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  • Sánchez y Feijóo se mantienen en la ruptura a pesar de la exigencia a España para participar en el rearme europeo

    » Diario Cordoba

    Fecha: 10/03/2025 10:09

    Después de más de quince meses sin un contacto directo y a solas, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se reunirán el próximo jueves en el Palacio de la Moncloa para abordar un escenario internacional inédito. La histórica decisión de los Veintisiete para formalizar el rearme en la seguridad europea tras la deriva de la nueva Administración de Donald Trump y su intención de retirar la protección estadounidense a Europa aboca a los dos grandes partidos a acercar posiciones. La realidad es que no están lejos. Pero el contexto es muy complicado porque los puentes entre los dos líderes más que rotos, son inexistentes. Las relaciones se han deteriorado al máximo en esta legislatura y no hay interlocución en ningún sentido. Desde que el presidente del Gobierno anunciara finalmente que haría una ronda de contactos con todos los grupos menos Vox los reproches no han cesado. Feijóo está molesto por la tardanza de la llamada y por la intención del socialista de diluir al jefe de la oposición junto al resto de partidos más minoritarios. "¿Cómo vamos a tomarnos en serio la política de defensa, si nos quiere dar el mismo trato que al resto de partidos que no representan ni el 1%, como Bildu?", le recriminó este domingo desde Tarragona. En Moncloa defienden que hasta ahora no había certezas sobre escenarios ni sobre decisiones como para convocar una ronda de reuniones. Aunque muchas preguntas siguen en el aire, según reconocen, el presidente del Gobierno sí ha asumido ya que deberá acelerar el gasto en defensa. Adelantar el compromiso de llegar al 2% del PIB que estaba fijado para 2029, como trasladará a sus interlocutores, aun sin cerrar un calendario ni detalles sobre de qué partidas se verían afectadas. Más que buscar apoyos a esta hoja de ruta, los colaboradores del jefe del Ejecutivo explican que los encuentros también servirán para definir qué "compromiso tiene cado uno" y cuál es su grado de "responsabilidad", dicen apuntando al líder de la oposición, en un momento que consideran crítico para la supervivencia de los valores europeos. "A nosotros nos preocupa la seguridad de Europa, no la soledad de la ultraderecha", respondía Sánchez ayer desde Santiago de Compostela. No tan lejos La realidad es que PP y PSOE comparten el gran objetivo que está encima de la mesa: la necesidad inaplazable de aumentar el gasto en defensa y fortalecer la autonomía de la Unión Europea. El PP, a pesar de reconocer la trascendencia y la gravedad del momento, está decidido a que Sánchez se desgaste en este camino. Consciente de las dificultades parlamentarias que el presidente tiene -algunos de sus socios son contrarios al incremento del gasto militar e incluso algunos de sus ministros han sido muy críticos- los conservadores piensan tensar la cuerda hasta el final para ver si Sánchez realmente pide el apoyo al PP. En el Ejecutivo no tienen intención por el momento de realizar una petición expresa que vaya más allá de pedir "sentido de Estado" con lo que definen como una apuesta estratégica de la UE y, por tanto, de muestras de "europeísmo". De hecho, su comparecencia en el Congreso a finales de mes se centrará en hacer pedagogía, en trasladar a la ciudadanía, según avanzan las mismas fuentes, qué está en juego, cuál es la situación de la UE, qué significan las amenazas de EEUU o cómo está cambiando el orden mundial, según enumeran. Feijóo avanzó el viernes que pedía “un informe detallado previo y por escrito” al encuentro en Moncloa con “un mínimo de información” para poder preparar su posición. “De qué quiere hablar, cuáles son los recursos disponibles, con qué apoyos cuenta. Conmigo tendrá que hablar largo y tendido sobre la seguridad de España y de Europa”, lanzó el dirigente conservador. Su objetivo es trasladar la presión a la comparecencia de Sánchez en el Congreso: que sea allí donde dé todos los detalles y los grupos parlamentarios se retraten, contando con que haya socios habituales que se salgan de la ecuación. El PP insiste en que cualquier movilización de dinero público -contando con que parte del plan del rearme no vaya en unos Presupuestos que ven lejos, sino a través de otros mecanismos- deben contar con la autorización de las Cortes. Aún más -porque debe votarse sí o sí como marca la ley de Defensa Nacional dede 2005 - el envío de tropas a cualquier misión. Sánchez ha repetido que ese escenario, planteado por Francia y Reino Unido si se firma la paz entre Ucrania y Rusia, es todavía prematuro. Aunque no lo ha descartado. Mecanismos "extrapresupuestarios" y sin el Congreso Para descargarse esta presión, en Moncloa apuntan que si el aumento del gasto en defensa no se aprueba dentro de los Presupuestos, porque no se reúnen los apoyos necesarios para sacarlos adelante, se echará mano de mecanismos "extrapresupuestarios". Esto es, sorteando el Congreso. Como ejemplo ponen los mecanismos para aprobar el paquete de mil millones en ayuda militar a Ucrania. El incremento del gasto en defensa con los presupuestos prorrogados se ha llevado a cabo acudiendo al Fondo de Contingencia y la aprobación de partidas que solo necesitan pasar por el Consejo de Ministros. Conscientes de la oposición entre los socios de investidura, aunque quitan de esta ecuación a Sumar, en el Gobierno señalan que no debe enmarcar el plan de rearme solo como un gasto militar. Se refieren a la dimensión más amplia de la seguridad, en la que incluyen la cooperación internacional, la ciberseguridad o las misiones de paz. Una forma de suavizar la oposición antibelicista de algunos socios, que se complementa con el compromiso del presidente del Gobierno de dar la batalla en Bruselas para evitar recortes en otras partidas. Desde la exigencia de eurobonos, como en la pandemia del coronavirus para financiar los fondos europeos. "No son suficientes los préstamos, vamos a necesitar las transferencias para hacer entre todos frente a los desafíos", explicaba ya el pasado jueves desde Bruselas. Y alertaba de que iba a librar la batalla por ese mecanismo financiero. Sánchez rompe el hielo con Feijóo, aun sin trato preferente - le da los mismos 20-30 minutos que al resto para la reunión- ante el salto dado por la UE y sus consecuencias para España, pero aleja por el momento el escenario de pactos de Estado en materia de defensa.

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