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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/03/2025 02:34
El combate de 1974 fue una de las confrontaciones más influyentes del boxeo del siglo XX, con repercusiones culturales y políticas a escala global. (AP) El 30 de octubre de 1974, en Kinshasa, capital del entonces Zaire (hoy República Democrática del Congo), tuvo lugar uno de los combates más emblemáticos del boxeo del siglo XX: el enfrentamiento entre Muhammad Ali y George Foreman, bautizado como el Rumble in the Jungle. La pelea, más allá de su relevancia deportiva, se convirtió en un fenómeno cultural, político y mediático de alcance global. Organizada por el promotor Don King y financiada por el régimen del dictador Mobutu Sese Seko, atrajo a más de 60.000 espectadores al estadio 20 de Mayo y a millones de televidentes en todo el mundo. En aquel momento, George Foreman era el campeón mundial de los pesos pesados, invicto y temido por su contundente poder de nocaut. Con apenas 25 años, había derrotado de forma aplastante a rivales como Joe Frazier y Ken Norton, ambos oponentes que previamente habían complicado a Ali. En contraste, Muhammad Ali, de 32 años, llegaba como retador, tras una suspensión de varios años por haberse negado a alistarse en la guerra de Vietnam, y con una imagen de activista político que desbordaba el cuadrilátero. El combate fue presentado como un duelo entre la fuerza del poder establecido y el carisma desafiante de un ícono de la resistencia. Ali, considerado por muchos como el favorito sentimental, pero no el técnico, sorprendió con una estrategia audaz: apoyarse en las cuerdas del ring para resistir el ataque de Foreman, dejar que se desgastara con cada golpe fallido y luego contraatacar con precisión. Esta táctica, conocida como rope-a-dope, resultó decisiva. En el octavo asalto, Ali encontró la apertura que necesitaba y conectó una combinación que derribó a Foreman, decretando su victoria por nocaut. La rivalidad entre Foreman y Ali se convirtió en un espejo de las tensiones sociales, raciales y geopolíticas de la época. (REUTERS / Kevin Lamarque) Un documental que rescató el valor simbólico de un evento más allá del deporte Más de dos décadas después, aquel episodio fue recuperado y reelaborado en el documental When We Were Kings, dirigido por Leon Gast. La película, estrenada en 1996, obtuvo el Óscar al mejor largometraje documental en 1997. When We Were Kings no solo reconstruyó el combate a partir de imágenes de archivo, sino que también exploró sus múltiples dimensiones políticas, culturales y raciales, colocando la historia en el contexto de la Guerra Fría, los movimientos de liberación africanos y el racismo estructural en los Estados Unidos. Leon Gast había viajado originalmente a Zaire para filmar el festival musical que acompañaba al combate, con artistas como James Brown, B.B. King y Miriam Makeba, pero terminó capturando una historia de mayor alcance. El filme integra testimonios de figuras como Norman Mailer, George Plimpton y Spike Lee, quienes reflexionan sobre el impacto del evento desde distintas ópticas. Como muestra When We Were Kings, el combate no solo enfrentó a dos atletas, sino que puso en escena discursos en disputa sobre el poder, la identidad y el orgullo cultural. George Foreman, un campeón intimidante que cayó en Kinshasa, pero reescribió su legado En la estructura narrativa del documental, George Foreman desempeña un papel clave. Aunque su imagen en los medios de la época lo presentaba como el antagonista de Ali, When We Were Kings evita esa simplificación. Lo retrata como un deportista formidable, serio y metódico, que cayó derrotado en un entorno adverso. Durante la pelea, los cánticos del público local —“Ali boma ye”, que significa “Ali, mátalo” en lingala— reflejaban una identificación colectiva con Ali como símbolo de resistencia africana y diáspora negra. Foreman reconocería más tarde que subestimó a Ali y que el ambiente político de Kinshasa lo afectó emocionalmente. El documental muestra ese momento sin caricaturas, destacando que la derrota marcó un punto de inflexión en la carrera de Foreman. Años después, el exboxeador ofrecería un testimonio introspectivo sobre su experiencia en el documental Facing Ali (2009), donde se reconstruye la figura de Ali a través de los relatos de sus oponentes. En esa obra, Foreman reconoce la brillantez estratégica de Ali y reflexiona sobre su propia transformación tras la caída. Ali y Foreman protagonizaron un duelo que continúa inspirando narrativas deportivas y cinematográficas en todo el mundo. (AP) Facing Ali y Big George Foreman: nuevas miradas sobre la misma historia Facing Ali no alcanzó el mismo reconocimiento que When We Were Kings, pero ofreció una perspectiva complementaria. En lugar de centrarse en la épica del combate, el documental de 2009 examina la personalidad de Ali desde la mirada de quienes compartieron el ring con él. Foreman, en ese espacio, aparece con una voz madura, alejada del personaje agresivo de los años setenta, y ofrece una lectura más introspectiva del episodio. En 2023, la historia personal de George Foreman fue llevada al cine en formato de ficción con la película Big George Foreman, dirigida por George Tillman Jr. y protagonizada por Khris Davis. El filme aborda su trayectoria desde sus inicios humildes, pasando por la derrota en Kinshasa, hasta su conversión religiosa y su inesperado regreso al boxeo, donde se consagró nuevamente campeón mundial a los 45 años. Aunque la cinta tiene un enfoque más íntimo, el combate de 1974 aparece como un punto de quiebre fundamental en su arco narrativo. Con una trayectoria ascendente, Foreman representaba la fuerza dominante del boxeo mundial antes de su enfrentamiento con Ali. (AP Foto/Horst Faas) Un combate convertido en hito cultural global El Rumble in the Jungle permanece como uno de los eventos más significativos del deporte moderno. Su influencia va más allá del cuadrilátero, pues reflejó tensiones raciales, luchas políticas y cambios culturales de una época. When We Were Kings, como muestra Leon Gast, no es solo un relato sobre una victoria deportiva, sino un documento que captura la convergencia entre espectáculo, poder y reivindicación identitaria. Ali emergió de Kinshasa como una figura de proyección global, mientras que Foreman, inicialmente percibido como antagonista, fue revalorizado con el tiempo como un testigo y protagonista de uno de los momentos más resonantes del boxeo. La riqueza de estos relatos, desde el documental hasta la ficción, ha permitido mantener viva la memoria de una noche en la que el deporte se convirtió en historia.
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