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Chajari » Noticias Chajari
Fecha: 24/02/2025 21:01
El fútbol femenino en Chajarí ha comenzado a abrirse paso con determinación, aunque aún enfrenta desafíos relacionados con el apoyo institucional, la infraestructura y los prejuicios. A través de las voces de Florencia Pérez y Victoria Leguiza, dos figuras clave de este movimiento, se visibiliza el progreso y las barreras que siguen luchando por superar. Florencia Pérez, quien comenzó a practicar fútbol a una edad tardía, casi cuando estaba a punto de terminar sus estudios universitarios, contó cómo el deporte fue una pasión descubierta a través de la curiosidad y el deseo de explorar nuevas oportunidades. “Probé el fútbol femenino y me gustó. Con el tiempo me incorporé al Club Tiro Federal, luego pasé por Santa Rosa, y aunque este año no puedo jugar por una lesión, sigo trabajando como entrenadora”, dijo. La creación de su escuela Atenas Fútbol Femenino, dirigida a niñas de 6 a 13 años, refleja su compromiso con el deporte y el deseo de que las futuras generaciones tengan la oportunidad de practicarlo. Una de las barreras más grandes con las que se enfrenta Florencia, y con ella otras tantas entrenadoras y jugadoras, es el prejuicio aún presente en muchos sectores. “Hoy en día el fútbol femenino está más naturalizado, aunque no del todo. Algunas nenas son sacadas de la actividad por sus padres, a veces porque no lo ven como algo adecuado para ellas”, comentó Florencia. A pesar de estos obstáculos, la situación ha mejorado en los últimos años, y cada vez más familias apoyan a sus hijas para que se expresen en el campo de juego sin importar su género. Victoria Leguiza: rompiendo barreras desde su barrio Victoria Leguiza, por su parte, es un claro ejemplo de cómo el amor por el fútbol puede resistir las adversidades. Comenzó a jugar desde pequeña en su barrio, Sacachispa, rodeada de primos varones, quienes la cuidaban y la protegían de los comentarios y prejuicios que no tardaban en llegar. “Yo era la única nena que jugaba al fútbol, y los comentarios de la gente grande siempre estaban. Me decían que era como un varoncito”. Victoria, que fue parte de la primera liga de fútbol femenino en la región en 2018 y afortunadamente siempre encontró en su familia el apoyo fundamental. “Mi mamá, aunque tenía miedo de que me lastimara, me apoyó siempre. Fue gracias a ellos que pude seguir adelante”, señaló. Desafíos y obstáculos: la lucha por condiciones justas El fútbol femenino en la región ha dado pasos importantes, pero aún enfrenta desafíos. La falta de infraestructura adecuada, la prioridad que se le da al fútbol masculino en los clubes y la falta de apoyo institucional son algunos de los problemas que ambas mencionan. “Por lo general, los clubes priorizan a la Primera masculina. A veces nos pasa que llegamos a entrenar y no tenemos ni el espacio ni las condiciones para hacerlo”, señaló Victoria, evidenciando una situación que limita el crecimiento del fútbol femenino en términos de visibilidad y desarrollo. Publicó El Espejo
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