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» Elterritorio
Fecha: 01/03/2025 14:13
En medio del pedido de justicia por el albañil asesinado a manos de vecinos de Olivera, Buenos Aires, su esposa continuará con un comedor comunitario que emprendieron juntos en 2017 sábado 01 de marzo de 2025 | 13:00hs. En la casa de la familia funciona el comedor comunitario. Fotos: Esteban González La ciudad de Jardín América continúa conmocionada por el fallecimiento de Jeremías Sosa (30), el jardinense que fue linchado en Olivera, partido de Luján, provincia de Buenos Aires en la noche del sábado 22 de febrero. Por el hecho, hasta el momento hay tres detenidos, aunque la Policía continúa buscando a otros involucrados que formaron parte del linchamiento que terminó con la vida del albañil de 30 años. En ese marco, Carolina Sotelo (32) -viuda de Sosa- entre la tristeza permanente y el reclamo profundo de justicia, charló en exclusiva con El Territorio y recordó a su pareja con la bondad que tenía y lo atento que era para ayudar a vecinos de la localidad, manteniendo un comedor que iniciaron juntos y que funcionaba desde 2017. “El comedor iniciamos en 2017 y desde entonces siempre se hace alguna comida que surge en el momento. Nunca hay algo planificado, los chicos vienen, están con nosotros, preparamos algo para comer, salimos, vamos a la iglesia y la última vez que estuvo Jeremías fuimos a acampar”, relató la mujer, sobre el comedor que mantiene en la casa de Carolina y al cual asisten alrededor de 20 chicos de todas las edades. Sobre la situación por la cual Jeremías viajó hacia Buenos Aires, la entrevistada recordó que su esposo se fue para trabajar en obras junto a su papá y poder enviar plata para terminar de construir la casa donde funciona el comedor y donde la mujer vive junto a sus dos hijos, Sabrina (14) y Jeremías (3), y para poder solventar las compras de alimentos para los que asisten al lugar comunitario. En esa línea, Sotelo precisó que Jeremías siempre hacía videollamada para hablar con todos los niños y cada mañana le enviaba un WhatsApp dándole los buenos días, e incluso le enviaba fotos en su puesto de trabajo, en Olivera. Incredibilidad Por otra parte, manifestó que aún no puede creer lo que le pasó y que para honrarlo continuará con el proyecto que iniciaron hace 8 años. “Quiero que esto sea un sueño, imagino que él todavía está trabajando, que pronto voy a recibir un mensaje de él y así como nosotros fuimos el sostén para todos los chicos que vienen, ahora ellos son los que me dan las fuerzas para seguir”, agregó. En tanto, la viuda de Sosa lamentó profundamente que la hija mayor perdió a su papá antes de cumplir 15 años, ya que en marzo esperaban estar juntos festejando su cumpleaños. Carolina, entre llantos y voz quebradiza, reflejó el latente dolor que le provocó enterarse de que su esposo fue asesinado por un grupo de personas, dejando así a una adolescente sin su padre y a un niño que, a punto de empezar nivel inicial, no pueda ir a la escuela tomado de la mano de su papá. “Jeremías era una persona muy buena, para él nunca había un no como respuesta, siempre buscaba la manera de dar lo mejor”, expuso Carolina, agregando que era un hombre muy positivo: “‘Si puedo, si tengo’ siempre expresaba él, le encantaba y era feliz cuando ayudaba a los demás. Nunca hacía por algo a cambio, siempre era de corazón porque así lo sentía y le hacía bien ayudar a los demás”. Respecto a la triste noticia que recibió la comunidad, expresó que se enteró de la tragedia cuando estaba junto a los chicos que asisten al comedor. Fue en ese momento que un cuñado le pidió para hablar en privado y le llevó a la casa donde el muchacho reside junto a la hermana del fallecido, para reunirse con los demás familiares. Fue así que el cuñado dijo que estaban esperando noticias y que había que ser fuertes y esperar, pero sin imaginar que todo iba a terminar en el peor desenlace. Entre lágrimas, la mujer ratificó que aún no puede aceptar que él ya no está, que al despertar cada mañana piensa que él sigue en su trabajo, que pronto va a volver y va a estar otra vez junto a ella, los hijos y todos los chicos a los que brindan tan noble servicio. Incluso, expresó que ella siempre quiso tener una familia numerosa y con el comedor, Dios le regaló la posibilidad de tener muchos hijos. En tanto, Carolina expresó que el desafío es continuar con lo que iniciaron a la par, en honor a su esposo y para continuar con el legado y que se haga justicia por lo que le hicieron. Pedido de justicia “Si tengo que viajar para pedir justicia me voy, porque las personas que estuvieron en ese momento atacándolo, nos destruyó, nos quitó una parte de nuestra vida, un niño que va a ir a la escuela sin su papá, arrebataron a él la posibilidad de ver a sus hijos crecer, porque más allá de todo lo material o la plata, lo más importante era el cariño y las enseñanzas que brindaba”, mencionó la entrevistada. Por último, Sotelo se tomó un momento de recordarlo como pareja y expuso: “Creo que entre nosotros nunca quedó algo por decirnos, porque siempre nos decíamos todo, hace 15 años estábamos juntos. Sabíamos con sólo mirarnos qué nos sucedía, pero si tuviera la posibilidad le diría ‘gracias’ y que él fue lo más importante para nosotros, tanto para su familia como todos los chicos que todos los días vienen al comedor”, cerró. Jeremías Sosa tuvo el último adiós en la mañana del miércoles pasado, cuando una verdadera multitud acompañó el cortejo fúnebre desde el salón velatorio hasta el nuevo Cementerio Parque de la ciudad de Jardín América. Familiares y amigos lo despidieron entre lágrimas y mucho dolor, sin entender como un padre de familia que simplemente viajó a Buenos Aires a trabajar, terminó asesinado por un grupo de personas que lo confundieron con un delincuente. Cambio de carátula Por el crimen de Jeremías Sosa (30), quien fue maniatado y golpeado hasta la muerte por un grupo de vecinos de Olivera, partido de Lujan, Buenos Aires, tras confundirlo con un delincuente, hasta el cierre de esta edición son tres los detenidos: Alex Iñiguez, Gustavo Rocha y Lucas Bonomo, quienes permanecen privados de su libertad desde el domingo. En tanto, con el correr de la investigación -la cual inició como homicidio en riña- volvió a tener un cambio de carátula, y el crimen que horas después de las primeras pesquisas comenzó a ser analizado como “homicidio en agresión”, en las últimas horas fue modificado a homicidio agravado por alevosía. Figura que podría significar la máxima pena para los involucrados en el asesinato del albañil de 30 años.
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