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Concordia » El Heraldo
Fecha: 23/03/2025 05:04
Poco tiempo después, el día 12 de enero de 1811 desembarcaba en la Bajada del Paraná el Regimiento n° 6 de Pardos y Morenos al mando del coronel Galain y el mayor Estanislao Soler para colaborar con la defensa del territorio. Un mes después, el 12 de febrero de 1811, el brigadier Francisco Javier de Elío a la sazón Virrey Interino del Río de la Plata declaraba “rebelde y revolucionario” al gobierno de la Junta Provisional Gubernativa del Río de la Plata. La reacción de Entre Ríos fue fulminante, con el levantamiento de Francisco Ramírez y su medio hermano López Jordán, que a su vez tenía ramificaciones en la Banda Oriental donde también se preparaba un movimiento muy fuerte La Junta comprendió, con acierto, que la clave militar para hacerse fuertes en el territorio era la presencia de una flota que ejerza el dominio de los ríos. A tal fin, por una iniciativa del diputado por Salta Francisco de Gurruchaga, que había combatido con el grado de teniente de fragata de la Marina Real en la Batalla de Trafalgar bajo el mando del brigadier Baltazar Hidalgo de Cisneros, fue puesto al mando de Juan Bautista Azopardo la flamante flota fluvial, compuesta por 3 barcos mercantes transformados a barcos de guerra y que llevaban los nombres de la “25 de Mayo”, “Invencible” y “América”. Estos se trataban de un bergantín, una goleta y una balandra y con una tripulación compuesta de soldados de distintas armas. Tenía la misión de controlar el río y defender el cruce del Paraná y apoyar el desembarco del General Belgrano en la Bajada del Paraná. Pero la escuadra realista al mando del experimentado marino Jacinto Romarate salió al encuentro de las naves patriotas y obtuvo el 2 de mayo de 1811 el aplastante triunfo de San Nicolás, aniquilando a la escuadra de Azopardo, a pesar de la valentía de la tripulación Azopardo fue hecho prisionero por los realistas y pasó 8 años en una prisión española. Sin embargo, Gurruchaga con su propio dinero logró armar otra escuadra de siete embarcaciones, pero estas las puso al mando de los expertos marinos Hipólito Bouchard, Ángel Hubac y Tomás Taylor La derrota de San Nicolás frustró todos los aprestos realizados por Garrigó, Díaz Vélez y Candioti los que reforzaron con tropas y elementos las fuerzas del General Belgrano en su paso hacia el Paraguay. En febrero de 1811 también se había incorporado a los patriotas el capitán José Rondeau, quien por intermedio de Francisco Ramírez se pudo poner en comunicación con Díaz Vélez y con Garrigó a quienes aportó 60 soldados desertores de las tropas de Michelena para sumarse a la revolución. Otro aporte a las filas patriotas fue el de José Gervasio Artigas y Rafael Hortiguera. Rondeau rápidamente se hará cargo del Ejército en Operaciones en el Uruguay. Artigas a su vez recibiría del gobierno de Buenos Aires la instrucción de sublevar con sus “Blandengues” la campaña uruguaya y sumarla a la resistencia. Artigas supo moverse con habilidad en un medio que le fue fiel desde el principio, y también supo apoyarse en los jefes que conocía y así logró un brillante triunfo en “Las Piedras” sobre los realistas el 18 de mayo de 1811. La victoria de “Las Piedras” sobre los españoles del capitán José de Posadas dejó la campaña oriental en manos de los patriotas. Los realistas dispersos de “Las Piedras” se refugiaron dentro de las murallas de Montevideo. En junio de 1811 el coronel José Rondeau ponía sitio a la ciudad. El Virrey Interino del Río de la Plata Francisco Javier de Elío había solicitado el auxilio de la Corte portuguesa del Brasil, que destacó fuerzas militares mandadas por el general Diego de Souza. Esta invasión portuguesa a la Banda Oriental del Uruguay complicó la situación militar del Triunvirato que gobernaba a las Provincias Unidas y la obligó a recurrir a la ayuda diplomática de José Julián Pérez, como representante de Buenos Aires y de Antonio Garfias y José Acevedo en nombre de Javier de Elío. Finalmente arribaron a un Armisticio el 20 de octubre de 1811, por el cual Rondeau debía levantar el sitio de Montevideo y Elío debía suspender las hostilidades fluviales y el bloqueo de los ríos. los portugueses y los patriotas debían evacuar la Banda Oriental, que quedaba entonces en manos de los realistas, como también toda la parte oriental de Entre Ríos. El Armisticio de 1811 no fue aceptado de ninguna manera por los entrerrianos como tampoco por los orientales. Era una entrega del territorio que nos era propio, a cambio de nada. Artigas también por su parte desconoció el Armisticio y se aprestó para combatir junto a los entrerrianos. El Armisticio de 1811 fue un triunfo para los portugueses, pues pasaron a ocupar tierras que siempre estuvieron en disputa con España, como el caso de Colonia del Sacramento, fundada por los portugueses. Por lo tanto ocuparon Misiones, destruyendo y saqueando las poblaciones de las que fueran propiedades de la Compañía de Jesús y avanzaron de norte a sur, penetrando en territorio entrerriano donde ocuparon Mandisoví, creada por Belgrano el año anterior y también saqueda. Concordia también fue ocupada y el 11 de octubre fueron contra la capital de la provincia Concepción del Uruguay, pero fueron rechazados por la heroica resistencia de las tropas del capitán Francisco S. Quevedo. LA REDOTA Por su parte el pueblo oriental, en rechazo al Armisticio de 1811, inició la emigración en masa en dirección al Salto Oriental, al mando de don José Artigas con la intención de pasar a Entre Ríos. en su éxodo se le fueron sumando familias enteras, llegando a constituir una enorme caravana que la historia conoció como el Éxodo del Pueblo Oriental. El 23 de octubre de 1811 al conocerse la noticia del Armisticio, el ejército enviado por Buenos Aires levantó el sitio de Montevideo y se retiró. El General Artigas, como jefe de los orientales en una reunión en la “Quinta de la Paraguaya” resuelven retirarse hacia el norte para cruzar el río hacia la costa entrerriana. Eran unas 16.000 personas que arribaron a El Salto Oriental el 14 de diciembre. Una vez en Entre Ríos se establecieron primero en San Antonio del Salto Chico, pero como estaban allí muy expuestos al enemigo se trasladaron al campamento del Ayuí, algunos kilómetros más al norte en diciembre de 1811. De inmediato Artigas tomó contacto con los jefes locales ya que la intención de todos era no acatar el Armisticio, por lo que había que resistir con las armas. Mientras tanto en Montevideo, el virrey Elío se embarcó para España quedando en su remplazo el general Gaspar Vigodet. A principios de 1812, el ejercito portugués continuaba ocupando el territorio oriental. El gobierno de Buenos Aires exigió a Vigodet el cumplimiento de los términos del Armisticio a la que Vigodet no respondió y movilizó el ejército en 1812 por toda respuesta. El gobierno del Triunvirato designó a Manuel de Sarratea como jefe del Ejército en Operaciones en la Banda Oriental y el general portugués de Souza preparó su ejército para que, aliado con los realistas hacerle la guerra al ejercito patriota en tierra oriental. La designación de Sarratea no conformó a Artigas, que hasta ese momento mantenía una guerra de guerrillas contra el poderoso ejercito portugués y se retiró con sus milicias al Paso de la Arena, intimando a Sarratea que delegue el mando de las tropas a su cargo. Como Sarratea no accedió, un golpe militar lo destituyó, quedando al mando el general Rondeau quien sitiaba nuevamente a Montevideo. Artigas se incorporó entonces con sus hombres al segundo sitio de Montevideo. Así las tropas patriotas unidas obtenían una importante victoria en la “Batalla del Cerrito” Así comenzaba la participación de Entre Ríos a la lucha hacia la independencia
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