14/03/2025 11:18
14/03/2025 11:16
14/03/2025 11:14
14/03/2025 11:14
14/03/2025 11:14
14/03/2025 11:13
14/03/2025 11:13
14/03/2025 11:09
14/03/2025 11:07
14/03/2025 11:06
» Diario Cordoba
Fecha: 14/03/2025 08:30
En la última revisión sobre el estado de salud del Casco Histórico, relativa al año 2024, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Córdoba informó a la Unesco de que existe una fuerte presión social para que se permita la autorización de instalaciones de energía renovable, fotovoltaica. De una forma bastante precisa, los profesionales que realizaron el documento dejaban constancia de que había vecinos que, ante la prohibición y ausencia de alternativas, estaban optando por no esperar al permiso y colocar los paneles solares sin licencia. De extranjis. El dictamen, que nunca se dio a conocer, explica que los primeros informes sobre la adaptación de la norma para permitir instalaciones renovables con papeles se habían realizado. Y avisaba de lo que va a pasar en el futuro. En concreto, nada. Asevera que las posibilidades futuras serán tan pequeñas que el impacto va a ser casi nulo. «The possibility of installing panels would be small», dice el documento que remitió el Ayuntamiento de Córdoba a la Unesco. Traduzco: van a permitir que no se pueda permitir nada. Gatopardismo municipal: que algo cambie para que todo siga igual. El Ayuntamiento de Córdoba ha eternizado su procedimiento (hasta el punto de la más completa inacción) y la Junta de Andalucía ha cambiado su propia normativa de paneles solares en cascos históricos sin tener en cuenta la voluntad de los vecinos y sin más debate o participación que la que dan los hechos consumados. Sucede así que ahora mismo se permiten todo tipo de barbaridades en el Casco Histórico pero, amigo, que no se le ocurra que se vea el negro del sílice desde diez calles más allá. En realidad, tenemos suerte. A los que aún vivimos en los barrios viejos no nos piden que vayamos en coche de caballos, podemos tener aparatos de aire acondicionado y la energía eléctrica o internet llegan a las casas mediante cableados pese a que su impacto es mucho más evidente. Los mismos que autorizan o toleran todo tipo de adefesios, los de la fiesta perpetua, han decidido que el progreso sea aplicado de forma selectiva. Y que vivir en estos barrios sea más caro que en el resto de la ciudad. Al grito de que queda feo, van a conseguir su solar, su parque temático, su centro de ocio 24/7. Porque lo que interesa, querido vecino, es la pela y no la autenticidad de preservar barrios habitados. Así lo quieren y así lo están consiguiendo. Hablemos entonces de pasta. Si no vamos a recibir lo mismo y si nos vamos a comer las restricciones de forma particular, ¿por qué tenemos que pagar los mismos impuestos? Visto así, igual nos entendemos. *Periodista Suscríbete para seguir leyendo
Ver noticia original