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  • Cómo el impacto humano modifica los hábitos de los mamíferos y altera los patrones diurnos y nocturnos

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 03/03/2025 12:42

    Un zorro rojo de Rhode Island, una de las especies estudiadas, capturado para su estudio con una cámara local (Foto: URI - Amy Mayer) Un grupo de investigadores de la Universidad de Rhode Island (URI) ha utilizado cámaras que capturan los movimientos de animales para estudiar los patrones de actividad de más de 400 especies en todo el mundo. Este innovador trabajo ha revelado hallazgos sorprendentes sobre cómo mamíferos adaptan su comportamiento a su entorno. Los autores analizaron datos del llamado Proyecto Global de Actividad Dietética Animal. Según ellos, este ha generado uno de los conjuntos de datos más grandes de cámaras trampa jamás recopilados, utilizando observaciones de más de 20.000 sitios en 38 países. Los investigadores recolectaron un total de 8,9 millones de observaciones sobre las actividades de mamíferos terrestres, lo que ha permitido crear una biblioteca de estimaciones de actividad diaria de 445 especies, de acuerdo lo que describieron en el trabajo, que fue publicado en Science Advances. El equipo, compuesto por más de 200 colaboradores, descubrió que menos de la mitad de las clasificaciones diarias de las especies, tales como diurnas, nocturnas o crepusculares, coincidían con las estimaciones previamente publicadas en la literatura de referencia. Esta discrepancia llevó a los investigadores a revisar y ampliar su comprensión de cómo los animales se comportan a lo largo del día. Kadambari Devarajan, investigadora posdoctoral de URI Brian Gerber, ecólogo de la URI y líder del estudio, señaló que “lo más sorprendente es que cuando te enseñan que un animal es diurno o nocturno, eso no siempre es correcto”. Este hallazgo, de acuerdo a los especialistas, refleja la flexibilidad de los animales en cuanto a sus patrones de actividad, que no son tan rígidos como se pensaba. Por ejemplo, los osos negros americanos demostraron ser tanto diurnos como catemerales (que pueden estar activos tanto de día como de noche) dependiendo del lugar y momento. En un comunicado divulgado por URI, se informó: La idea del estudio surgió hace 18 años, cuando Gerber se encontraba en Madagascar estudiando las fosas, el mamífero nativo más grande de ese país, para su maestría y vio cuánta variación había cuando estaban activas. En 2017, Gerber, ahora en URI, determinó una metodología para explorar el tema de los fenotipos diurnos de los animales con colegas de otros campos”. “El proyecto se destaca por su escala, alcance y temática. El estudio examinó 445 animales terrestres en total, desde bisontes americanos hasta zorilas, utilizando datos de cámaras en una variedad de entornos, incluidos desiertos áridos, selvas tropicales, tundra ártica y praderas de sabana. Gerber se sorprendió por la variabilidad del momento en que las especies estaban activas”, plantearon en el comunicado. Al tiempo que resaltaron: “El estudio examinó cómo la ‘huella humana global’ general afecta la actividad diurna. Debido a que los investigadores analizaron datos tanto de áreas urbanas como silvestres, observaron que algunas especies se volvieron más diurnas y otras más nocturnas. En general, un tercio de las especies se vieron afectadas por la medida de la huella humana. ¿Y cómo se relaciona esto con el típico observador de vida silvestre que observa desde la entrada o la terraza, tal vez una ‘alondra’ humana, que ve un mapache deambulando por la puerta principal o avista un ciervo al otro lado del patio?”. A través de observaciones en desiertos, selvas tropicales, tundras y sabanas, los investigadores encontraron que las especies se adaptan a diferentes hábitats, y mostró patrones de actividad que pueden cambiar dependiendo del entorno en el que se encuentren (Foto: URI) El trabajo no solo analizó las variaciones de actividad en función de la especie, sino también el impacto del entorno en esos comportamientos. Se descubrió que, cuando los mamíferos se encuentran en diferentes hábitats, sus patrones de actividad pueden cambiar significativamente. En particular, los investigadores notaron que la presencia humana tiene un papel clave en la modificación de estos patrones. En zonas urbanas, algunas especies se volvieron más nocturnas, mientras que otras adoptaron comportamientos diurnos. En general, un tercio de las especies estudiadas se vieron afectadas por la huella humana, la cual influye directamente en su actividad. Gerber, en ese sentido, precisó: “Lo más sorprendente es que cuando te enseñan que un animal es diurno o nocturno, eso no siempre es correcto. Muchos mamíferos terrestres son diurnos a veces y nocturnos o catemerales otras veces. Cuando ves una especie nocturna durante el día, esto quizás no sea tan inusual como podrías pensar”. Por su parte, Kadambari Devarajan, investigadora de la URI hasta 2024 y quien también participó del proyecto, sumó: “Las especies suelen clasificarse como diurnas, nocturnas o crepusculares (al anochecer) y, a veces, catemerales, como si se tratase de rasgos fenotípicos inmutables. El momento en que un animal está activo sin duda se ve afectado por la evolución de la especie, pero también es una respuesta conductual a su entorno”. Mapa con cámaras en Rhode Island que se sumaron a los datos recopilados En ese sentido, en la introducción del texto del estudio, los autores postularon: “Los ritmos circadianos son un mecanismo por el cual las especies se adaptan a la variabilidad ambiental y son fundamentales para comprender el comportamiento de las especies. Sin embargo, carecemos de datos y un marco estandarizado para evaluar y comparar con precisión la actividad temporal de las especies durante un cambio ecológico rápido. A través de una red global que representa a 38 países, aprovechamos 8,9 millones de observaciones de mamíferos para crear una biblioteca de 14.587 estimaciones estandarizadas de la actividad diaria para 445 especies”. “Descubrimos que menos de la mitad de las estimaciones de las especies coincidían con las clasificaciones diarias de la literatura de referencia y que las especies usaban comúnmente más de una clasificación diaria. La actividad diaria de las especies era muy plástica cuando se exponía al cambio antropogénico. Además, el tamaño corporal y la extensión de la distribución estaban fuertemente asociados con el hecho de que una especie fuera diurna o nocturna. Nuestros hallazgos proporcionan un conocimiento esencial del comportamiento de las especies en una era de rápido cambio global y sugieren la necesidad de un nuevo marco cuantitativo que defina la actividad diaria de manera lógica y consistente, al tiempo que captura la plasticidad de las especies”, añadieron en la publicación.

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