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» Diario Cordoba
Fecha: 09/03/2025 15:15
En el último medio siglo, la mayoría de las familias españolas han pasado de ser numerosas a tener dos hijos, uno o ninguno y el número de personas que no viven en pareja va en aumento. Las mujeres actuales, en general, ya no tienen como máxima aspiración el matrimonio, como tan bien relató Jane Austen. Y los hombres tampoco. Afortunadamente, la presión social es mucho menor. La tasa de fecundidad española está entre las más bajas del mundo, con la italiana, la japonesa y la de Corea del Sur. En el ámbito laboral, tampoco se espera ya que uno trabaje toda su vida profesional para la misma empresa (entre otras cosas porque hay una «volatilidad» empresarial enorme, que todos hemos adquirido algún bien cuya garantía ha durado más que la empresa, para nuestro disgusto). Digamos que es una vertiente más de la incertidumbre que se ha hecho norma, signo de nuestros tiempos. Por otra parte, la longevidad es mayor y la herencia material de nuestros progenitores la recibimos a menudo cuando ya hemos salido adelante con nuestros propios medios. Y, mientras que los ‘baby boomers’ de clase media hemos de repartir entre más de tres la herencia material de nuestros progenitores, nuestros hijos van a recibir un patrimonio inmobiliario importante por concentración, porque además de pocos hermanos muchas veces tienen tíos y tías sin descendencia y con propiedades. Así pues, la carestía de la vivienda que hogaño les está complicando la vida e influyendo en la baja natalidad se verá compensada en el futuro y cabe esperar que este capital complemente la cortedad de las pensiones que los más pesimistas prevén. ¿Podemos sentirnos orgullosos de que nuestros hijos reciban más patrimonio del que nosotros recibimos? Por supuesto ¿Y qué hay de la herencia no material? En los años 60, 70 y 80 los ‘baby boomers’ españoles empezamos a acceder masivamente a la universidad. Esto trajo, entre otras consecuencias, que muchas, muchísimas mujeres accediéramos a puestos de trabajo cualificados tradicionalmente copados por varones. La medicina, la abogacía y la judicatura, la docencia son ejemplos paradigmáticos. Curiosamente, nuestro masivo acceso al trabajo remunerado no trajo aparejado el acceso masivo de los varones al trabajo doméstico no remunerado. Ellos probablemente ni lo veían, pues que la crianza, la ropa, la limpieza y la comida fuera asunto nuestro era lo que habían visto en sus madres, lo sentían como «lo natural». Y muchas de nosotras lo habíamos asumido con mejor o peor humor hasta hace bien poco, cuando las de a pie también hemos empezado a detectar los micromachismos y a protestar. Nuestras hijas, en cambio, han recibido mejor herencia, porque sí han visto a sus padres poner la mesa, tender la ropa, preparar la comida o pasar la aspiradora -en una palabra, ayudar, algo es algo- y a su madre leer el periódico… de vez en cuando. Generalmente, tanto ellas como ellos, han visto a su madre universitaria «en-cargándose» de las tareas del hogar, aunque no todas las hiciera ella personalmente. Pero dado que ellos no han interiorizado la necesidad de preocuparse de que haya pan para cenar o papel higiénico y que ellas se van a negar a repetir el rol de asumir la carga mental de la casa y el cuidado familiar, la solución ya está llegando, es poco sostenible medioambientalmente y cara: consiste en externalizar. Que laven y planchen en la lavandería, comemos platos preparados y que limpie la asistenta. Iba a decir que probablemente elegir esto les costará más a ellas, porque ellos traen en su epigenoma que otra persona lave su ropa interior, por ejemplo, pero creo que nuestras hijas se parecen menos a nosotras que nosotras a nuestras madres. Respecto a ellos, quizá no estemos sabiendo prepararles bien la herencia, a la vista de los resultados de una reciente encuesta que muestran la inclinación de buena parte de los varones de 18 a 27 años hacia posiciones defendidas por partidos de extrema derecha y que son los únicos que creen que la presidencia de Donald Trump traerá algo bueno para el mundo. Feliz 8 de marzo, hermanas. *Periodista
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