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  • Posadas celebró a San José con procesión, misa y artesanías

    » Elterritorio

    Fecha: 20/03/2025 06:40

    El obispo Martínez en su homilía llamó a ser como San José con su fe y humildad. "Lo contrario es la soberbia. Y el que esta en una burbuja no entiende la realidad", dijo miércoles 19 de marzo de 2025 | 22:18hs. Foto: Marcos Isaac En el Día de San José, patrono de Posadas y de la Iglesia Catedral que lleva su nombre, las campanas repicaron en lo alto de la plaza principal para recibir a la imagen del santo y a la columna de fieles que caminó junto a él en procesión. En la explanada de la Catedral se ubicó el altar y más al centro de la 9 de Julio funcionó la feria de artesanos y emprendedores de distintos rubros. Los artesanos también tienen a San José como santo protector. En tanto, la misa fue presidida por el obispo Juan Ruben Martínez. Luego de las Lecturas, el padre obispo se dirigió a los feligreses que llenaron la plaza y en su mensaje resaltó la presencia histórica del cariño por San José en nuestra ciudad. Y además, destacó tres virtudes del padre adoptivo de Jesucristo. Su fe, humildad y su silencio fecundo. “San José fue parte de los logros, las alegrías, también de los sufrimientos, que seguramente hemos tenido en nuestra ciudad y es nuestro santo patrono”. Señaló: “San José es un santo sorprendente, está tan ligado a la encarnación, a la historia de la salvación, como Dios quiso que se viviese, custodio de la sagrada familia. Y nos deja tantas enseñanzas”, expresó en su homilía. “Yo quería subrayar tres virtudes de San José. Hablar de la fe de San José, hablar de la humildad de San José y hablar del silencio fecundo de San José. Estas tres cosas”. Y continuó en otro tramo: “La humildad, la humildad es la puerta de todas las virtudes. Es la primera virtud, así lo señalan muchos maestros de la vida espiritual. Lo contrario de la humildad es la soberbia. La soberbia es el peor de los pecados. ¿Por qué? Porque el soberbio se las cree, se cree como Dios, se siente poderoso. Entonces, termina claro, idolatrizando aspectos que son totalmente contrarios a la posibilidad del encuentro con Dios. Puede idolatrizar el poder, el tener, puede idolatrizar muchas cosas que generalmente nos van generando adicciones. Adicciones donde Dios no está en nuestro corazón, por la soberbia, querer ser como Dios”, explicó. “Por eso, San José era un hombre humilde, y es así su figura que no hay palabras suyas, no hay palabras, no aparecen palabras. Sí sus decisiones, sí el acompañamiento. Por eso es bueno que nosotros, para plantearnos nuestra fe como cristianos y nuestro vínculo con Dios, lo miremos a San José”. El obispo sostuvo: “Hay mucha soberbia en el mundo, esta es la realidad. Hay mucha soberbia. Y tantos que se las creen, se transforman en insensibles. Entonces los demás no están. Y no entienden la realidad. Pueden pasar cosas a su alrededor, puede haber situaciones de sufrimiento y de dolor, pero el que está en otra, en la burbuja, no entiende la realidad. Y nunca va a ser solidario con los otros, porque está situado en sí mismo. Hay una ruptura. Entonces, claro, no puede ser nunca un varón o una mujer de Dios. Porque la ruptura se genera por la soberbia. San José nos enseña la humildad. Un hombre simple, el hombre de la rutina, el hombre de lo cotidiano. Y el silencio, otro aspecto que podemos tomar de él. Es cierto que en el mundo falta silencio. Cada vez es como que nos cuesta más tener ratos de silencio. Entonces ponemos música, ponemos ruidos, ponemos... Nos falta un cierto silencio interior, fundamentalmente. Un silencio que nos permita escuchar”.

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