Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Crisis radical y nacional: La UCR al borde de una nueva fractura en el arranque del año electoral

    Parana » Entreriosya

    Fecha: 17/03/2025 10:11

    “El diálogo está roto”, “la fisura es total”, “el bloque está al borde del quiebre”. Una de las pocas coincidencias que existen hoy entre los principales sectores de la UCR es que el partido de Yrigoyen y Alem atraviesa una profunda crisis, que podría derivar en una inminente fractura del bloque de senadores nacionales. Las diferencias sobre la designación por decreto de los jueces de la Corte Suprema volvieron a dejar en evidencia la fractura interna que viene agrandándose subterráneamente desde el día uno del gobierno de Javier Milei. De un lado se ubican los que -por necesidad, conveniencia o convicción- acompañan al oficialismo y del otro los que, por los mismos motivos, se le oponen. En ese contexto, este martes habrá una cumbre de alto voltaje entre las autoridades de la Mesa Nacional partidaria, los gobernadores y el bloque de senadores nacionales. En la agenda del cónclave está una definición sobre el futuro de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla y también del DNU que blinda el nuevo endeudamiento con el FMI. No faltará quien plantee la discusión sobre la próxima Convención Nacional, convocada para el 25 de abril y resistida por los mandatarios provinciales. “El bloque está permanentemente al borde de la ruptura. Se hacen esfuerzos para gestionar las diferencias, pero cada vez hay menos margen para eso”, reconoce a Página/12 uno de los 13 senadores que componen la bancada que preside el correntino Eduardo Vischi. Como sucede con la mayoría de la Cámara Alta, gran parte de los senadores radicales ofician de terminales de los gobernadores. En el caso de Vischi, es un alfil del correntino Gustavo Valdés, que este año pone en juego la gobernación y apuesta a que su hermano Juan Pablo sea su sucesor. Valdés es uno de los 3 gobernadores radicales que busca un acuerdo con La Libertad Avanza pero es el único que este año tiene elecciones para el Poder Ejecutivo provincial. Si se enfrenta abiertamente con Javier Milei, no sólo sufrirá las consecuencias en materia de recursos provenientes del Gobierno Nacional sino que corre el riesgo de fragmentar a su propio electorado y mejorar las chances del peronismo de ganar la provincia. En el ballotage de 2023, Milei había sacado el 53,2% de los votos. Con esos mismos argumentos, el chaqueño Leandro Zdero anunció la semana pasada su alianza con los libertarios. Un escenario similar se repite también en Mendoza, donde gobierna Alfredo Cornejo. Ninguno de los tres jefes provinciales está dispuesto a sacrificar la gobernabilidad en sus territorios en pos de la coherencia partidaria a nivel nacional y menos aún en una elección legislativa en la que no está en juego la presidencia de la Nación. “Lousteau arrancó como titular del Comité Nacional muy fuerte contra el Gobierno sin saber qué querían hacer los gobernadores. No construyó un equilibrio”, explica a Página/12 un radical con experiencia y liderazgo en su territorio. Al senador por CABA le reconocen coraje para ir al frente y hasta coincidencias con muchas de sus posiciones pero le cuestionan la falta de trabajo en equipo. “Es individualista, se corta solo”, dicen. “Ahora avanza con una convocatoria a la Convención sin diálogo previo con los gobernadores, sin hablar con todos antes. Parece un diálogo de sordos. Santa Fe tiene elecciones a mediados de abril y Chaco en mayo. Los gobernadores habían pedido no adelantar discusiones como las de la Convención porque eso motoriza el partido para adentro cuando la energía tiene que estar hacia afuera”, detalla un hombre fuerte del interior que participa de las negociaciones. La votación que definió convocar al máximo órgano partidario salió 11 a 4. Pero las mayorías que reinan en las instituciones partidarias se invierten en el Congreso Nacional, donde predominan los jefes territoriales. Un ejemplo de esto es el de Maximiliano Pullaro. El gobernador de Santa Fe sostiene una alianza con el PRO de Mauricio Macri y ya descartó una sociedad electoral con los libertarios. Pero su estrategia incluye evitar la confrontación directa con el Presidente: Milei, por ejemplo, nunca le pisó la provincia y prefieren que eso siga así. En parte explica que el silencioso senador Eduardo Galaretto no votara en contra de la Casa Rosada la creación de una comisión investigadora del criptogate. El jujeño Carlos Sadir completa el quinteto de mandatarios radicales. También anticipó las legislativas provinciales para el 11 de mayo, y sin consultar a su antecesor Gerardo Morales, quien lo había impulsado para el cargo. En Jujuy tampoco habrá acuerdo con La Libertad Avanza pero eso no implicará un enfrentamiento abierto. Cuando se mira el perfil de los radicales más combativos se encuentran algunas coincidencias. Ni Lousteau, ni su compañero de bloque Pablo Blanco tienen que responder al jefe de Gobierno porteño o al gobernador de Tierra del Fuego, respectivamente. Esa libertad de acción explica en buena medida las diferencias con sus correligionarios y el grado de tensión permanente que sale a la luz con mayor frecuencia. En Capital Federal, por ejemplo, el radicalismo se encamina a una elección sin acuerdos con sus ex socios del PRO ni la Coalición Cívica. “Este año cada distrito hará lo que quiera e incluso habrá divisiones en los distritos como en PBA donde Manes no va a compartir con Maximiliano Abad ninguna lista”, se sincera una de las fuentes parlamentarias mejor informadas del radicalismo. Como en la Cámara de Diputados la fractura ya se produjo en octubre de 2024, las diferencias transitan por carriles separados. De los 12 diputados referenciados en Facundo Manes que abandonaron el bloque conducido por Rodrigo De Loredo, 9 terminan su mandato en diciembre. Y de los 20 que quedaron con De Loredo, 14 deberán abandonar el Congreso si no son reelectos. Es decir que el radicalismo pone en juego dos tercios en cada bancada. Las chances de renovar la totalidad de las bancas son nulas. El instinto de supervivencia de cada dirigente en su provincia terminará de ordenar su estrategia en el Congreso Nacional. “Lo que va a salvar al radicalismo es que esta elección es una elección legislativa. Cada uno se mira el ombligo y eso genera tensiones pero no hay una necesidad de una definición sobre el futuro nacional del partido”, sintetiza otro dirigente, anticipando que la batalla final no será en octubre, sino en 2027. Fuente: Pagina 12

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por