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  • Vulnerabilidad en zonas urbanas y convivencia con automovilistas: análisis detallado

    » Misioneslider

    Fecha: 15/03/2025 09:47

    Ciclovías, una necesidad en crecimiento en la Ciudad de Buenos Aires La imagen, a mitad del día, es caótica. En la avenida Corrientes avanzar por un carril y respetar el tránsito parecen dos cosas imposibles de coexistir. Los ciclistas pedalean a lo largo de una ciclovía en la que pueden toparse con autos estacionados y situaciones de peligro cada vez que llegan a la esquina. A la inversa, los automovilistas sortean las bicicletas que a veces se cruzan sin aviso previo, ignorando los semáforos en rojo. La “Red de ciclovías y Bicisendas Protegidas de la Ciudad”, que empezó en a construirse en 2009 supera actualmente los 300 kilómetros. Tanto avenidas como calles se reinventaron para adaptarse a ese crecimiento cultural y social. Indudablemente, el ciclista se convirtió en un actor con mayor participación dentro del tránsito diario. Hace 16 años, solo el 0,4% de los viajes se hacían en bicicleta: hoy ya representan el 7%. Sin embargo, la expansión de ciclovías y el aumento de quienes pedalean sobre dos ruedas plantea un problema de convivencia y de educación vial: por un lado, los conductores -ya sea de automóviles, colectivos, o camiones-; por el otro, los ciclistas. La calle no tarda mucho en convertirse en una jungla y en alentar una escalada de conflictos entre unos y otros. Todos quieren lo mismo, que es tener la razón y trazar sus propias reglas de tránsito, en donde resulta más sencillo culpar al otro que tomar los recaudos necesarios para circular con seguridad. Como consecuencia, los siniestros viales siguen suscitándose en todos los sectores que integran el tránsito porteño. Análisis de siniestros viales en la Ciudad de Buenos Aires El Anuario de Datos de Siniestralidad Vial de 2023 del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires muestra que ese año hubo 104 víctimas mortales. Los eslabones con más proporción de mortalidad, en orden, fueron: peatones (47%), motociclistas (35%), automovilistas (10%) y ciclistas (6,5%). En números, los siniestros vinculados a ciclistas aumentaron 0,5 puntos porcentuales del período 2020-2021 al 2023. Ese año ocurrieron 28 siniestros de tránsito asociados a usuarios de bicicletas, con una proporción de mortalidad de 2 víctimas cada 10. Además, 4 de cada 10 siniestros mortales o graves asociados a usuarios ciclistas tuvieron como contraparte automóviles. 2 de cada 10 se asociaron a camiones como contraparte. Asimismo, 6 de cada 10 siniestros mortales o graves asociados a ciclistas ocurrieron en avenidas. El 51% de los siniestros mortales ocurrieron en intersecciones. Desafíos y propuestas para mejorar la convivencia vial Uno de los casos más recientes que dejó una víctima fatal fue el del 7 de febrero en Palermo, en donde un ciclista de 70 años murió atropellado por un automovilista. En octubre del año pasado, en el cruce de Corrientes y Madero, a pasos del Luna Park, un ciclista de 20 años cruzó el semáforo en rojo y fue embestido por un auto Toyota Yaris. Más allá de los riesgos constantes a los que los ciclistas y automovilistas se enfrentan en la calle están las responsabilidades que deben adquirir -y que, a veces, no lo hacen- a la hora de prevenir accidentes graves o fatales. En avenida Córdoba, otra de las ciclovías más utilizadas refleja una imagen recurrente: un ciclista avanza en rojo, en una batalla contrarreloj con los autos que vienen por la intersección. No falta tampoco el vehículo que se estaciona en la ciclovía, y deja la mitad de la bicisenda -o menos- para el paso. “Yo creo que nadie respeta a nadie. Ni el ciclista respeta los semáforos ni las normas de tránsito, ni el conductor del vehículo respeta al ciclista. La bicicleta, como es más fácil de maniobrar, hace que haya ciclistas que pasan en rojo. En cambio, el auto tiene que parar, le cuesta más maniobrar, y por eso pasan muchos incidentes”, comenta Pablo Márquez, un ciudadano que utiliza la avenida como ciclista, pero también a veces como automovilista. “El ciclista, cuando va por la bicisenda a veces sale para agarrar una calle y no avisa, no saca la mano para indicar, y tendría que hacerlo. A veces sale de la bicisenda y dobla, y el auto que viene lo puede agarrar. Lo mismo pasa con los autos, cuando el ciclista que va por la bicisenda va confiado. El auto que va adelante no le hace ningún guiño, aunque sabe por el espejo que hay alguien atrás. Entonces, cuando llega a la esquina dobla y encierra al ciclista. En esta ciudad todavía falta cultura ciclística”, agrega. Propuestas para mejorar la convivencia vial David Berstein es uno de los fundadores de la Asociación Civil Movilidad Activa y Sostenible, que desde hace unos meses trabaja para promover las seguridad vial en la Ciudad de Buenos Aires. En diálogo con Clarín, Berstein -quien es también abogado especialista en prevención de hechos viales- comparte su opinión respecto del eterno debate entre unos y otros. “Hay un desafío social y un desafío cultural para los porteños. Hay que concientizarse de esta realidad, porque son cada vez más las bicicletas que circulan diariamente. El ciclista pasó a ser un actor fundamental del tránsito, por lo que tiene derechos y obligaciones. Al igual que el automovilista, tiene que respetar las normas. En 2025 hay que seguir trabajando en campañas de educación vial, en armonizar la convivencia y en el respeto a las normas de tránsito. El fin último y más noble siempre es salvar vidas, que no haya más siniestros viales”, manifiesta Berstein. Refuerza su visión desde su rol como activista y analiza que una de las formas de mejorar la circulación es bajando la velocidad de automóviles a 30 km/h en las calles y a 50 km/h en las avenidas. “En Europa ya está instalado todo esto. El ciclista está más expuesto que el automovilista, pero nadie debe tener más privilegios que nadie. De ambos lados hay que mejorar la conducta y respetar al prójimo. Se puede trabajar a través de escuelas, campañas de comunicación, a través de legisladores, hay un montón de actores que pueden contribuir al cambio cultural”, señala. Visión a futuro y movilidad sustentable Más allá del conflictivo escenario actual, Berstein mira hacia el futuro, hacia la movilidad 100% sustentable de la Ciudad de Buenos Aires, tomando como ejemplo a modelos de ciudades europeas de gran cultura ciclística, como Ámsterdam. “Es mejor en la práctica que haya más bicicletas y ciclovías, que haya menos autos particulares y que haya más y mejor transporte público -más tranvías eléctricos de última generación y colectivos eléctricos- para así mejorar la accesibilidad. Hacia ahí van las ciudades más importantes del mundo. Hay que hacer una inversión gradual en infraestructura. Es una decisión política que se tiene que hacer con tiempo, con un planeamiento urbano adecuado”, sostiene. Un ejemplo de lo que ya pisa fuerte como transporte sustentable en las calles porteñas son los monopatines eléctricos. Expansión de ciclovías y nuevas propuestas Recientemente, la ONG que fundó Berstein interpuso un recurso de amparo para evitar el levantamiento de la ciclovía de la calle Tucumán que había iniciado el Gobierno porteño. La Justicia acompañó el reclamo y dictó una medida cautelar para proteger la circulación de ciclistas por esa calle. Ahora, el ministro de Infraestructura de la Ciudad, Pablo Bereciartua, anunció la nueva ciclovía de García del Río, que une el Parque Saavedra con Cabildo. Esta ciclovía se integrará con la red existente en Parque Saavedra, Amenábar y Comodoro Rivadavia. “La obra aprovecha el boulevard preexistente, minimizando el impacto en la circulación vehicular y maximizando el uso del espacio público. Se mejoró la calzada, se sumó señalización horizontal y equipamiento urbano. Se estima que esta ciclovía va a beneficiar a más de 500 ciclistas diarios, reduciendo la congestión y promoviendo un modelo de movilidad sustentable y seguro”, expresó. “La red de ciclovías no es solo asfalto y pintura. Para que cada vez más personas usen la bici, estamos: nivelando carriles de alta demanda, generando nuevos estacionamientos, mantenimiento y revisión de toda la traza, mejorando la señalización”. En ese sentido, el Gobierno porteño también anticipó que trabaja en distintos puntos de la red para «hacerla más eficiente». Por ejemplo, también se ensanchará la de la calle Billinghurst, que es una de las más utilizadas en toda la Ciudad. En conclusión, la convivencia entre ciclistas y automovilistas en la Ciudad de Buenos Aires es un desafío que requiere de un cambio cultural y de un compromiso por parte de todos los actores involucrados en el tránsito. Promover una movilidad sustentable, respetuosa y segura es fundamental para reducir los siniestros viales y garantizar la integridad de quienes circulan por las calles de la ciudad.

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