión con el grupo francés Vivendi. Fuentes de Génova confirman a este diario que el asunto ha pasado a ser prioritario para la formación, insistiendo en que es la “prueba inequívoca” de la deriva, a su juicio, “antidemocrática” en la que se encuentra el Gobierno. El líder de la oposición lleva tiempo denunciando que Sánchez “está pasando líneas rojas” que afectan a la libertad de empresa y de expresión. “Y en esto está todo a la vez”, dicen en su entorno. Feijóo terminó su intervención con este argumento dirigiéndose al presidente: “Tiene miedo a la verdad, la libertad, quiere controlar la información pública”.

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