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» El Ciudadano
Fecha: 06/03/2025 12:04
Daniel Zecca «Es fundamental construir un proceso de reforma con protagonismo de la sociedad», propone Lucila De Ponti de cara a la elección de convencionales constituyentes del 13 de abril. La diputada provincial se ganó un lugar en la grilla de la lista del PJ que lidera Juan Monteverde, como una de las representantes del Movimiento Evita. Allí también participan los senadores provinciales y los intendentes del peronismo. De Ponti cree que al gobierno provincial no le interesa demasiado promover el debate de cara a la sanción de una nueva Constitución, pero también advierte que las mayorías que se logren articular con la Convención podrían torcer la idea original de ponerle límites a la reforma. —¿Candidata a convencional reformadora o constituyente? ¿Cuál de los dos títulos te gusta más? —A mí me gusta «constituyente», pero también se puede decir «reformadora». La ley de necesidad de la reforma habla de convencionales reformadores. —¿Sería más apropiado usar el término reformadora? —Es el nombre que eligieron los legisladores que votaron la Ley de Reforma y que redactaron la norma, pero es equivalente a «constituyentes». —Estamos a muy poco tiempo de una elección clave. ¿Notás que hay suficiente repercusión en la sociedad? ¿La gente con la que hablás está al tanto de esta discusión? ¿Cómo percibís el clima en la calle? —No, la verdad es que creo que la gran mayoría de la gente no sabe que se va a reformar la Constitución, y mucho menos qué aspectos se van a modificar. Y también parece haber una intención del gobierno provincial de que no se sepa, porque no se está haciendo difusión, visibilización ni concientización a través de los medios sobre esta elección. Parece como que hay cierta intención de que un poco pase desapercibida la elección, y que pase como un trámite la Convención Constituyente. —¿Cuál sería la intención del gobierno en esa estrategia? —Me parece que cuanto menos intervenga la sociedad y menos informada esté, habrá menos control y menos conciencia pública sobre lo que se está discutiendo. Esto podría llevar a una reforma hecha por y para los políticos, sin darle lugar a la voz de la sociedad. Nosotros, en cambio, creemos que la Constitución es el pacto fundacional de la sociedad, el acuerdo sobre el cual se basa el orden institucional, y que debe contar con la participación de la gente a través de distintos mecanismos. Pero yo creo que es una tarea que debería tomar el gobierno y darle mucho más amplitud de la que está teniendo. —¿Cómo planean desde tu espacio garantizar esa participación? —Desde la lista que encabeza Juan Monteverde, a la que yo integro, vamos a realizar una serie de encuentros llamados «Convencionales de la Gente» en las principales ciudades de la provincia, para poder tener la opinión y expresión de distintos sectores de la sociedad. porque la reforma, aunque limitada por la ley, abarca muchos temas sensibles. Y después la gente, con su voto, va a definir las mayorías y más o memos para dónde quiere encarar el contenido de la reforma. —¿Cuáles son los puntos en los que van a poner el acento? —Para nosotros, lo fundamental es entender que la Constitución de 1962, si bien fue hecha para un mundo completamente distinto, era una Constitución muy buena para su momento. Fue ejemplo de constucionalismo social, esto quiere decir que protege muchísimos derechos y garantías de los ciudadanos, y sobre todo la posibilidad de pensar un desarrollo provincial, como lo dice su Preámbulo, bajo el signo de la Justicia Social. Esto hay que defenderlo. Los constituyentes tenemos que ser un escudo frente a otras posiciones que vienen a eliminar derechos que hoy ya están garantizados. Pero además tenemos que ir hacia adelante en la incorporación de nuevas áreas que tienen que ver con la vida cotidiana de los santafesinos, pero también con cómo construimos un Estado más eficiente que tenga la capacidad de hacer operativos esos derechos. ¿Qué quiere decir ésto? Que sean una realidad para la mayoría de la sociedad. Porque si la Constitución dice que todos tenemos que tener un salario que nos garantice vivienda, salud y educación de calidad, y eso no sucede en la realidad, también pierde sentido y pierde sobre todo valor para la gente. Y eso también hay que discutir: cómo hacemos para que el Estado garantice lo que dice la letra de la Constitución. —Me imagino que cuando te referís a ser un escudo frente a quienes vienen a eliminar derechos, te referís a los libertarios. ¿Qué posición creés que va a tener el oficialismo en ese plano? —Nos preocupa mucho que el gobernador haya dicho que en la nueva Constitución no habrá conceptos garantistas. Esto refleja una falta de comprensión sobre el rol de una Constitución, que es justamente establecer garantías para las libertades de la ciudadanía frente al poder político. Y después porque me parece que eso tiene que ver mucho más con querer ordenar el discurso en una ola punitivista que compensar realmente cuáles son las discusiones y los debates que tenemos que dar. Si queremos mejorar y contemplar el derecho a una seguridad democrática, y a la seguridad en general y al servicio de Justicia, tenemos que trabajar para mejorar cómo está esto explicitado en la Constitución. Por ejemplo, la seguridad no forma parte hoy de los derechos tutelados por la Constitución, y el servicio de Justicia hay que ver cómo lo mejoramos, cómo hacemos que los fiscales sean mejores, que los jueces sean mejores, me parece que hay que encararlo de ese lado y no con un discurso para la tribuna. Ni hablar los libertarios, y de los libertarios tenemos varias expresiones, no sólo LLA, sino otros que también se acoplan con ese discurso. Igualmente queremos que la gente sepa qué se está discutiendo, para que después, con su voto, puedan respaldar una posición que signifique una Constituyente que funcione como un escudo protector de sus derechos. —¿Podrías dar un ejemplo concreto para visibilizar lo que está en juego en esta elección? —Sí, por ejemplo, temas como la educación, el derecho a la salud, la organización de las autonomías municipales, los derechos de los trabajadores públicos, el acceso a servicios básicos como el agua y la energía, y el transporte. Todos estos aspectos están subnormados en la Constitución actual y necesitan ser fortalecidos para garantizar un piso mínimo de derechos. —¿Y en cuanto a las cuestiones institucionales, como la reelección? —Planteamos límites a la reelección para todos los cargos, incluyendo al gobernador. Una sola reelección para todos los cargos. Pero no estamos de acuerdo con darle a este gobernador la reelcción, porque no creemos que se pueda hacer uso de un lugar de poder cómo el que tiene él hoy, para modificar las reglas de juego y de alguna manera extender el tiempo en el que pueda permanecer en ese cargo. Creemos que esto debe empezar a regir a partir de la próxima elección. —En el marco de estos cambios institucionales, hay quienes pedían por la eliminación del Senado, algo que no va a ocurrir porque la reforma no lo contempla. Pero otros querían aumentar la cantidad de senadores, para poder aplicar ahí también la ley de paridad. ¿Cuál es tu mirada? Aunque es cierto que eso no se va a poder discutir. —Con respecto a esto último creo que la llave la tiene la gente. La gente con su voto va a decidir cuál es la mayoría que se constituye en la convención reformadora. Si la mayoría la tiene el gobernador, probablemente van a querer hacer una convención que sea un trámite y que probablemente ya tengan escrita, con una limitación, con una jaula, que es la ley de reforma tal como se votó. Ahora, si hay otra mayoría distinta se pueden discutir otras cosas. Yo creo que la oportunidad de tener una reforma constitucional nos tiene que permitir discutir el diseño completo del Estado. —¿Vos creés entonces que con mayorías especiales se pueden modificar aspectos que no están incluídos en la ley de necesidad de la reforma? —La Concención es soberana y va a tener la posibilidad de definirlo. La definición va a estar dada en quién tenga la mayoría y cuáles sean los acuerdos que se construyan. La ley de reforma establece un camino y probablemente si hay una mayoría de legisladores que decidan seguirlo sea eso lo que se pueda discurir. Ahora, si hay otra mayoría distinta se pueden incorporar otras cuestiones. Porque la Convención es la que tiene el poder que le otorga el pueblo y por lo tanto es soberana de sus decisiones. Y por encima de esto no hay una ley. Ahí va a depender totalmente del voto de la gente. En relación al otro tema, creo que la representación en el Poder legislativo debe ser amplia y diversa. Presenté un proyecto que incluye la incorporación de senadores por la minoría para equilibrar la representación departamental. No podemos achicar los espacios de representación social, ya que el poder legislativo es un espacio clave para la democracia. Esto no significa necesariamente mayor gasto presupuestario. Si esto es lo que preocupa a los que hablan del gasto político. Si esas propuestas se llevaron a cabo, las decisiones serían cada vez más de grupos más pequeños de personas. —¿Se puede saber un poco más sobre la idea de los «Convencionales de la Gente»? —Son foros que realizaremos en las cinco ciudades principales de la provincia: Rosario, Santa Fe, Venado Tuerto, Reconquista y Rafaela. Allí convocaremos a todos los sectores de la sociedad a discutir el contenido de la nueva Constitución, organizados en cuatro ejes: desarrollo humano, desarrollo productivo y ambiente, territorios y autonomías, y reforma institucional. Queremos que la gente participe y opine, porque creemos en su protagonismo en este proceso.
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