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» Elterritorio
Fecha: 15/03/2025 10:24
La banda pop volvió a la capital de la provincia y el público celebró su despliegue sábado 15 de marzo de 2025 | 4:06hs. Miranda es mucho, en un momento pareció ser demasiado. Demasiado teatral, demasiado inclusiva, demasiado pop para el rock, demasiado kitsch para lo cool, demasiado off para lo trash. Después eso se revirtió, después se fueron mundiales, después, traspasaron generaciones a fuerza de constancia y hits, mucho hit. Puntualísimos, unos minutos antes de la hora pactada y tras culminar el largo ingreso de todos los espectadores, las luces del polideportivo Santa María se apagaron anunciando su llegada. Enfundados en un tapado peluche animal print Ale Sergi y Juliana Gattas aparecieron en escena a las 21.58. La ovación inmediata arrojó el reconocimiento de que su vuelta a la capital misionera había sido más que esperada. Ya lo sabía, cantaron y al pasar un minutito de las 22, Sergi lanzó el “Hola Posadas”, para comenzar el delirio de sus fans. A lo largo de la noche, serían varios los cambios de vestuario y tono para un público que los disfrutó de principio a fin, abarcando desde niños con vinchitas de luces, hasta abuelas brazos en alto, grupos de adultos que siguen la banda desde sus inicios y adolescentes que cabecearon cual pogo metalero. Es que, de alguna manera, Miranda supo ser disruptivo dentro de la monotonía rockera. Ya lo definió así Juan Ingaramo, por ejemplo, en su visita a Posadas, recordando esos primeros conciertos de Miranda en el Cosquín Rock. Entre la horda de rockeros -siempre uniformados con remeras negras- aparecían sobre el escenario estos andróginos pop contrastando totalmente en poleras blancas y bancándose estoicos los abucheos. Así, con su desparpajo glam rompieron el molde y lograron reinventar el concepto de dúo teatral a lo Pimpinella pero con glitter. Posadas fue un ejemplo más de su trascendencia y celebró verlos cantar y bailar con sus sacos amarillos llenos de pompones, otro outfit blanco y negro con anchas mangas a lo locomía o destellando brillos plata y junto a un increíble despliegue de bailarinas. Miranda, como Misiones, es exuberante. Así como se mezclaron fans de diferentes edades, el repertorio de casi dos horas incluyó éxitos recientes como del principio del 2000. Los infaltables Uno los dos (junto a Emilia) y Mejor que vos (el último hit junto a Lali) se codearon con Mentía, Hola, Ya lo sabía, 743, Yo te diré, Tu Misterioso Alguien, Fantasmas, Lo que siento por ti. Entre acting, baile y más, pasó Perfecta, un ejemplo vivo de esta unión generacional, Me gustas tanto, y un segmento con las nuevas colaboraciones A donde vas si te vas (el feat neotanguero con Big One y Andrés Ciro), Dos (con Dillom), Triste (con Mateo Sujatovich) y el teatral Por ese Hombre (que grabaron con Abraham Mateo). Mientras un grupo de mujeres bailaba en coreo sincronizada como si volvieran a la disco que las unió en amistad, cuatro niñas saltaban desenfrenadas, exudando glitter a centímetros de las repletas gradas. Cada uno vivió su propio videoclip. Con Don el polideportivo explotó en locura, dando cuenta de lo indiscutible de un hit que nos remite a ese icónico baile de enfermeras con chatas y que endiosó por siempre a Lolo, ex integrante de la banda. “¿Posadas es lo mejor que tenés para mí?”, desafió Sergi, envalentonando a la multitud que gritaba enardecida. 23.38 marcan las agujas, las luces se vuelven a apagar, esta vez como signo de despedida. Pero antes de que el público emprenda la retirada, vuelven para el bis, la última y más esperada. Previamente, Ale Sergi ilumina con su carisma palpable y arroja las palabras exactas: “Siempre la pasamos increíble. Cuando nos vamos, lo único que queremos es volver”. Y dedicada a los seguidores de antaño, entona Romix, la joya de la noche. Un show que sigue latiendo, que brilla como eterna purpurina. Es Miranda, mi amor
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