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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/03/2025 05:02
El río Bermejo recorre más de 1.400 kilómetros desde Bolivia hasta el río Paraguay, atravesando cuatro provincias argentinas y sosteniendo la vida de comunidades vulnerables Todos los 22 de marzo se conmemora el Día Mundial del Agua. Organizaciones de la sociedad civil, la ciencia y comunidades de la naturaleza, hacen un llamamiento a pensar en un planeta que, en buena medida y de acuerdo con datos inobjetables, parece estar muriendo de sed. El agua escasea en las grandes ciudades, también en los campos productivos y en los conglomerados urbanos y pobres del tercer mundo. Pero también en los grandes destinos del turismo de masas global. El agua falta para la cosecha y también para la vida, en el norte de la Argentina o en cualquier lugar de África. La crisis hídrica es transversal como tantas otras y no distingue en estratos sociales. Pero más cerca, en el norte Argentino existe un último cauce inalterado. Un río aprendido en la escuela primaria, descrito en clases de geografía sobre mapas de contorno, de los que se pedían “sin división política”. Es el magnífico Río Bermejo, una joya que poca gente conoce y que “reclama”, desde su lecho de agua amarronada, ser protegida. El Bermejo es el último gran río inalterado de la Argentina y constituye un corredor ecológico clave entre los Andes y la llanura del Plata La organización global de ciencia y conservación The Nature Conservancy (TNC) y la Fundación para el Desarrollo en Justicia y Paz (FUNDAPAZ) acaban de sellar una alianza para desarrollar un programa de preservación de la cuenca de ese río que, en uno de sus tramos, une Salta y Jujuy, con el objetivo de proteger su biodiversidad y mejorar la calidad de vida de las comunidades locales. The Nature Conservancy (TNC) es una organización internacional sin fines de lucro que tiene presencia en Argentina desde el 2008, trabajando para conservar tierras y cauces de agua. FUNDAPAZ es una entidad civil, también sin ánimo de lucro, que desde 1973 realiza tareas para el desarrollo rural sustentable con organizaciones indígenas y rurales en el norte argentino. Cuando se habla del Bermejo, se habla de uno de los últimos corredores vírgenes de la Argentina. Esa cualidad, de santuario no intervenido por la mano del hombre, lo destaca por su funcionalidad, su estructura y la conectividad que ejerce desde los Andes hasta la llanura Del Plata en el territorio argentino. El Bermejo es fundamental para las comunidades que viven cerca de él. Proporciona agua potable, oportunidades de pesca y recreación. Es culturalmente hablando un lugar de encuentro. TNC y FUNDAPAZ buscan preservar la cuenca del Bermejo mediante un programa integral que incluye monitoreo ambiental y participación comunitaria Por tratarse de un río inalterado suelen ser menos propensos a inundaciones extremas, lo que protege de desastres naturales. Los cauces inalterados albergan una gran variedad de especies de plantas y animales, y mantienen el equilibrio de los ecosistemas acuáticos, haciendo que su conservación sea vital para enfrentar los desafíos del cambio climático. El Bermejo tiene el potencial de actuar como una reserva natural capaz de mitigar los efectos del calentamiento global y la pérdida de biodiversidad. Se origina en Bolivia y fluye a lo largo de 1.450 km hacia su desembocadura en el río Paraguay, sus afluentes atraviesan Jujuy, Salta, Formosa y Chaco. “Una serie de problemáticas ambientales, sociales y económicas atraviesan a esta región chaqueña —explican desde FUNDAPAZ—. Con una población de alrededor de 1 millón y medio de habitantes en toda la cuenca, el río atraviesa esta ecorregión y sostiene los medios de vida de 164 comunidades indígenas (de etnias guaraní, tobas, chorote, kollas y wichí) y criollos, establecidos en 1.849 asentamientos (parajes o puestos) con los índices más altos de vulnerabilidad social en el país”. El Bermejo sostiene los medios de vida de más de 160 comunidades indígenas y criollas que habitan en uno de los territorios con mayor fragilidad social del país Según el Atlas total de la república argentina, en la cuenca del río Bermejo se destacan los siguientes recursos naturales y económicos: una valiosa zona de regadío en la parte occidental, en la provincia de Jujuy y Salta con importantes cultivos de caña de azúcar; una extensa zona ganadera a lo largo de todo el río y a ambos costados, con más de un millón de cabezas vacunas y lanares; una gran extensión de campos cubiertos de bosques naturales con vegetación tropical salteña típica que va intensificando su densidad boscosa a medida que el cauce del Bermejo avanza hacia su desembocadura. Desde Nature Conservancy aportan: “Las principales amenazas ecológicas son la falta de infraestructura adecuada para el manejo del río, la ausencia de regulaciones ambientales y el cambio en el uso del suelo. La falta de regulaciones ambientales tiene como consecuencia la contaminación de sus recursos naturales, especialmente por vertederos ilegales a lo largo del área ribereña, que están relacionados con condiciones de vida precarias y desechos industriales descargados río arriba”. Siguen: “La expansión de la frontera agrícola también contribuye al cambio de uso del suelo y a la contaminación del agua. Las poblaciones indígenas y otras comunidades rurales no solo se ven amenazadas por la pérdida de biodiversidad y servicios ecosistémicos, sino también por el impacto económico que tiene el cambio climático en sus medios de subsistencia. Los esfuerzos aislados de conservación no van a bastar para enfrentar estos desafíos. Se necesita un cambio sistémico en el Gran Chaco”. La conservación del Bermejo implica proteger especies nativas, garantizar el acceso al agua potable y enfrentar amenazas como el uso intensivo del suelo y la contaminación TNC y FUNDAPAZ quieren implementar estrategias para preservar los recursos pesqueros —con el fin de mejorar la seguridad alimentaria—. También buscan que el río fluya libre en todo su recorrido y proteger los hábitats de especies endémicas, además de hacer un monitoreo de calidad del agua. “Para lograr estos objetivos, buscaremos la participación activa de las comunidades locales, escuchando sus voces y fortaleciendo su organización y capacidades en la toma de decisiones, a través de actividades que les permitan apropiarse del Programa y sus objetivos”, expresan. “Trabajar una cuenca tan amplia y diversa como la del Bermejo implica recopilar mucha información existente pero desarticulada, y fundamentalmente un trabajo metro a metro recorriendo la cuenca y conociendo puntos críticos ambientales y sociales, comunidades ribereñas indígenas y campesinas que usan o viven del río, costumbres de vida tradicionales y temporales de gente que va al río por otros motivos, legislación vigente en diferentes provincias, impacto de las infraestructuras viales, de riego y de tratamiento de efluentes, entre otros temas”, explica Gabriel Seghezzo, a cargo de la presidencia de FUNDAPAZ. La falta de infraestructura, la expansión agrícola y los vertidos ilegales son algunas de las principales amenazas para la cuenca del río “Nos hemos propuesto unir todos estos elementos para tener un claro panorama de cómo encarar un plan de trabajo concreto, que no solo sirva para conservar la biodiversidad y los servicios ecosistémicos de toda la cuenca, sino también para llevar algunas soluciones concretas a problemas de gestión y mejorar, en todo lo que se pueda, la calidad de vida de miles de personas que viven de ella”, agrega. El 17 de febrero, los referentes territoriales de FUNDAPAZ compartieron con TNC los datos del primer relevamiento exhaustivo del territorio. En esta primera etapa exploratoria, se encontraron varias claves esenciales para proteger el río. Desde entonces, el compromiso quedó plasmado como algo urgente por el futuro del Bermejo, el último rio que se mantiene en estado prístino y virginal.
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