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Concordia » Diario Junio
Fecha: 14/03/2025 02:50
Hace un tiempo, yo presentía que estábamos frente a una crónica anunciada de un final inevitable. Pero no por eso fue menos dolorosa hasta lo más profundo, por la rica historia que nos unía. Y no es solo un vacío lo que deja su partida, sino un abismo profundo, ya que los dos habíamos sufrido el áspero filo de la desgracia propia. Allá lejos, en las brumas de nuestras historias, quedará el recuerdo de una niñez muchas veces compartida en el seno de nuestras familias. No voy a descubrir ahora su profusa y valiente lucha política en defensa de los derechos humanos, desde la dictadura hasta nuestros días. Militante absoluto de una democracia herida, su pasión irredenta lo llevó, junto a sus compañeros de lucha, a sacrificarse en las sombras por los derechos humanos, presentando habeas corpus para lograr la libertad de quienes eran víctimas inocentes de quienes habían asaltado la democracia. Fue también un tremendo intérprete de la historia argentina, quien me hizo comprender toda aquella historia que había sido secuestrada por los vencedores de las batallas intestinas. Profuso conocedor de la política internacional, nos deleitábamos debatiendo sobre el mundo y los tiempos que nos tocaba vivir. Cada vez que compartíamos una cena, esta se prolongaba más allá de los tiempos convencionales, porque era una fuente inagotable de conocimientos. Pero tanto intelecto le daba tiempo también para ejercitar un sentido del humor que no tenía desperdicio. Lo que sí lo disgustaba mucho era ver a su querido país, por el que había luchado tanto, atravesado por muros visibles e invisibles que llevaban a la disgregación nacional. Apasionado por el fútbol, nunca me quiso contar el origen de su amor por Chacarita. Sufrió mucho la pérdida de su compañera de todas las luchas en la vida, igual que otras pérdidas muy cercanas. La ausencia de su «gringa» Litti le quitó mucho «oxígeno» para respirar en soledad el resto del «viaje». Deja el ejemplo de su pasión inconfesable por la democracia política y su país. Ya están juntos en el espacio, Litti y Cacho. Quizá el tiempo petrifique las lágrimas, pero el corazón seguirá sangrando. ¡¡Hasta pronto, Roque!! ¡Y aguante Chacarita!
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