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» Diario Cordoba
Fecha: 20/03/2025 04:30
«Es posible que el arte no sirva para solucionar los problemas del mundo, pero sí para hacerlo un poco más bello». Hay palabras, igual que ocurre con las personas, que tienen la virtud de aparecer en el lugar y en el momento adecuados. Jaume Plensa fue quien me soltó esa frase en la radio. Y sonrió, con esa humildad más grande aún que sus obras, cuando le pregunté si invitaría a Trump a abrazar alguna de sus esculturas. Era una sonrisa escéptica, claro, porque ese mismo día no sé qué sarta de animaladas había soltado el hombre de pelo naranja que vive en la Casa Blanca. Y, además, dudo mucho que un tipo como él, empeñado en dominar el mundo, caiga quien caiga, entendiera qué pintan cabezas gigantes que piden silencio o invitan al sosiego en grandes urbes como Nueva York o Madrid. ¿Dónde está el negocio? También supongo que torcería el gesto si hubiera visto el conjunto de ocho rostros de alabastro que Plensa desplegó en ARCO para reivindicar el valor de la diversidad y denunciar los discursos cerriles y racistas que equiparan el peligro de la inmigración con una invasión de alienígenas. En fin, sé que en un campeonato mundial de decibelios está claro quién ganaría, pero yo sigo teniendo esperanzas en el poder transformador de las pequeñas disidencias. En el arte o en la ciencia. Mateo Valero, director del Centro Nacional de Supercomputación, lo tiene claro: «Llevo tiempo diciendo que nos han hecho esclavos sin librar ninguna batalla. No hay derecho a que cuatro niñatos tengan el dominio a todos los niveles». Reconforta escuchar que alguien con galones de general en el universo tecnológico no haya comprado la patraña de que las redes sociales y sus algoritmos nos hayan hecho más libres. De hecho, la supercomputación ya dispone de una rama de ciencias sociales donde se analiza la influencia que tienen las redes en la calidad de la democracia. Al preguntarle a Mateo Valero cuánto le preocupa este asunto de cero a diez, su respuesta fue «once». Moraleja: hay voces fuera de los carriles más transitados a las que, tal vez, deberíamos prestar atención.
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