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» La Capital
Fecha: 02/03/2025 13:23
Los rosarinos lo hacen a modo de ofrenda y ya se acumuló gran cantidad de billetes. Sin embargo, muchos aprovechan para llevárselos. Una rareza en la peatonal Córdoba. Rodeado de grandes edificaciones de cemento y las baldosas de la peatonal Córdoba en un pintoresco local céntrico hay una gran escultura de Buda. Lo particular de esta figura es que sobre ella posa un manto de billetes que van desde los 10 a los 1. 000 pesos y nunca se retiran . ¿Por qué? Pasan los rosarinos y quedan perplejos ante la presencia de miles de pesos sobre el Buda dorado con detalles en rojo como una suerte de vestimenta. Algunos aportan billetes y se quedan junto a la escultura meditando. Se puede escuchar cómo le ruegan, otros simplemente se sienten contagiados y dejan su ofrenda . “Porque nos gusta”, dijo una madre acompañada de sus hijos a este medio. Otro niño lo miraba con asombro, pero su familia lo apuraba para seguir el paso. Los llamadores de ángeles se posan sobre su cabeza y dos perros Fu cumplen su función de protección custodiando al Buda dorado. Las estanterías se completan con figuras más pequeñas, elefantes, sahumerios y velas. Otra gran escultura blanca se posa en espejo y también recibe ofrendas, menores y más fáciles de ser sustraídas por aquellos que se aprovechan de encontrar billetes a la alcance de la mano . >> Leer más: Un adolescente de EEUU pasa del rap y el básquet a ser entronizado como lama Desde junio de 2022 la imagen del Buda decora la entrada de India in Ar, en peatonal Córdoba 937. Con el paso del tiempo fue una costumbre de los transeúntes dejar una ofrenda. Los billetes desbordan la escultura de 1,5 metros con una mano alzada y otra cruzando su abdomen, sentado de piernas cruzadas. Hasta se puede ver cómo algunos pesos cayeron y rodean a la figura. “Ese dinero se deja ahí ya que son los deseos de las personas y las ofrendas que le realizaron”, confió Victoria, titular del local a La Capital. Retirar o quitar ese dinero “sería como robar una limosna”, dijo un rosarino cuando este medio visitó el lugar. Algunos afirman que hasta dólares han sido depositados como ofrenda. Buda 24.2.jpg La Capital / Leonardo Vincenti La escultura que yace en el comercio es el Buda de la abundancia o dinero. “Simboliza el flujo de dinero buscando atraerlo, protegiendo las riquezas”, explicó Victoria. En este sentido, las personas le dejan dinero como parte de la ofrenda para que esas riquezas vuelvan multiplicadas. No faltan quienes en un acto de arrebato intentan quedarse con algunos pesos. Desde el local buscan que esto no suceda ya que el dinero u ofrenda pasan a ser del Buda. El fenómeno se da en forma idéntica en otra sucursal del comercio, situada en Miramar. Algunos interesados preguntan por la figura, que está a la venta y se comercializa por 350 mil pesos, aunque el tamaño se presenta como un impedimento para su traslado. Así el Buda pasa los días a la espera de ser vendido, mientras tanto acumula billetes y seguidores, que no pierden la oportunidad de dejarle algunos billetes. Buda 24.2 (3).jpg En el local de India in Ar en Miramar también se da este fenómeno La postura El acto de ofrecer billetes, como objetos de valor, es personal y “sale del corazón”, explicaron a La Capital desde la Asociación Budista IBPS (Sociedad Internacional del Progreso Budista, una organización budista que tiene presencia en Manila y Argentina). Como todas las religiones, el budismo tiene en la figura del Buda una representación concreta. Es el maestro espiritual Buda Gautama, considerado “el iluminado” unos 500 años antes del nacimiento de Cristo. Las adoración al Buda se practica mayormente en el budismo zen, no tanto por su escultura en sí, sino por su postura. La rama del zen es oriunda de Japón y nació en el año 1200 d.C. cuando un maestro regresó de China para predicar la importancia de poner el cuerpo para realizar la postura con la que el Buda se hizo mundialmente conocido. "Sin la postura no estaría el budismo zen", explicó Cristina Lorente del templo Dojo Zen de Rosario. Cabe destacar que esta rama tiene como referencia un Buda estilizado, distinto a la imagen que ofrece India in Ar, que está ligada a las corrientes indias o chinas, donde la gordura es sinónimo de abundancia. El zen pone en valor los 49 días que pasó Gautamana bajo el árbol de la Bodhi hasta iluminarse y hace foco en "la experiencia del cuerpo porque mi vida cotidiana es mi práctica del budismo", dijo Lorente a este medio. En cuanto a las ofrendas, esta rama utiliza el término "Fuse", una especie de regalo desinteresado que no espera nada a cambio y que puede ser material, por ejemplo dinero o joyas, o espiritual, como puede ser enseñanzas o prácticas. En este sentido, Lorente utilizó la definición "Mushotoku", que es "hacer algo sin esperar ningún beneficio personal" y remarcó que no es habitual realizarles ofrendas de dinero sino que se llevan adelante ceremonias con los cuatro elementos: agua, tierra, aire y fuego. En cuanto al Buda rosarino celebró su presencia para "acercar a la gente interesada" al budismo y sostuvo la existencia de "un imaginario popular o infinitas creencias" sobre la escultura que, en algunos casos, "te llevan a una práctica que te da algo mucho más valioso que el dinero". Por qué la ofrenda En tanto la ofrenda es una “motivación de intención personal, una acción que genera mérito para uno mismo”, comentó a La Capital el fundador del Centro Budista Druk Manjushri de Rosario, Mario Coffaro, cercano a la rama tibetana. Buda 24.2 (1).jpg La Capital / Leonardo Vincenti El referente tibetano explicó que se deja “dinero al Buda para que todo el mundo y todos los seres puedan tener abundancia u oportunidades. Siempre con un componente altruista porque el valor está en la intención y en la apertura del corazón de la persona”. Para Coffaro si el dinero continúa allí es porque la gente entiende la "motivación” de dejar los billetes. Incluso manifestó que quienes retiran el dinero reciben "la abundancia por la que fue depositado”, como un acto de justicia a una persona necesitada. El Buda de la abundancia es uno más en el mundo budista. Existen figuras para meditar, para incentivar a la sabiduría o a la compasión, entre otras. La Niño Tierra Una de las historias que recitan los budistas es la Niña Tierra o Niña del Barro, explicaron desde la Asociación Budista IBPS a este medio. Se trata de una narración tradicional de la religión que ilustra el valor de la generosidad y la pureza de corazón, necesarios para realizar ofrendas como sucede con el Buda rosarino. Según la leyenda, una niña pobre jugaba en la calle cuando vio pasar al Buda Gautama. Al observarlo, sintió la necesidad de realizar una muestra de respeto y devoción con una ofrenda, sin embargo, no contaba con elementos valiosos en su poder. Fue así como la niña juntó un puñado de tierra del suelo y se lo ofreció a Gautama. A pesar de la humilde ofrenda, el Buda lo aceptó con gratitud y generó un gran mérito para la niña. Esta historia es utilizada en el budismo para enseñar el valor de la ofrenda y desligarla de la riqueza material. Esta leyenda también se relaciona con la idea del karma y cómo incluso las acciones más pequeñas pueden tener un impacto significativo cuando se realizan con una mente pura y compasiva.
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