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» Elterritorio
Fecha: 25/02/2025 18:49
El tercer sospechoso de haber tenido un papel preponderante en el linchamiento que derivó en el crimen del misionero, fue detenido anoche. Buscan a otros tres integrantes de una misma familia, entre ellos un policía. Una hermana de Jeremías aseguró que "venía a trabajar a Buenos Aires, no tenía necesidad de robar". martes 25 de febrero de 2025 | 13:15hs. Los allanamientos permitieron detener a un sospechoso, aunque buscan a varios más. //Fotos: El Civismo. La investigación por el crimen del misionero Jeremías Sosa, en la localidad de Olivera, partido de Luján, provincia de Buenos Aires, tuvo avances en las últimas horas. Es que uniformados de diversas dependencias llevaron a cabo allanamientos y detuvieron a un tercer sospechoso de haber tenido un rol preponderante en el linchamiento público que derivó en la muerte del hombre oriundo de Jardín América. La investigación, a cargo de la Fiscalía 10 de Luján, inicialmente por el delito de homicidio en riña, busca esclarecer el brutal asesinato del albañil, quien fue golpeado brutalmente en la calle por un grupo de personas tras aparentemente ser confundido con un delincuente, o al menos en eso se justificaron los agresores. El ataque ocurrió el sábado por la noche en la intersección de las calles Juan XXIII, Reconquista y Remedios de Escalada de la citada ciudad. Sosa fue maniatado y golpeado hasta la muerte por varios agresores, lo que desató un profundo repudio en la comunidad, consignan los diarios locales. Los operativos judiciales se realizaron en cuatro domicilios con el objetivo principal de detener a Agustina Atrio, imputada en la causa ayer horas antes de los allanamientos y sobre quien pesan graves sospechas de participación en el crimen. Sin embargo, la búsqueda de la mujer resultó infructuosa. De acuerdo a lo informado en los medios, en el primer domicilio, ubicado en la intersección de las calles Reconquista y Santa Fe, el procedimiento arrojó resultado negativo. En el segundo objetivo, situado en la misma intersección, se incautaron un pantalón de jean azul con manchas hemáticas (aparentemente de sangre) y una soga. En la tercera vivienda, en Reconquista entre Juan XXIII y Santa Fe, se secuestraron un teléfono celular, una remera y un short. Finalmente, en el cuarto domicilio, ubicado en calles Francia y Reconquista, la Policía halló otro teléfono celular, una remera y una bermuda. Además, logró la aprehensión de Lucas Samuel González Bonomo, de 23 años, sindicado como uno de los agresores de la víctima. Tras su detención, se informó a la Fiscalía 10, que avaló lo actuado, ordenó el secuestro de los elementos hallados y dispuso el traslado de González Bonomo a sede judicial para prestar declaración. Apuntados La detención de González Bonomo se conoció minutos después de las impactantes declaraciones de Melanie Sosa, hermana de la víctima, quien en diálogo con el canal de noticias Crónica señaló directamente a varios presuntos responsables del homicidio. Entre ellos, mencionó, desde el lugar del crimen y acompañada por la esposa de la víctima, hermanos, familiares y un grupo de vecinos, a: Agustina Atrio, su marido (Felipe Crivelli, policía de la Sub DDI Luján), Matías Atrio, Walter Atrio y al propio Lucas González Bonomo. "¡Él no tenía necesidad de robar!" Melanie Sosa, hermana de Jeremías, vive cerca de donde se cometió el crimen, y en diálogo con Crónica recordó que su hermano sufrió un ataque de pánico antes de ser atacado por una horda enfurecida que lo acusó injustamente de un delito que no cometió. "Venía a trabajar a Buenos Aires, tenía a su cargo obras, tenía plata, casa y auto. ¡Él no tenía necesidad de robar! ¡No vino a robar! ¡No era un ladrón!" , exclamó. La joven relató que Jeremías era un hombre trabajador y solidario. En Jardín América, donde vivía, tenía un comedor en su casa que alimentaba a 30 jóvenes con problemas de adicciones. Sobre la noche del sábado expuso que "Estamos en mi casa por cenar y a él le agarra un ataque de pánico, de ansiedad, de depresión. Me dice: 'Tengo mucho calor, quiero aire'. Salíó y vio pasar a unas motos que aceleraron, se asustó, entró nuevamente en pánico, salió corriendo y pedía auxilio. Se perdió, no sabía dónde estaba. Quería que lo lleven a mi casa y lo mataron pensando supuestamente que era un ladrón", relató entre lágrimas. Con indignación, remarcó la rapidez con la que se desencadenó la violencia: "Nunca lastimó a nadie, nunca hizo mal a nadie. Un vecino vio corriendo desesperadamente a una persona y dijo: 'Es un ladrón, ¡mátenlo!', y así fue". En esa línea, con voz firme, lanzó una frase contundente: "Querían matar a un ladrón y se convirtieron en asesinos" al tiempo que denunció que muchos de los responsables huyeron de la localidad: "Hay personas que están siendo buscadas y que se fueron del pueblo. Los asesinos, los que lo maniataron, golpearon en la cabeza con un palo, con un ladrillo, a patadas... la gente del pueblo los vio y se fueron", sostuvo. En otro tramo de su testimonio, puntó directamente contra quienes, según ella, participaron del crimen, e insistió en que la familia enfrenta una lucha desigual: "Esto es complicado porque nosotros somos gente pobre y estamos luchando contra la alta sociedad (de Olivera), que tiene familiares policías y tienen plata".
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