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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/03/2025 04:44
Rosina Beltrán, más conocida como Rosi, es una joven uruguaya que alcanzó la fama tras participar en Gran Hermano Argentina 2023. Antes del reality, trabajaba como entrenadora personal y era profesora de inglés en un jardín de infantes en Montevideo. Su carisma y personalidad extrovertida la convirtieron rápidamente en una de las figuras más destacadas del programa. Actualmente, es creadora de contenido y comunicadora. Cuenta con una comunidad de casi 900 mil seguidores. Durante su estadía en la casa, compartió aspectos de su vida personal, incluyendo la estrecha relación con su madre, quien la crió sola. Este año comenzó a ser vinculada sentimentalmente con Renato Rossini, un influencer peruano que participó en la edición 2025 de GH. Ambos han expresado públicamente la conexión especial que los une, alimentando las especulaciones sobre un posible romance. La semana pasada, cuando Renato salió de la casa, se reencontró con Rosi en el estudio, donde ella lo esperaba ansiosa. Sin dudarlo, él la besó apasionadamente frente a las cámaras, confirmando así la relación que hasta el momento mantenían en secreto. Rosina: “Gran Hermano es una herramienta si sabés aprovechar la visibilidad”. (Candela Teicheira) Pollo: — ¿Por qué te anotaste en Gran Hermano? Rosina: — Yo siempre miraba el programa de chiquita. Me apasionaba y dije: “Voy a estar ahí”. El Gran Hermano anterior, el que ganó Marcos, lo vi todo y cuando salió la postulación al día siguiente dije: “Este es mío, olvídate. Soy la uruguaya que va a entrar a esa casa”. Pollo: — ¿Por qué creías que te iba a ir bien? ¿Por tu personalidad? ¿Sentías que tenías algo para dar? Rosina: — Creo que lo que les gustó fue mi personalidad. Al principio en los castings me preguntaban: “¿Vos sos así?” Y sí, yo soy así. Soy espontánea, alegre, enérgica y quise entrar porque el programa te da mucha visibilidad. A mi me gustaba la tele desde chiquita y te abre un montón de puertas. Si vos lo sabés aprovechar, es una herramienta muy importante la visibilidad que te da el programa. Hice casting, tras casting, tras casting y entré. Fueron seis castings en total. Pollo: — Estabas a la espera de ese llamado final... Rosina: — Sí y me tatué. Pollo: — ¿Qué te tatuaste? ¿Algo del programa? Rosina: — ¡Es una locura lo que hice! Lo recontra manifesté. Cuando mandé la inscripción al casting, yo ni siquiera sabía si iba a quedar, pero estaba muy segura de mí misma y me tatué la fecha en la que mandé el primer casting. "Cuando mandé la inscripción al casting, ni siquiera sabía si iba a quedar, pero estaba muy segura de mí misma y me tatué la fecha", confesó Rosina. (Candela Teicheira) Pollo: — No puede ser... Rosina: — ¡Ni siquiera había quedado y ya me había tatuado! (risas). Pollo: — ¿Ni siquiera estabas preseleccionada y te tatuaste la fecha en la que mandaste la inscripción? Rosina: — Sí, como para decir: “Esto va a suceder”. Pollo: — ¿Dónde te lo tatuaste? Rosina: — La tengo acá tatuada en el labio por el poder de la palabra (muestra la parte interna de la boca). Dice 31 del 3 del 2023, que fue la fecha en la que mandé el casting. Pollo: — ¿Y si no quedabas? Rosina: — Si no quedaba, no quedaba. Pero yo confiaba mucho. Tenía mucha confianza en mí misma. Igualmente, el tatuaje no se lo conté a nadie. Fue una promesa que hice conmigo misma y dije: “Si entro, lo muestro. Sino quedará por siempre guardado y no se lo cuento a nadie, muere conmigo”. Pollo: — ¿Y cuando te llamaron para los otros casting lo dijiste? Rosina: — Sí. Cuando fui al primer casting y les muestro imagínate la reacción. “Está recontra loca esta chabona”, dijeron (risas). Pollo: — Yo creo que quedaste por ese tatoo... Rosina: — Puede ser que ayudó un poquitín. La cita Pollo: — ¿Cuál fue tu peor cita? ¿Te acordás? Rosina: — ¡Ay, sí! Me acuerdo porque fue muy mala. Fue en Italia. Pollo: — ¿Hace cuánto? Rosina: — El año pasado. Pollo: — O sea después de tu paso por Gran Hermano. Rosina: — Sí. Fue en Roma. Cuando llegó la persona dije: “No”. Pollo: — ¿Con un argentino o un italiano? Rosina: — Un italiano. Él viajó desde Milán a verme, estaba re entusiasmado. Me acuerdo que había alquilado un auto, el hotel y cuando lo vi fue tipo no. Yo ya lo había conocido en un viaje en Uruguay hace tiempo y coincidimos unos días ahí. Pollo: — ¿Hablaban por Instagram? Rosina: — No, por WhatsApp. Y cuando llegó no me gustó. Más allá de que no me había gustado, no conecté. ¿Viste cuando no conectás en nada con la persona? Y yo decía: “¿Ahora qué hago?” Porque el chabón había viajado desde Milán a Roma a verme. Estaba re entusiasmado, me llevó a pasear por todos lados con el auto y yo no quería ni darle un beso, esa es la realidad. Dije: “En la que me metí. ¿Cómo salgo de acá?” Pollo: — ¿Y cómo zafaste? Rosina: — Le dije que estaba muy cansada y que tenía que irme a dormir porque al otro día tenía una excursión. Cuando empezamos a hablar no había conexión. A mí es como que me cierra o no me cierra y cuando no me cierra tampoco voy a hacer algo que no quiero. Buena onda, igual, super respetuosa yo y él también. Pasamos un momento super lindo, pero no pasó nada. Pollo: — ¿Y él se volvió a Milán? Rosina: — No, se quedó a dormir en el lugar que alquiló y yo me fui a dormir feliz. Al otro día me levanté a las 8 de la mañana y me fui a la excursión. Pero bueno, no fue una buena cita. Pollo: — ¿Y no se vieron nunca más? Rosina: — No, nunca más. Imaginate, yo pensaba Italia, flasheaba amor y nada. Hubiera estado bueno. Todo hubiera sido diferente si me hubiera gustado, pero pasó todo lo contrario. Me quería ir a dormir. En Instagram, Rosina cuenta con una comunidad de casi 900 mil seguidores. (Candela Teicheira) El juego del millón Con una valija llena de dólares, el Pollo invitó a Rosi a comprar todo lo que desee. El único requisito es que no se puede donar ni guardar como ahorro. Pollo: — ¿En qué gastarías el millón? Arranquemos. Rosina: — 100 para un departamento para mi mamá. Pollo: — ¿Es propietaria? Rosina: — Sí. Pollo: — Sería darle otra propiedad. Rosina: — Es para que alquile la que ella está ahora y tenga una nueva. Pollo: — Te quedan 900 mil. Rosina: — Me compraría un buen barco. Me encanta el mar, la naturaleza y mi sueño siempre fue tener un barco. Pollo: — ¿Pero hiciste curso de timonel? ¿Sabés algo de barcos? Rosina: — No, no tengo hecho el curso. Pero me las ingenio (risas). Pollo: — ¡No! Pero no te las podés ingeniar con esto. Tenés que hacer el curso o ir con un capitán o capitana... Rosina: — Contrato a alguien que lo domine, entonces. Pollo: — ¿Sería más como una lancha? Rosina: — Sí. Una lancha pero con cuarto y cocina para estar en el medio del mar flasheando amor. Luna, estrellas, vinito, para una noche romántica y para ir con mis amigas a navegar. Pollo: — Te quedan 800. Rosina: — Saco 200 para comprar dos propiedades y ponerlas en alquiler. Pollo: — ¿En qué zona? Rosina: — Las dos en Uruguay. Pollo: — Quedan 600 mil. Rosina: — 100 para un viaje con amigas. Las llevo de viaje por el mundo. Somos cinco en total. Quiero llevarlas a Tailandia, el año pasado fui como comunicadora y fue increíble. Es una cultura increíble: los templos, las playas... Pollo: — ¿Y con estos 500 mil? ¿Qué harías? Rosina: — Con 200 me gustaría poner un gimnasio porque soy entrenadora. Me encantaría dar mis clases en el gimnasio. Tengo que pensar el nombre. Pollo: — Te quedan 300 mil. Rosina: — A mí me gusta invertir, pero 100 me lo gastaría en ropa para mí y para mis amigas. Me voy al local de Balenciaga. Pollo: — ¿Con lo que resta? Rosina: — Con 100 mil le pondría un local de cocina a mi prima y cocina muy bien. Los otros 100 son para viajar con mi madre. Me gustaría llevarla a Egipto, a Tailandia también, ir a las islas Maldivas. Me gusta mucho viajar. Mirá la entrevista completa: Casino - Rosina
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