Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Ultramachismo; libre en prisión

    » Diario Cordoba

    Fecha: 06/03/2025 08:24

    Choni la del churrero se casó y tuvo hijos con un tío que no sabia hacer otra cosa que vender nieve. Aquel menda, cuando vio el don de gentes de la Choni, vio la mina que tenía. Y la Choni, obediente, se puso a trapichear, tanto, que tenía una cola más larga que la del Mercadona. Toda la pasta para él: coches caros, clubes de alterne mojados de Mochandeau y metiéndose farlopa por un tubo tanto como la que vendía. Y mientras, ella, todo el día en pijama de franela más hortera que el copetín con lo elegante que era. Pero no podía arreglarse porque entonces era como si provocara a los hombres que le compraban. Y así arriesgaba su libertad pasando coca por un polvo mal echado cuando él venía por la mañana todo puesto y con aquello como un globo explotado. Y encima no podía esconderse ni un billete porque aquel hombre era espléndido con los extraños para engordar su ego, pero con ella era más agarrado que un nudo marinero. Y si vendía poco le soltaba un tortazo. Muchas veces pensó en dejarlo, coger un tren e irse lejos, o denunciarlo por violencia de género. Pero no lo hacía porque sabía que él, como un loco, iría en busca de su familia y se liaría a tiros. Y no podía buscarles una ruina a los suyos que bien que le avisaron que no se fuera con él. Así que tenía que estar con él si o sí. Y un día la policía entró con una orden de registro en su casa y pillaron de todo por lo que la metieron en prisión preventiva. Él contrató a un abogado al que llamaba todos los días diciéndole que por favor hiciera todo lo posible por sacar a su mujer porque la pobre estaba sufriendo mucho y que le pagaría lo que hiciera falta. Y el letrado fue a verla para comentarle que le iba a pedir la libertad provisional y que veía posibilidades de conseguirla. Pero la respuesta de ella fue tan triste como impresionante: no me pida usted la libertad todavía. Aquí tengo mi tele, mis mantas, mi ropa y mi dinero en peculio. Y en el patio me rio mucho con las demás y visto como quiero. Déjeme aquí un tiempo más que estoy descansando. Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por