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Chajari » Chajari al dia
Fecha: 14/03/2025 14:31
Julio no será un mes más para el MerCoSur. Hasta ese mes Argentina tiene la Presidencia Pro Tempore, de manera que deberá realizar en el país la reunión de ministros de Relaciones Exteriores y la cumbre de Jefes de Estado. Allí se discutirán, seguramente, varias cuestiones, pero lo que no estará ausente y se impondrá entre todos los temas, será la posible flexibilización del bloque. Hay diferencias entre las posturas de los países, incluso se vislumbra una interna que juega con intereses políticos, económicos y hasta personales. Hay cosas que cambiaron recientemente. Javier Milei no concurrió a la cumbre realizada el año pasado en Asunción, lo que fue criticado sin tapujos por el entonces presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou. Pero en el mes de julio Milei estará presente porque es el dueño de casa. En tanto, Lacalle Pou ya no preside Uruguay. El nuevo presidente uruguayo es Yamandú Orsi. Lacalle Pou quería abrir el juego del MerCoSur. Sus intenciones eran abrir el comercio con China, aunque el resto de los miembros del bloque no estén de acuerdo. ¿Orsi pensará igual? Todo indica que Uruguay se alineará con Brasil, por lo que la idea del Presidente argentino chocará con la de estos países. Hay algo que no puede ser dejado de lado y es que Milei, desde que asumió la Presidencia de la Nación, pasó a ser uno de los mayores críticos del MerCoSur, al tiempo de alinearse abiertamente con EE.UU e Israel, en un cambio evidente de la dirección geopolítica. Claro está que ante esta postura de Milei, será menester lograr acuerdos para que Argentina firme un tratado de libre comercio con Estados Unidos. ¿Lo aceptarán sin chistar el resto de los miembros del MerCoSur? El Presidente argentino amenazó con romper el MerCoSur, aduciendo que no está de acuerdo con su funcionamiento. Pero, en este marco, hay un punto que podría ser determinante y es que Brasil es el principal socio comercial de Argentina, de manera que no será tan sencillo romper el bloque, a pesar de las diferencias personales e ideológicas que tienen Milei e Luis Inácio Lula da Silva. En lo que respecta a Yamandú Orsi, cuando se lo consultó sobre el tema a poco de asumir funciones, trató de hacer equilibrio en una cuerda floja, pero corrieron versiones que indican que la agenda uruguaya transitaría unida a la de Brasil. Milei tendrá que buscar apoyo en el paraguayo Santiago Peña y el boliviano Luis Arce, aunque este último tiene poca incidencia en la discusión interna del Mercado Común del Sur. Claro que no hay que olvidar que, al menos por el momento, Peña defiende el modelo actual basado en acuerdos marco que requieren la participación de todos los miembros del bloque. En realidad, hace tiempo que los intereses de los socios del bloque no se encuentran alineados. Entre los hechos más significativos que explican la situación se puede mencionar que los países miembros transitan distintos senderos de crecimiento, sus macroeconomías siguen descoordinadas y una mayor participación de China como abastecedor industrial a toda América Latina ha llevado a un desacople comercial creciente entre Brasil y la Argentina. A considerar Hay algunos puntos que no podrán ser obviados por los miembros del MerCoSur en sus debates de julio venidero. Uno de ellos gira en torno a las diferencias económicas entre los países miembros, especialmente entre Brasil (la economía más grande de la región) y los socios menores como Uruguay y Paraguay. Esto genera tensiones. Además, las diferencias ideológicas y políticas entre los gobiernos han dificultado la coordinación de políticas comunes. Por otra parte, las economías del MerCoSur son altamente competitivas entre sí, especialmente en sectores como la agroindustria, lo que limita las oportunidades de integración productiva. La falta de cadenas regionales de valor es un problema innegable. Además y como ya apuntáramos, las reglas del MerCoSur exigen que los países negocien acuerdos comerciales de manera conjunta, lo que ha generado frustración entre los miembros más pequeños, como Uruguay, que buscan mayor autonomía para firmar acuerdos bilaterales. Asimismo, la inestabilidad política en países como Brasil y Argentina, así como la crisis económica en Venezuela (antes de su suspensión), han debilitado la cohesión del bloque. La pandemia de COVID-19 también exacerbó las dificultades económicas y sociales en la región. Ante esta realidad y aunque se han firmado acuerdos importantes, su implementación ha sido lenta debido a las barreras internas y la falta de consenso entre los miembros. En suma, hay un país (Brasil) que se beneficia más que el resto. Lo indican los números. Y si así le va bien, ¿para qué cambiar? De allí la pregunta: ¿cuál es el futuro del MerCoSur?
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