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» Diario Cordoba
Fecha: 14/03/2025 04:18
La solidaridad es la ternura de los pueblos, señala la escritora Gioconda Belli. Convocados por Miguel, Juan José, Aurelio y toda la familia de la Fundación Bangassou, acudimos al acto de apoyo a sus proyectos sociales que están cambiando la vida de miles de personas. En esa zona de la República Centroafricana, el quinto país más pobre del mundo, similar a Andalucía en extensión, que con sus 450.000 habitantes no cuenta ni con carreteras asfaltadas, ni corriente eléctrica, ni agua potable. Donde Juan José Aguirre lleva 45 años de su vida, empeñados en sembrar esperanza. Sobrecoge la magnitud y la dimensión del trabajo realizado por este misionero cordobés comboniano. Una labor integral que no sólo pretende el acompañamiento pastoral desde las orillas de la fe por el obispo de los pobres, sino que se implica en el desarrollo social para rescatar la dignidad de la persona por encima de credos y razas, levantando hospitales, orfanatos, colegios, centros de formación profesional, entre otras muchas iniciativas. En situaciones absolutamente inhóspitas y heroicas en demasiadas ocasiones, de guerras fratricidas y enfermedades como la malaria y el sida, acogiendo a los refugiados de Sudán o el Congo, haciendo de escudo humano para proteger a la población musulmana, jugándose el tipo entre una pobreza extrema de quienes viven olvidados en un rincón de este planeta y lo tienen casi todo perdido. La eliminación de la pobreza no es un gesto de caridad sino de justicia. Es la protección de un derecho humano fundamental, a la dignidad y a una vida decente. Los 54 países africanos, con sus 1.600 millones de habitantes y un 40 por ciento de la población menor de 15 años, tienen además de los recursos humanos, los recursos naturales y minerales de los que la Europa desarrollada carece. No funcionaría nuestra industria electrónica ni de telecomunicaciones ni la automovilística sin el tantalio, el coltán, el litio, el zinc, el manganeso, el níquel o el cromo, claves en la construcción de coches eléctricos, turbinas eólicas, paneles solares o baterías cuyas mayores reservas se encuentran en el continente negro y son explotadas por grandes corporaciones privadas con fuertes intereses económicos que arman guerrillas, desestabilizan o compran gobiernos, o mantienen a sus propios mercenarios ante la impunidad del sistema. Situaciones que encuentran la voz firme de denuncia de Monseñor Aguirre. Resuenan los ecos de la solidaridad de la población cordobesa, que batió los records de participación y asistencia de otras ediciones, con más de 1.000 comensales en una verdadera fiesta de la fraternidad, cuando se conmemora el 25 aniversario de la Fundación. Multitud de empresas y voluntarios de muchos centros educativos pusieron también el acento en este encuentro de la esperanza. El mejor activo de la Fundación son sus voluntarios, nos decían, quienes no se conforman pese a la distancia ni las adversidades. En la solidaridad, como indicaba Teresa de Calcuta, no hay piedad sino amor. En los tiempos que corren, todo un ejemplo a seguir. *Abogado y mediador
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