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» Diario Cordoba
Fecha: 22/03/2025 13:45
Cuando arranca el año, es habitual hacer quinielas sobre cuáles van a ser las series más esperadas. Es normal que en estos listados se incluyan algunos de los títulos de mayor presupuesto y con las que las plataformas intentan dar la campanada. A medida que pasan los meses, estas previsiones se van revisando. Títulos de los que se esperaba todo, acaban fracasando al comprobar que eran un truño. Pero también ocurre lo contrario, series más modestas, de las que nadie esperaba nada, terminan convirtiéndose en una de las mejores del año. Es lo que acaba de pasar con Adolescencia, el último bombazo de Netflix. El boca a oreja la ha erigido como uno de los títulos más vistos de la semana. No es un éxito efímero, sino que tiene vocación de dejar huella. Casualmente, se ha estrenado casi al mismo tiempo que Estado Eléctrico, el blockbuster de los hermanos Russo en el que la gran N roja ha invertido más de 300 millones de dólares, dejando claro que la calidad es mejor que la cantidad. Adolescencia con un presupuesto más modesto da mucho más. "Adolescencia" es un puñetazo en el estómago que nos desciende a una realidad incómoda. Una de esas series capaces de emocionarnos y sin maniqueísmos, ni reducciones simplistas. Cuatro episodios de una hora de duración cada uno que nos pone en la piel de una humilde familia británica que se enfrenta a una situación de pesadilla, después de que el hijo de 13 años sea acusado del asesinato de una compañera de clase. La serie no se queda en el misterio de si realmente la mató o no, sino que va mucho más allá. Los guiones nos abordan los problemas a los que se enfrenta esa generación, donde las situaciones de acoso se ven amplificadas por la repercusión de las redes sociales. Hay una especie de muro que separa a los menores de los adultos y a través del cual estos últimos parecen incapaces de penetrar. La serie acierta en el fondo, pero también en la forma, al estar contada en tiempo real y mediante la fórmula del plano secuencia. Cada episodio está rodado con ausencia de cortes visibles. Se trata de una técnica que cada vez más se usa cuando algún director quiere filmar un momento memorable. Paradójicamente, de alguna manera podría considerarse como un recurso que era ideal para la televisión desde sus comienzos. En el cine, maestros como Alfred Hitchcock y Orson Welles ya recurrieron a esta técnica para La Soga y el arranque de Sed de Mal. En los primeros tiempos de la pequeña pantalla, las limitaciones presupuestarias obligaban a que las producciones eran más teatrales. De este modo, era frecuente dejar la cámara quieta y que los actores actuaran, por eso era importante la calidad de las interpretaciones. Las nuevas tecnologías están permitiendo unas propuestas mucho más arriesgadas, donde los movimientos de cámara nos permiten una experiencia mucho más inmersiva a la hora de asomarnos a la historia que nos estaban contando. Ejemplos de su uso en esta edad dorada de la televisión los tenemos muy variados. Muchas obras audiovisuales utilizan esta técnica para crear momentos memorables. Pero ya no se limitan a una única escena, sino que hasta un episodio completo o incluso la serie entera recurren a él. El lado oeste de la Casa Blanca lo utilizaba muy a menudo para mostrarnos las frenéticas carreras de los protagonistas por los pasillos del Despacho Oval. Puede que la culpa la tuviera True Detective, que en su primera temporada nos sorprendió con un plano secuencia de seis minutos en la que se nos contaba una operación policial que nos tuvo pegados a la butaca. Mr. Robot dedicó un episodio entero a esta técnica; mientras que La Maldición de Hill House nos hizo botar con cinco planos secuencia en un mismo capítulo. The Bear en la segunda mitad de su primera temporada también lo usó para hacernos sentir la tensión en la cocina. Ya no son casos aislados, sino que cada vez tenemos más ejemplos. Como es el arranque de la segunda temporada de Severance en una carrera desenfrenada por los blancos pasillos de la distópica Industrias Lumon, o ese interrogatorio a uno de los hermanos Menéndez en el quinto episodio de la segunda temporada de Monstruos. Si La Soga era una película rodada en plano secuencia y El colapso era una serie que utilizaba la misma técnica para sumergirnos en momentos apocalípticos, Adolescencia no se conforma tampoco con una sola escena. Está realizada íntegramente en ese formato. La cámara se convierte en un personaje más, que va siguiendo a los personajes a lo largo del escenario para contarnos los momentos que el director nos quiere resaltar. Nada más empezar, la técnica elegida nos ayuda a meternos en una situación de pesadilla cuando la Policía irrumpe para detener al niño de 13 años, dejándonos en el mismo desconcierto en el que está la familia. En cada episodio vamos dando un salto en el tiempo para ver cómo avanza el caso y el impacto que tiene en cada uno de sus protagonistas. Los movimientos de cámara y los efectos no son el único recurso para captar la atención del espectador. La interpretación de los actores logra conmover y al final arrancarnos alguna lagrimita. Destaca la interpretación de Stephen Graham en el papel de desconsolado padre, que también es uno de los creadores de la serie. Tras haber tenido papeles de villanos memorables en su dilatada carrera, aquí logra conmover. La serie se convierte en una experiencia dura, pero muy recomendable para ayudarnos a entender el mundo que nos rodea. Seguro que a alguno de sus protagonistas los veremos en nuevas producciones de Netflix en un futuro. Simultáneamente, a Adolescencia, nos han llegado nuevas series de sus creadores. Graham acaba de estrenar en Disney Plus Mil golpes ambientada en el mundo del boxeo en una Londres decimonónica de la mano de Steven Knight, el creador de Peaky Blinders, mientras que Jack Thorne tiene en Netflix otro drama social basado en hechos reales donde un grupo de madres se moviliza al descubrir que las malformaciones de sus hijos son consecuencia de los vertidos procedentes de la planta industrial que tienen en el pueblo. Por su parte, Owen Cooper, el niño que nos ha impresionado con una interpretación en la que nos enternece y nos aterra al mismo tiempo, ya trabaja en una nueva adaptación de Cumbres borrascosas. El inesperado éxito de Adolescencia ha abierto un camino dorado para sus protagonistas.
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