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» Diario Cordoba
Fecha: 14/03/2025 04:14
Ursula Von der Leyen. / REDACCIÓN García Márquez publicó en la centenaria The New Yorker su cuento Ojos de perro azul. En una escena, el protagonista aspira el humo con fuerza y gira en su silla, "balanceándome sobre una de las patas traseras". Esta improbable posición motivó una batalla campal entre editores y verificadores de datos de la exigente revista, ante un equilibrio tan precario como un cono que descansara sobre su vértice. Ursula von der Leyen quiere obrar el mismo prodigio que Gabo, sostener la defensa europea sobre una sola pata, una vez perdida la segunda extremidad llamada Estados Unidos. Trump actúa mientras Europa debate o se debate. Von der Leyen está reunida. La guerra pillará en algún conciliábulo a la primera presidenta de la Comisión Europea y primera mujer que ocupó la cartera de Defensa alemana. Para refrescar el machismo bélico, ahí queda la instantánea tomada en Londres la semana pasada. Tras las hostilidades abiertas entre ambas orillas del Atlántico, la imagen muestra a tres mujeres y 16 varones. Ninguno de ellos, salvo un Zelenski bombardeado a la par desde Washington y Moscú, corría el mínimo riesgo de vestirse de verde OTAN, la alianza en riesgo de extinción. Von der Leyen sale a arenga diaria, desde que esbozó en inglés el "peligro inminente" que adaptaba el "clear and present danger" del juez estadounidense Oliver Wendell Holmes, adaptado por el escritor estadounidense Tom Clancy para una aventura del espía estadounidense Jack Ryan, interpretado para la pantalla por el actor estadounidense Harrison Ford. Europa no puede librarse de Washington ni para defenderse de Washington. Dada la escasez de personas prestas a sacrificar su vida por España, cabe imaginar la dificultad de Von der Leyen para reclutar a voluntarios dispuestos a morir por su Europa de los mercaderes y eurócratas. De ahí que sorprenda el ardor guerrero ante este neobelicismo de los columnistas españoles, sospechosamente dispuestos a desprenderse de sus hijos para ofrendarlos a las trincheras. Abraham ejecuta a Isaac a petición de Ursula. Los llamamientos de la aristócrata Von der Leyen, que es médico como su colega María Jesús Montero, no han impresionado en Washington. Se chismorrea allí sobre un infecundo chest thumping, o darse golpes retadores en el pecho, según una expresión que en ningún caso debe interpretarse como metáfora racista. Von der Leyen fue una pésima titular de Defensa de Alemania, que exasperó a su correligionaria Angela Merkel hasta el punto de que la cancillera se desembarazó de su ministra arrojándola al pozo de Bruselas. La desterrada emerge ahora como la comandante idónea de todos los ejércitos europeos, en una jugarreta del destino sin precedentes, desde que Londres rescató en la Segunda Guerra Mundial al mismo Churchill que casi pierde la Primera en Galípoli. Según Von der Leyen, toda la política europea se remite a responder a Estados Unidos sin atacarlo frontalmente, por lo que no queda nada de Europa. Cuando ha de señalar al enemigo, la presidenta parodia al soldado Gila con una indefinición lacerante. Destaca que Washington sigue siendo un ‘aliado’, como si ese nexo dependiera de ella, confundiendo además al socio con el padrino. "La Mafia (mob) cobra por su protección", la mejor frase de Trump dedicada a países como Taiwán. La única duda de la relación transatlántica es si Trump odia más a Europa que Vance o viceversa. Un interrogante de menor calibre cuestiona que la guerra contra el resto del mundo deba capitanearla la exministra del peor ejército nacional en proporción al país que lo alberga. A cambio, habla de desprenderse de 700.000 millones ajenos en armas, con la naturalidad de una pareja que discute si le compensa abonar un par de cientos de euros propios en la factura de un restaurante Michelin. Derechista desde la cuna, Von der Leyen siempre mira a la izquierda antes de actuar. No solo por una compensación ideológica, sino sobre todo porque allí se sienta Pedro Sánchez, la excepción ibérica permanente. Se ha especulado hasta la saciedad con la conexión entre dos seres especializados en salir a flote. Cuesta desgranar la conexión entre el primer ministro y la primera ministra en una sociedad que, si leyera todavía, cancelaría a George Steiner por recordar que "el vínculo entre profesor y alumno siempre tiene una componente erótica". A falta de la teoría, se dispone de las autobiografías autorizadas de Sánchez, donde recuerda emocionado los regalos que entrega a la mandataria europea para que la madre de siete hijos se los traslade a sus nietos. ¿Serán un día los soldados de la nueva Europa militarizada?
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