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    » Diario Cordoba

    Fecha: 23/03/2025 14:13

    Vladimir Putin, presidente de Rusia. / EP Lo que Vladimir Putin busca en Ucrania no es territorio o minerales estratégicos, como parece creer Donald Trump que no solo quiere minerales sino también centrales nucleares, lo que Putin quiere va mucho más allá y consiste, como él mismo dice, en la necesidad de enfrentar y resolver ”las raíces” últimas del problema y eso le lleva hasta poner en duda la misma existencia de Ucrania como Estado soberano. A Putin una tregua temporal no le interesa porque piensa que dará oxígeno a los agotados soldados de Ucrania, que mucho lo necesitan tras su retirada de la región rusa de Kursk que ya han abandonado prácticamente, y en el mismo Donbás donde la progresión rusa es más lenta. Además Moscú piensa que Kiev aprovecharía la tregua, por limitada que sea, para reponer sus arsenales como es lógico. Y aunque su propia situación económica dista mucho de ser brillante, el ruso tiene la ventaja de no tener opinión pública y presidir una sociedad amordazada a la que puede permitirse el lujo de no escuchar. Al mismo tiempo Putin es consciente de que la pelota está en su campo y que debe jugarla con habilidad una vez que el ucranio, puesto contra las cuerdas en la encerrona del Despacho Oval, ha aceptado los términos que le ha impuesto Trump... que ahora exige a los rusos que también los acepten. De manera que lo que Putin está pensando en estos momentos es cómo decir que no sin que el americano se enfade y por eso lo más probable es que diga sí, pero... y añada otras condiciones que los ucranios no puedan aceptar y carguen así con la responsabilidad de hacer naufragar el premio Nobel de la Paz que el americano ambiciona y no lo oculta. Trump tiene prisa y puede sacrificar logros más durables a cambio de éxitos diplomáticos inmediatos, como ya ocurrió en 2015 con el Proceso de Minsk. Por eso Putin hará lo mismo que hace Netanyahu, que no quiere que entre en vigor la segunda fase de la tregua porque le exige retirar todas sus tropas de la Franja de Gaza dejando vivo a Hamas y rompiendo la coalición que le sustenta. Eso le obligaría a convocar elecciones, se abriría una comisión de investigación sobre los fallos de seguridad cometidos el 7 de octubre, y él mismo podría acabar entre rejas por acusaciones de corrupción que evita mientras sea primer ministro. O sea que a Netanyahu no le interesa acabar la guerra y en eso coincide con Hamas, que si entrega a los rehenes que aún retiene se quedaría sin ninguna baza negociadora y con los soldados israelíes en Gaza. Por eso la partida que juegan ahora es la echar al otro la culpa de que los muertos continúen mientras la larga mano de Israel se extiende también sobre Cisjordania. Insisto, lo que Putin quiere no son solo territorios, que también, lo que quiere es una Ucrania neutralizada y dirigida por una marioneta del Kremlin como es Lukashenko en Bielorrusia, país que ya está en avanzado proceso de fagocitación por parte de Moscú. Y no parará mientras no consiga esa zona de influencia que desea y no aleje definitivamente a la OTAN de Ucrania. Eso es lo que en realidad está en juego, que Ucrania salga o no de la negociación entre Trump y Putin como estado independiente y soberano. Y en ese juego mucho me temo que Putin es más listo que Trump, que le admira tanto como desprecia a Zelenski y al que Ucrania en el fondo le importa bastante poco. Por eso no quiere que los europeos participemos en las discusiones, prefiere negociar a solas con Trump. Nos queda el consuelo de que durante su reciente conversación, Putin y Trump hablaron de reanudar las conversaciones sobre control nuclear, asunto de enorme importancia porque en los últimos años se ha caído toda la arquitectura de seguridad nuclear entre rusos y americanos. Y añadieron que también querían celebrar partidos de jockey sobre hielo entre las selecciones de ambos países, imagino que como símbolo de reconciliación y con ambos líderes en el palco recibiendo las aclamaciones de los espectadores... Pero la realidad es que todo eso dependerá de la marcha de las negociaciones sobre Ucrania y ahí mucho me temo que las cosas siguen bastante complicadas, desde luego más complicadas de lo que los comunicados americanos dejan entrever

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