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  • Pioneras sepultadas por la Historia del arte que cuentan ellos: Andalucía empieza a saldar su deuda pendiente

    » Diario Cordoba

    Fecha: 28/02/2025 17:24

    El canon de la cultura andaluza se ha escrito en masculino desde siempre. No es un problema sólo de la forma en que Andalucía ha contado su historia, sino una perniciosa dinámica global desde que el tiempo es tiempo que, sólo en los últimos años y aun con mucho esfuerzo, está consiguiendo corregirse. Y se hace gracias al trabajo de investigadores, de editoriales y de programas culturales que reivindican el peso artístico de tantas mujeres que han participado a lo largo del tiempo en la construcción de esta tierra. Andalucía es también la historia de sus mujeres creadoras y de quienes, como mecenas y promotoras, apoyaron grandes obras. En el plano del periodismo, el ensayo y la literatura, una de las primeras fue Carmen de Burgos, conocida como Colombine. Esta almeriense (1867-1932), periodista pionera y escritora, fue una voz clave en la defensa de los derechos de la mujer, pero tras la Guerra Civil su obra quedó silenciada por el régimen franquista. En los últimos años, editoriales como Renacimiento han reeditado sus novelas y ensayos, como La mujer moderna y sus derechos, mientras que proyectos como el del Centro Andaluz de las Letras (CAL) la han rescatado como un ícono de la modernidad. Otro nombre orillado fue el de María Luisa Muñoz de Buendía (Huelva, 1898-Madrid, 1975), poeta y traductora que introdujo a Fernando Pessoa en España, pero que a menudo quedó eclipsada por su marido. Su obra ha sido recuperada en antologías recientes del CAL dentro de su programa Sabias y Audaces, que busca visibilizar a autoras silenciadas. Carmen de Burgos 'Colombine' (Rodalquilar, Almería, 1867-Madrid, 1932), en una imagen de la Biblioteca Nacional. / El Correo La Roldana y Catalina de Ribera, a la vanguardia entonces El trabajo de arqueología para el rescate de estas mujeres es arduo. Uno de los últimos proyectos en esta línea es el de la revista Andalucía en la historia, editada por el Centro de Estudios Andaluces. La publicación ahonda en el papel que han desempeñado las mujeres en la historia del Arte en Andalucía. El dossier ha sido coordinado por Magdalena Illán (Universidad de Sevilla) y Ana Aranda Bernal (Pablo de Olavide) y repasa la deuda pendiente que tenemos con los nombres, todavía desconocidos para el imaginario colectivo, de artistas, mecenas, coleccionistas que se fajaron en la preservación del patrimonio artístico andaluz desde antiguo. Ecce-Homo y Virgen Dolorosa de Andrea de Mena. / The Hispanic Society of America (Nueva York) El profesor de la Universidad de Málaga Juan Antonio Sánchez López ahonda en este enfoque desde la Baja Edad Media, periodo en el que están documentadas las primeras actividades de las artistas en Andalucía. Los Siglos de Oro constituyeron el período por excelencia de la actividad de las mujeres escultoras y pintoras en los talleres andaluces. Durante el XVI, XVII y XVIII su presencia en estos espacios productivos fue cada vez mayor, aunque condicionada por cuatro factores: jerarquía, familia, endogamia y patriarcado. Dos nombres fundamentales para entender la imaginería son Andrea y Claudia de Mena, hijas de Pedro de Mena (1628-1688), escultor cumbre en el Barroco, autor del el coro de la Catedral de Málaga. Sus hijas se formaron en su taller pero su obra apenas trascendió. Caso similar fue el de la sevillana Luisa Roldán, La Roldana (1652-1706), hija y discípula del escultor Pedro Roldán. En la revista el profesor Lorenzo Alonso de la Sierra retrata a esta mujer que supo tomar las riendas de su futuro y desarrollar una carrera artística que hoy se reivindica más que nunca (el Museo Nacional de Escultura le ha dedicado una exposición recientemente). Si la lupa se pone sobre las ciudades, descubrimos a mujeres de diferentes épocas interviniendo de manera activa en su construcción más allá del papel que tuvieron en la fundación de edificios vinculados a órdenes religiosas. Es el enfoque que propone la profesora María Elena Díaz (Universidad de Granada) para retratar a Catalina Ribera (1447-1505), una noble sevillana que, al quedar viuda, asumió el control de su fortuna y legó algunos de los mejores edificios del patrimonio español. Fundó el Hospital de las Cinco Llagas, destinado a atender a los pobres, y hoy sede del Parlamento de Andalucía, también impulsó la Casa de Pilatos y reformó el Palacio de las Dueñas, residencias nobiliarias emblemáticas de la ciudad. Fachada del Parlamento de Andalucía, fundado como Hospital de las Cinco Llagas por Catalina de Ribera, que impulsó la construcción en 1546.. / Jorge Jiménez / ECA Estas mujeres tienen en común, muchas veces, liberarse de la sombra del marido para brillar. A su viudedad del militar de Federico Sánchez Bedoya Regla Manjón, condesa de Lebrija (Sanlúcar de Barrameda, 1851- Sevilla, 1938) se volcó en el coleccionismo y la filantropía. Donó más de cuatro mil libros a la Universidad de Sevilla, testimonio de la erudición que movió su vida. La galerista Juana de Aizpuru en la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO 2023. / Juan Carlos Hidalgo / EFE Y de nuestros días cabe destacar el rol imprescindible de Juana de Aizpuru (Valladolid, 1933). Casada con un ingeniero de montes, llegó a Sevilla en los años 50 apenas siendo una veinteañera e hizo suya Andalucía, que la nombró Hija Predilecta en 2002. En 1970, en un acto casi revolucionario, abrió su primera galería de arte, no tenía formación en este campo pero sí instinto y curiosidad. Arropó desde el principio la obra de Carmen Laffón o Luis Gordillo y fundó en 1982 ARCO convirtiéndose en un faro del arte contemporáneo para varias generaciones. Todas estas mujeres, también, han construido la Andalucía que hoy se celebra.

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