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» Diario Cordoba
Fecha: 14/03/2025 04:24
Pedro Sánchez reconoció este jueves respecto al plan de rearme que solo llevará al Congreso "las cuestiones que tengan que ver con la acción legislativa" para reservarse "otras" que tiene que ver con el "poder ejecutivo". Esto es, precisamente, lo que viene haciendo el Gobierno para acelerar el gasto en defensa y esquivar el veto de sus socios, a través del recurso continuado a mecanismos como las ampliaciones de crédito, las transferencias desde otros departamentos y partidas a cargo del Fondo de Contingencia. En total, desde principios de año, el Gobierno ha aumentado el gasto en defensa en cerca de 1.700 millones con partidas aprobadas en las diferentes reuniones del Consejo de Ministros. Todo ello, sin contabilizar las partidas por la DANA o los mil millones comprometidos en ayuda militar a Ucrania para 2025. Dentro del montante total se incluye gasto estrictamente armamentístico, principalmente para la adquisición de munición (125 millones de euros), pero también para equipos de defensa, suministros, repuestos, subidas salariales a las tropas o con el fin de asumir la participación de las fuerzas armadas en misiones de paz. Esta última partida es la más voluminosa en lo que va de año, con 567 millones a cargo del Fondo de Contingencia, seguida de los 400 millones para actualizar los sueldos de los militares, con un real decreto aprobado este mismo martes, y de una transferencia de crédito de Hacienda al departamento que dirige Margarita Robles por importe de 344 millones de euros “con la finalidad de atender necesidades de funcionamiento existentes”. El Fondo de Contingencia es limitado para asumir el gasto en defensa hasta el 2% del PIB, como se ha comprometido el Ejecutivo dentro del plan de rearme pactado en Bruselas. Además, la gestión de la DANA se ha cargado en buena medida dentro de este cajón de sastre. El recurso que le queda el Gobierno, para evitar los créditos extraordinarios al Ministerio de Defensa, que requieren del aval del Congreso, pasa por las transferencias desde otros departamentos. El presidente del Gobierno, sin embargo, se ha comprometido a no tocar los servicios públicos, lo que abre la puerta o bien a subidas de impuestos o a detraer recursos de departamentos con partidas más relacionadas con el concepto de “seguridad”. Fundamentalmente el de Industria, pero también Exteriores y Transición Digital. Durante el último cuatrimestre del año ya se aprobaron en diferentes reuniones del Consejo de Ministros partidas destinas al departamento de Defensa por un valor total de 2.287 millones euros con los mismos mecanismos. Como vienen insistiendo desde Moncloa, España es el décimo contribuyente en presupuesto de la OTAN y desde 2018, cuando Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, se ha incrementado en un 10%. Todo ello, teniendo en cuenta que por el crecimiento económico del país en los últimos años, cada décima de incremento ha pasado de suponer algo más de 1.000 millones, cuando se ratificó este compromiso en la cumbre de la OTAN de 2014 en Gales, a unos 1.500 millones. Tras la ronda de contactos de Pedro Sánchez con los grupos este jueves en Moncloa para informarles del plan de rearme, el jefe del Ejecutivo trató de suavizar el impacto del plan de rearme en las arcas públicas al asegurar que no implicará recortes sociales y que se buscará financiar a través de instrumentos como transferencias de la UE. Asimismo, añadió un nuevo elemento para defender su plan al presentarlo como una "oportunidad" para el impulso "tecnológico e industrial" de España. Al modo de los fondos europeos de recuperación tras el covid, por lo que citó la transformación energética, y el escenario que ahora se abriría para una transformación digital. Impulso “tecnológico e industrial” Para materializarlo, ha pedido no mirar tanto al aumento del gasto en defensa, que ha comprometido con el 2% del PIB aun sin concretar fechas, sino a una concepción amplia de la seguridad. Un enfoque que peleará en el marco de la UE para que España, por su situación geográfica, pueda computar en gasto militar la ciberseguridad o la IA y no solo la compra de armamento. "Lo importante es invertir bien y hacerlo a escala europea. A modo de respuesta a las críticas desde el arco progresista, Sánchez ha asegurado que "no vamos a entrar en una carrera armamentística ni participar de un discurso belicista, pero sí tenemos que contribuir" con la seguridad de la frontera este ante la amenaza del "neo imperialismo de la Rusia de Putin" y "aprovechar este momento para que España pueda dar un salto tecnológico e industrial". Autorización del Congreso para el envío de tropas Solo un eventual envío de tropas a Ucrania en misión de paz, precisaría de autorización del Congreso según la ley de seguridad. "Todas las cosas que tengan que pasar por el Parlamento, pasarán, y otras gestionadas por el Gobierno, se acelerarán", añadió. Por las cuestiones que se podrán impulsar solo en el Consejo de Ministros, Sánchez anticipó el agradecimiento al socio minoritario de la coalición por compartir el respeto "a los compromisos que tiene España con la UE". Todo ello, garantizando, como reclaman desde Sumar, que su compromiso es "seguir con la agenda social". "No va a haber ningún ajuste a la baja con nuestras políticas sociales", garantizó. Sobre una eventual votación para el envío de tropas a Ucrania, Podemos y BNG ya anticiparon este jueves su rechazo en el Congreso, por lo que el Gobierno tendría que recurrir al PP. Sin embargo, el encuentro entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez este jueves en Moncloa, tras quince meses de su último cara a cara, no solo no ha servido para acercar posiciones respecto al plan de rearme consensuado en la UE, sino que parece haber generado un nuevo choque. El líder del PP acusó al jefe del Ejecutivo de no tener plan y de tener la “tentación” de "ocultar o ignorar la verdad y ocultarla por interés partidista", aunque Sánchez evitó entrar a responder para limitar a decir que prefería quedarse con lo "positivo de estos encuentros". Más contundente fue el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, quien acusó al líder de la oposición de “no ser parte de la solución” por no “sumarse a la unidad que necesitamos ahora todos los europeos”. En estos momentos, conminó, “España necesita una oposición de Estado”, en lugar de una oposición de “desgaste al Gobierno".
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