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Fecha: 19/03/2025 23:11
El veredicto del jurado popular fue por mayoría y no unánime, lo que refleja la complejidad del caso. Los familiares de la víctima se mostraron satisfechos con el fallo. La Justicia de Córdoba condenó este miércoles a Néstor Aguilar Soto a cadena perpetua por el crimen de Catalina Gutiérrez. El proceso, que tuvo lugar en el Juzgado N° 11 de Tribunales II, se reanudó el pasado 13 de marzo y concluyó pasadas las 17 de este miércoles, cuando el jurado dio su veredicto contra el femicida. Cabe destacar que el veredicto del jurado popular fue por mayoría y no unánime, lo que refleja la complejidad del caso. Al finalizar la audiencia, los guardiacárceles le colocaron las esposas a Soto y fue trasladado al penal de Bouwer. La defensa de Aguilar Soto, a cargo de la abogada Burgos, anunció que apelará la decisión judicial. Sin embargo, la familia de Gutiérrez expresó su conformidad con el veredicto, aunque la madre de víctima comentó que "nadie le va a devolver a Catalina". Durante el juicio, la abogada de la defensa hizo afirmaciones que generaron controversia, llegando a decirle a Aguilar Soto: "Te mereces pasar muchos años en la cárcel". Esta declaración formó parte de su estrategia para solicitar una condena por homicidio simple, que conlleva una pena máxima de 25 años. El fiscal Sicardi, en su alegato, destacó que el origen del homicidio se relaciona con el enamoramiento de Aguilar Soto hacia Gutiérrez. "Soto estaba enamorado de Catalina y, cuando se enteró de que estaba de novia, hubo un clic en él, que lo llevó a esta lamentable decisión", sostuvo el fiscal. La familia de Catalina Gutiérrez celebró la sentencia de prisión perpetua, aunque con la tristeza de que su pérdida es irreversible. Más temprano, el juicio concluyó con los alegatos, la última palabra del acusado y el fallo. Por la mañana, el fiscal Marcelo Sicardi había solicitado la pena máxima de prisión perpetua para Aguilar Soto. La acusación incluía delitos de lesiones leves calificadas mediante violencia de género y homicidio, en lo que se clasifica como un femicidio. Durante su intervención, Sicardi puso en duda los dichos de Soto y lo describió como un "mentiroso". Aseguró que el acusado estaba enamorado de Catalina y se dirigió a los padres de la víctima con emotivas palabras. En el penúltimo día del juicio, el martes, Aguilar Soto le pidió perdón a la familia de Catalina e intentó desligarse del agravante por violencia de género al declarar que no es un femicida, sino un "homicida". El papá de Catalina Gutiérrez afirmó que sintió "asco" al escuchar la declaración de Néstor Aguilar Soto en el juicio por jurados populares. Marcelo Gutiérrez calificó de "feo" el testimonio del amigo de su hija: "Muy feo. Me dio asco, impotencia y bronca". En este marco, el arquitecto mencionó que se dio vuelta para no observar al oriundo de San Carlos de Bariloche, porque "era todo un relato monótono de una máquina llamada Soto monstruo". "Escuché mentiras de su parte. Hablaba más de él, de lo que lo acusan, que del hecho en sí. Es un psicópata con todas las letras", agregó. "Es un traidor y un cínico. Mientras acababa de asesinar a Catalina, estaba invitando a sus amigos para salir por ahí. Leí las conversaciones antes en la causa", sostuvo con respecto a los chats que mostró el detective de Homicidios, de apellido Pallizi. Soto afirmó en la Cámara en lo Correccional y Criminal de 11° Nominación: "Mi vida antes era perfecta y ahora estoy en la cárcel. Pido perdón de todo corazón a Catalina y a los padres". Catalina Gutiérrez fue asesinada el 17 de julio de 2024. La joven había pasado a buscar a Soto por su casa para asistir a una reunión con amigos. Sin embargo, esa salida nunca ocurrió. Se supo que Gutiérrez fue golpeada y estrangulada dentro de la vivienda y luego el agresor trasladó el cuerpo de su amiga hasta su Renault Clio. Desde su casa, condujo hasta barrio Ampliación Kennedy, donde, antes de abandonarlo, lo prendió fuego para eliminar las pruebas, algo que finalmente no sucedió, porque el vehículo no llegó a incendiarse por completo. Informes de Francisco Centeno y Gonzalo Carrasquera. Fuente: C3
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