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  • Marcelo Broggi: “Ser homenajeado en mi ciudad es lo mejor que me pasó en el fútbol”

    Gualeguaychu » El Dia

    Fecha: 09/03/2025 12:11

    Surgió como futbolista en Central Entrerriano, hizo escuela en Ferro Carril Oeste, vistió las camisetas de clubes importantes del país y luego construyó una carrera intachable en la conducción técnica, que se mantiene en la actualidad, pero desde otro rol. Marcelo Ernesto Broggi es una de las personalidades destacadas de la historia fútbol de Gualeguaychú. Jugó diez años en Primera División y posteriormente se transformó en un “docente” del fútbol como entrenador. El gualeguaychuense de 59 años trabaja actualmente como coordinar de inferiores en Huracán y es director de la escuela de la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA) en Gualeguaychú. Apasionado por la enseñanza y con un estilo pedagógico definido, Marcelo Broggi fue reconocido por la Liga Departamental de Fútbol local y la décima edición de la Copa Gualeguaychú, que comenzará la semana que viene, llevará su nombre. En virtud del merecido homenaje, Ahora ElDía mantuvo una imperdible y jugosa charla con “La Vieja” Broggi, en el cual hizo un repaso por su carrera como jugador y entrenador, además de dejar títulos frases destacadas sobre los “pro” y “contra” del deporte más popular en el país. Broggi se inició en el fútbol a los 7 años por la influencia de su padre “Quique”, quien jugó más de 35 años en Central Entrerriano. Marcelo siguió sus pasos e hizo Infantiles y Juveniles en la entidad rojinegra hasta que a los 17 quedó en Ferro, tras un amistoso que en 1982 vino a disputar la Primera del club de Caballito contra CCE, por el pase de Víctor Hugo Marchesini. Carlos “Cai” Aimar, ayudante de campo del gran Timoteo Griguol, dispuso que haya un partido preliminar para observar jugadores. Fue así que se armó un encuentro entre la Reserva de Central y Tiro Federal. Allí, el hijo de “Quique” brilló e hizo dos goles en el triunfo 4-0 de su equipo. Así fue que quedó en Ferro Carril Oeste, que era una institución modelo en la década de los ’80, y se mudó a Buenos Aires para comenzar su sueño de ser futbolista profesional. “Marcelito” fue captado como delantero, pero en las inferiores verdolagas fue transformándose y se reinventó como lateral izquierdo para dar el salto a Primera en 1988. “Fui un zurdo aplicado, no fui técnicamente extraordinario, pero entendía el juego. Me caracterizaba más por la marca que por proyectarme. Atacaba más al espacio, no con la pelota. Tenía buena pegada y centraba bien”, se autodefinió como futbolista. En busca de continuidad, porque en su posición estaba de titular el “Mago” Garré, campeón del mundo con la Selección Argentina en 1986, Broggi pasó a Platense, donde permaneció por dos años. Luego estuvo una temporada en Huracán. Regresó al Calamar en 1994 y en 1997 retornó a Ferro. Su último club fue a Los Andes en 1998 y colgó los botines a los 32 años, después de no poder recuperarse plenamente de una rotura de ligamentos cruzados. “Me golpeó el retiro, a pesar de que empecé a trabajar en clubes amateurs como entrenador. Creo que el futbolista es un producto y hay que ayudarlo y prepararlo. Por eso, hay que estudiar o aprender algún oficio. Porque el fútbol es una carrera en donde das exámenes finales todos los fines de semana y nunca te recibís de nada”. “Creo que el futbolista es un producto y hay que ayudarlo y prepararlo. Por eso, hay que estudiar o aprender algún oficio. Porque el fútbol es una carrera en donde das exámenes finales todos los fines de semana y nunca te recibís de nada”. “Vos quizás estás jugando en Primera División y ganando un buen sueldo a los 17, 18 o 19 años. A esa edad tenés que estudiar, aprender un oficio o salir a tomar una copa con tus amigos. Y cuando se termina la carrera, con 36 o 38, te tildan de veterano, cuando sos muy joven y tenés toda una vida por delante. Siempre digo que los futbolistas nos morimos dos veces, cuando partimos de este mundo y cuando dejamos el fútbol”, profundizó sobre el vacío que le genera a la media de los futbolistas el momento del retiro. Marcelo Broggi trabaja actualmente como coordinador de inferiores en Huracán. Pero Marcelo se refugió en la conducción técnica y desde 2000 comenzó su carrera como entrenador. Y lo hizo literalmente desde abajo, porque comenzó en un Intercountry y luego en Náutico Hacoaj de la Liga Escobarense. En 2004 tuvo su primera oportunidad como DT en el fútbol profesional, en Acassuso (Primera C), y al año siguiente comenzó un largo recorrido como ayudante de campo de Primera División y en la B Nacional, en clubes como Huracán de Tres Arroyos, Instituto, Tiro Federal de Rosario, Platense, Defensa y Justicia y Talleres, mientras que en 2010 le llegó a posibilidad de ir a trabajar a España como coordinador de inferiores del club Xerez, pero la experiencia fue de pocos meses porque no logró hacerse de la visa de trabajo. En 2011 regresó a Ferro para hacerse cargo de la coordinación de las inferiores y en 2015 dio el salto a la Primera División como entrenador. “Me empujaron a dirigir, el presidente me dijo ‘vas a tener que agarrar la Primera, porque no hay un mango. Tenés que asumir vos porque no hay plata y la poca que hay la voy a poner para levantar la quiebra”, recordó. Pese a la crisis económica de la institución y de ser su primera experiencia, hizo un campañón y se le allanó el camino para dirigir en otros clubes. Quilmes (en la A), un breve paso por Juventud Unida, Olimpo de Bahía Blanca y Brown de Puerto Madryn (en B Nacional) hasta 2020, en lo que fue su derrotero como entrenador de Primera División. Mientras que, desde 2022 hasta la actualidad, trabaja como coordinador en Huracán. “El fútbol es muy inestable y está cada vez está más sensible. En inferiores, tenés más continuidad laboral, el dirigir Primera es día a día, vivís con un estrés bárbaro. Es muy difícil, porque los proyectos duran hasta que perdés cuatro partidos seguidos”, analizó sobre la vorágine y dramatismo que se vive en un equipo profesional. Y resaltó, “me gusta más trabajar en la formación, porque no sólo formás futbolistas, sino también personas, aunque no le cierro las puertas a nada”. Para finalizar, Marcelo Broggi se refirió al homenaje por parte de la Liga Departamental de Fútbol local y la Dirección de Deportes municipal con la edición actual de la Copa Gualeguaychú, que llevará su nombre. Es un reconocimiento a la perseverancia, compromiso, sacrificio y, especialmente, disciplina, porque si no tenés esto último no poder ser deportista profesional, porque lo importante es el recorrido, no el ganar, sino intentarlo “Es el mejor premio que me han dado en mi vida, deportivamente hablando. Es un reconocimiento a la perseverancia, compromiso, sacrificio y, especialmente, disciplina, porque si no tenés esto último no poder ser deportista profesional, porque lo importante es el recorrido, no el ganar, sino intentarlo. En mi caso siempre lo hice y jamás bajaré los brazos”, cerró.

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