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  • No hay magia en la gestión del agua

    » Diario Cordoba

    Fecha: 22/03/2025 04:56

    Cada mañana, mientras algunos vecinos terminan de ducharse, alguien ya se ha asegurado de que la presión en las redes sea correcta. En los colegios, los niños abren los grifos para lavarse las manos con agua que ha pasado por rigurosos controles de calidad en una planta de tratamiento. Mientras otros apuran su cepillado de dientes, los técnicos supervisan los sistemas de saneamiento encargados de recoger esas aguas vertidas. Apenas ha amanecido y los quehaceres cotidianos ya se han entrelazado con un ciclo vital que pocos notan, pero que nunca se detiene. Cuando cae la noche, el trabajo no cesa: un equipo inspecciona las tuberías en busca de posibles fugas. “Solo pensamos en el agua cuando falta, pero el mejor indicador de que hacemos bien nuestro trabajo es que nadie hable de nosotros”, afirman desde Aqualia. Pocas personas reparan en los miles y miles de kilómetros de redes de abastecimiento y saneamiento, una infraestructura gracias a la que “por arte de magia” al abrir el grifo sale el agua. España cuenta con más de 460.000 km de red de suministro, suficiente para dar la vuelta a la Tierra por el Ecuador casi 12 veces. Sin embargo, un gran porcentaje de esas redes llevan en operación más de 40 años, aumentando la probabilidad de incidencias en las tuberías. Las fugas son un problema grave en el abastecimiento mundial. Una simple fuga de 1 litro por segundo supondría perder en un solo día 86.400 litros de agua, equivalente a más de 500 bañeras domésticas. Estos escapes son parte del concepto Agua No Registrada (ANR), que abarca el agua perdida debido a fugas, roturas, fallos en la lectura de los contadores, fraudes y consumos no autorizados. En España, el 26 % del agua suministrada en 2022 no fue registrada, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es decir, quedaron sin medir 1.101 hm³, un volumen suficiente para abastecer durante más de dos años a una ciudad como Madrid. Desde los COI (Centro de Operaciones Integrado), Aqualia controla la red de agua en sus municipios / Aqualia El agua: un elemento esencial que no debemos perder El ANR es un enemigo contra el que el sector del agua lucha cada día, y con este propósito trabajan intensamente operadores como Aqualia. Las fugas se combaten en equipo: por un lado, a través de un sistema digitalizado, y por otro, a pie de calle. El trabajo arranca desde los puestos de telecontrol de Aqualia, donde responsables y técnicos controlan que todo el sistema de un municipio funcione correctamente. Aquí, a través de pantallas, controlan lo que ocurre en los kilómetros de tuberías bajo el suelo, monitorizados gracias a los sectores de control. Los dispositivos que monitorizan estos sectores ofrecen información continua del caudal y las presiones, alertando sobre cualquier anomalía. Las tecnologías avanzadas indican en qué zona hay una fuga de agua, acotándola a dos o tres calles. Una vez definido este perímetro, entra en acción el operario buscafugas, encargado de localizar el punto exacto. La fuga se localiza a través del ruido, ya que la pérdida de agua en el subsuelo emite vibraciones características. Tradicionalmente, estos especialistas actuaban de noche, cuando menos ruido hay en las calles y el consumo de agua es mínimo. Equipados con instrumentos que captan y amplifican el sonido del subsuelo, los técnicos rastreaban las calles. Poco a poco, los nuevos sistemas de localización remota de fugas mediante sensores están reduciendo el plazo desde la detección hasta la localización automática en las oficinas de la compañía sobre un mapa georreferenciado. Escuchando los latidos subterráneos del agua, los técnicos recorren las calles hasta localizar el punto exacto. Bingo. Una vez localizada la fuga, el operario genera una orden de trabajo a través de Aqualia Live, la aplicación digital de gestión de la compañía, para que sus compañeros la reparen: ahora toca abrir, sellar y volver a tapar. Máxima eficiencia a través de la tecnología y la digitalización La innovación y la tecnología se abren paso en la monitorización de las tuberías. Antes se actuaba de forma correctiva, cuando ya había ocurrido el problema. Ahora, gracias a los sensores, se pueden predecir y evitar averías, lo que ahorra agua. El control de pérdidas de agua es cada vez mayor gracias a la tecnología, pero es complicado mejorar sin una mayor inversión en la renovación de una red cada vez más antigua. La Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) cifró en 350 millones anuales la inversión necesaria para hacer frente a las pérdidas reales de agua en las redes de abastecimiento en España. El porcentaje de renovación de estas redes alcanza tan solo el 0,2 %, muy por debajo del 2 % ideal para el mantenimiento de las infraestructuras. En el último Informe de SEOPAN, ‘Análisis de la inversión en infraestructuras prioritarias en España’, se refleja que España es el país europeo que menos está invirtiendo en la red en el periodo 2014-2027 (0,14 % frente a una media en Europa de 0,32 %). La tecnología permite predecir y evitar las pérdidas de agua, lo que redunda en un importante ahorro del recurso / Aqualia Tecnología del agua hasta el último rincón La tecnología del sector del agua no se queda solo en ese entramado oculto de la red de suministro. Los hogares de Almería ya cuentan con 40.000 nuevos contadores inteligentes del agua que Aqualia, la empresa concesionaria, empezó a implantar el año pasado. Estos dispositivos, vinculados a la aplicación para móviles, aportan alertas a los usuarios sobre consumos anómalos y remiten una cantidad de datos 1.440 veces superior al proceso de lectura manual. son una herramienta eficaz para la mejorar la gestión del agua también para la compañía, gracias a la predicción de la demanda. Andalucía lleva seis años soportando condiciones de sequía, razón por la que es vital optimizar cada gota. En Baena (Córdoba), Aqualia ha desarrollado un Plan de Mejora de la Gestión Sostenible del Agua, con actuaciones sobre la presión del agua para conseguir equilibrarla, sobre todo por la noche, y minimizar la aparición de roturas por sobrepresión en las tuberías. Gracias a ello se consiguió un gran ahorro de agua en Baena y Albendín -de un 30-40% en este último- y un aumento del agua almacenada en los depósitos. El mismo sistema se implementó en el servicio de agua de Barbate (Cádiz), de cara al verano. La sequía lleva a las administraciones a colaborar con compañías especializadas y sus tecnologías, optando por fuentes alternativas de agua. El año pasado Aqualia ejecutó cuatro plantas de reutilización de aguas en Andalucía, concretamente El Ejido, Almería, Vélez-Málaga y Algarrobo. Pero el hito más relevante en materia de fuentes alternativas fue la puesta en marcha de la desaladora Mar de Alborán, en Almería, que ya distribuye agua para los regantes de Níjar y Almería y que cuenta con 20 Hm3 de capacidad máxima. Pero si hay un buen ejemplo de colaboración público-privada es el proyecto de Aqualia y Arcgisa (Agua y Residuos del Campo de Gibraltar) que fue seleccionado en la primera convocatoria del PERTE de Digitalización del Agua. Gracias a esta iniciativa, ya en marcha, ocho poblaciones del Campo de Gibraltar (Cádiz) y sus más de 270.000 habitantes se beneficiarán de un sistema centralizado y digital de gestión del agua, que mejorará sus sistemas de captación, abastecimiento, saneamiento, vertidos y depuración.

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