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  • Disparador de debate – división entre ortodoxos economicistas y un sector residual del kirchnerismo – El Disparador Uruguay

    Concepcion del Uruguay » El Disparador

    Fecha: 03/03/2025 18:43

    Hoy en la Argentina asiste a una discusión, que ni siquiera llega a debate, sobre una clara división entre ortodoxos economicistas y un sector residual del kirchnerismo. Hoy, estos últimos, lejos de la autocrítica asumen el rol más sencillo dentro de la política: la oposición declamativa. Por Emilio Martinez Garbino Esta rivalidad casi pugilística a través de medios y redes no aporta ni construye nada para el futuro: hoy hace falta una construcción política seria y madura con ideas que nos saquen de este permanente chicaneo inconducente. La reconstrucción de la Argentina no puede darse de la noche a la mañana. Y si bien el gobierno de Milei ha dado pasos enormes en ciertas materias, hoy estamos en el primer round de un combate con varios más por venir. Sin rodeos podemos decir que Milei se erigió como presidente por el rechazo visceral de la sociedad a lo anterior y tuvo la visión de poder encarnar el hastío a una forma de hacer política caduca y corrupta. Hoy, ese presidente gana ese primer round debido a medidas de sentido común como poder mostrar una buena administración, la no emisión, el no déficit. Se apropió de esos conceptos, los hizo carne y es el ganador para un sector importante en el combate contra la inflación. Y en este sentido, y aunque parezcan acciones simples y básicas, son medidas que nunca la política se animó a tomar prefiriendo el facilismo, lo coyuntural y lo oportuno para pagar el mínimo costo social o sencillamente no pagarlo. Hoy la agenda pública la marca el oficialismo frente a una oposición atomizada que cree que el slogan de acción es tirar piedras, apostando discursivamente a un fracaso. Vuelvo al comienzo: el proceso iniciado en Argentina es de larga duración, de varios rounds y estamos en el primero donde el oficialismo aparentemente ha tomado la delantera con un apreciable respaldo de la sociedad. Seguramente entendamos que no podemos asistir impávidos a una lucha de dos posturas extremas, donde una ya ha mostrado su fracaso más rotundo, y la otra, más allá de un éxito circunstancial, no piensa ni se le ocurre pensar en una gran porción de la sociedad y ni siquiera pueda imaginar a la Argentina profunda y federal más allá de algún buen cálculo de equilibrio fiscal -imprescindible- pero no suficiente. No podemos abordar la tarea que se avecina con meras repeticiones ni con permanente nostalgia por el pasado. Es con creatividad e inteligencia. Ese es el desafío, salir de nuestra pereza mental e imaginar lo nuevo, lo que todavía no existe. Ser Argentina de futuro. Aquí está el principal legado y visión del peronismo. O acaso no fue ese el germen cuando en el 45 se pensó la Argentina. Una verdadera revolución política, social y cultural. Cualquier intento que pretenda encarar el futuro refrescando permanentemente el pasado está llamado a fracasar. Hay que animarse a enfrentar el futuro recreando un peronismo que se entienda como necesario, pero no suficiente, comprometido, moderno e inteligente. Perón se animó a pensar una nueva Argentina. Este es el legado: pensar e imaginar la Argentina del futuro. Justicia Social, Fragilidad y Desheredados Si algo caracterizó al peronismo fue que permitió a través de la Justicia Social un gran movimiento social ascendente. Revalorizó ese concepto que otros luego mancillaron en su más amplio concepto, transformándolo en un asistencialismo degradante. Es todo un desafío. Hoy se pregona por el oficialismo que la pobreza o la opción por la fragilidad es un derecho de las personas. Con ello se construye un nuevo estamento social: los desheredados. Son los que no tienen aquello que fue y no tendrán aquello que vendrá. Argentina no escapa con la actual orientación a la estratificación de una sociedad donde estarán los desheredados y marginados, los sectores atomizados por lo útil y lo placentero, mientras en lo alto van a seguir asomando los ganadores de siempre. Por todo ello, y frente a una sociedad tan utilitaria e individualista, no ha otra opción que el humanismo. Que no debe ser nostálgico ni sentimental, sino moderno y realista. Que encarne los valores reales del compromiso solidario con el otro y con lo común. Debemos reinventar el peronismo desde el humanismo más profundo como antídoto al individualismo que hoy prevalece. No hay otro camino ni más tiempo para encararlo. El futuro es hoy. Objetivo cumplido Emilio Martínez Garbino – eldisparadoruruguay.com.ar

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