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» Misionesparatodos
Fecha: 21/03/2025 04:42
Radiografía de un bloque caótico Los 43 diputados libertarios forman un bloque tan heterogéneo como inestable. Desde el inicio, las tensiones fueron una constante, pero en la última sesión alcanzaron un punto de ebullición cuando el liderazgo de Martín Menem, presidente de la Cámara y mandamás del bloque, quedó en jaque en pleno recinto. Antes, su imagen ya había sido golpeada por la filtración de chats internos que sus propios compañeros usaron como munición en una interna feroz. Una seguidilla de escenas bizarras y polémicas sin control hizo el resto. Hoy, La Libertad Avanza es una isla de tribus en conflicto. Están los oficialistas alineados con Menem y, por extensión, con Javier y Karina Milei. Están los rebeldes, con Marcela Pagano y Rocío Bonacci como caras visibles. Y están los desterrados, los tres referentes del MID liderados por Oscar Zago, además de Lourdes Arrieta, cada vez más lejos del núcleo de poder. A pesar de las tensiones, el liderazgo de Javier Milei sigue siendo el pegamento que mantiene unida a gran parte de la bancada. Martín Menem es el brazo ejecutor de Karina Milei en Diputados. Fue la cara visible de triunfos clave, como la sanción de la Ley Bases y la defensa de los vetos presidenciales. Sin embargo, su liderazgo dentro del bloque es frágil: no convence a todos y sufre el descontrol de una bancada indomable. La filtración de chats donde instaba a su tropa a gritar e interrumpir lo dejó expuesto. El miércoles, le hicieron sentir la incomodidad propios y ajenos. Germán Martínez, jefe del bloque de Unión por la Patria, lo acorraló en plena sesión: leyó los mensajes en voz alta. Menem, sin salida, solo atinó a desviar el micrófono. La tropa del presidente de la Cámara baja tiene a Gabriel Bornoroni (Córdoba) como jefe del bloque oficialista. Su núcleo duro incluye a Nadia Márquez (Neuquén), César Treffinger (Chubut), Lisandro Almirón (Corrientes) y Facundo Correa Llano (Mendoza). La mayoría son referentes de La Libertad Avanza en sus provincias y cuentan con el respaldo de Karina Milei, quien les abrió las puertas en sus distritos. Bornoroni fue elegido como jefe de la bancada después de la expulsión de Oscar Zago. Es respetado y querido por sus compañeros, pero no ejerce el poder real: los hilos los maneja Menem. La filtración de los chats de Martín Menem generó una nueva crisis Lilia Lemoine es la voz en off del Presidente y el soldado que defiende sus intereses cuando el debate se vuelve áspero. Patrulla la ortodoxia libertaria dentro y fuera del recinto, expone a los díscolos y da la cara en las batallas complejas. Tuvo su pico de protagonismo cuando, celular en mano, enfrentó a Marcela Pagano y Rocío Bonacci, acusándolas de dar quorum para una jugada opositora. La acompañaba María Celeste Ponce, parte de su tropa. El cruce escaló rápido: gritos, insultos, gestos de “fuck you” y un vaso de agua volcado sobre el celular de Ponce marcaron el final de una escena digna de una novela de la tarde. José Luis Espert mantiene un bajo perfil y se aleja de los escándalos. Como presidente de la influyente Comisión de Presupuesto, su voz cobra peso cuando el debate requiere seriedad. Pero no está exento de traspiés: su cuenta de X fue hackeada ayer por la noche. El mensaje que se difundió sin su consentimiento fue nada más ni nada menos que la promoción de un supuesto nuevo token cripto, $LIBRA v2. Un tema que crispa a los libertarios porque golpea a la cúpula del poder, Javier y Karina Milei. El diputado libertario Lisandro Almirón ofreció un “pico” a modo de disculpas Díscolas Rocío Bonacci y Marcela Pagano, las díscolas del bloque oficialista, siguen acumulando fricciones con sus compañeros. En la última sesión, se negaron a dar quorum para la ratificación del DNU que permite a Javier Milei firmar un acuerdo con el FMI. Fue una señal de protesta: después votaron alineadas. Bonacci, diputada por Santa Fe e hija de José Bonacci, dueño del partido Unite, dinamitó el puente con sus colegas tras acusarlos de haberla “engañado” para visitar represores en Ezeiza. Desde entonces, la libertaria que antes de llegar al Congreso se presentaba como “técnica en podología”, asumió un rol desafiante dentro del bloque. La guerra de agua entre las diputadas libertarias Pagano quedó apartada cuando se adjudicó la presidencia de la Comisión de Juicio Político en contra de la voluntad de Martín Menem y Karina Milei. Su rebeldía la convirtió en blanco de ataques en redes, sobre todo después de homenajear a Eva Perón en un nuevo aniversario de su muerte. Después de una sesión explosiva en la que se cruzó con Lilia Lemoine, Pagano volvió a la carga ayer. En pleno recinto, llamó “fascista” a Menem por desconocer su rol en la comisión de la discordia. Minutos después y con un megáfono en la mano, gritó: “No le tengo miedo, Martín Menem. Yo trabajo para Javier Milei, no para usted”. En su bancada, algunos la miraban en silencio, resignados. Otros, entre risas, filmaban la escena. El kirchnerismo, desde el ala opuesta del hemiciclo, aplaudía a rabiar. Pagano denunció a Menem con un megáfono Desterrados Oscar Zago y Lourdes Arrieta son las caras de este grupo. Experimentaron el filo de la “guillotina” libertaria y hoy viven en el exilio. Oscar Zago fue el primer jefe del bloque libertario, pero cayó en desgracia tras respaldar a Marcela Pagano. Su salida arrastró a dos diputados más y lo convirtió en un disidente con matices, que quedaron en evidencia la última semana. En cuestión de días, se agarró a piñas con Lisandro Almirón por dar quorum al kirchnerismo, terminó siendo clave para que el Gobierno aprobara el DNU del acuerdo con el FMI y, casi en simultáneo, cerró una alianza con Jorge Macri -archienemigo de Karina Milei- para disputar la Ciudad contra el peronismo y los libertarios. Un giro tan brusco como revelador de su juego político. La trompadas de Zago y Almirón en el recinto Lourdes Arrieta se fue del bloque libertario después de la visita al penal de Ezeiza a condenados por delitos de lesa humanidad en la última dictadura militar. Su salida no fue silenciosa: hizo una aparición estelar en el recinto con el libro Nunca Más, se sacó fotos con el gobernador peronista Ricardo Quintela, lloró cuando el oficialismo se negó a tratar el proyecto de “ficha limpia” y hasta presentó una denuncia penal contra sus propios compañeros. Ahora intenta un acercamiento al Gobierno pero Martín Menem la mantiene a distancia. Su malestar quedó en evidencia en sus últimas votaciones: se abstuvo en la ratificación del DNU sobre el FMI y apoyó la creación de una comisión investigadora, además de la interpelación de funcionarios del Gobierno. La visita a los represores presos generó una de las primeras crisis de los libertarios Por Delfina Celichini-La Nación
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