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  • «Si vienen lluvias, se vuelve a inundar igual»

    » Diario Cordoba

    Fecha: 23/02/2025 11:37

    «Todavía está uno con el miedo. Si vienen lluvias, se inunda igual. No han hecho nada, ni dejan que los vecinos limpien», lamenta Amalia Alcalde en la calle de La Barca, de Alcolea. Como a ella, a otros vecinos les cambia el gesto cuando son preguntados por las inundaciones de 2010. Rubén Rey contaba con 10 años de edad. Su familia conserva una fotografía de Diario CÓRDOBA que retrata su rescate en barca por parte de los bomberos. «Nos despertaron de madrugada y nos dijeron que cogiésemos lo justo». Tras la riada, se fueron a vivir con sus abuelos durante seis meses, hasta que se solucionó todo. Rubén entiende que «limpiando la zona, se podría evitar una nueva inundación». Sin embargo, todavía «es muy común preguntar entre los vecinos cómo va el río». Josefa Talavera, otra residente, coincide en opinar que «no nos limpian el arroyo (Guadalbarbo) y si viene la riada, otra vez subirá el agua. No hacen nada por evitarlo». En esta percepción sobre la actuación de las administraciones públicas influyen dos factores. De un lado, las diferentes competencias del Ayuntamiento de Córdoba, responsable de los tramos urbanos, y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, que responde por el resto del cauce. De otro, un cambio de concepto por el que para algunos la limpieza implica «arrasar la zona» y para otros, en un modelo más actual, los cauces deben mantener su vegetación en aras de la sostenibilidad ambiental, según explica Juan Andrés de Gracia, presidente del Consejo del Movimiento Ciudadano. «¿A quién le vendes la casa?» En parcelaciones del entorno del aeropuerto, que fueron las más afectadas por las riadas de 2010, el sentimiento de desamparo es más profundo. El agua llegó al techo de muchas viviendas, numerosas familias carecían de seguros, las ayudas públicas fueron limitadas o inexistentes, y los vecinos perciben que la situación no ha avanzado e incluso se ha deteriorado. En Guadalvalle, que fue quizá la más perjudicada por hallarse en el cauce del río, se derribaron algunas viviendas y se precintaron otra decena, aunque fueron ocupadas de nuevo. La construcción ha continuado y han llegado nuevos vecinos. Algunos residentes denuncian el vertido de basura y escombros en el camino de servidumbre junto al río Guadalquivir. Sadeco ha acudido a la zona en los últimos días, pero los actos incívicos continúan. Parece vox pópuli, asimismo, que podrían estar cometiéndose supuestos hechos delictivos. En los últimos días han escuchado disparos de perdigones. «Esto nunca ha estado así, pero ¿a quién le vendes la casa? A ellos», afirma una fuente. El desencanto con los responsables políticos es, prácticamente, generalizado y los vecinos reivindican que ellos pagan los impuestos municipales. Coinciden en apuntar a una mala gestión de los desembalses (que entonces gestionaba la Agencia Andaluza del Agua) como causa de las avenidas. Algunas familias prefieren que la catástrofe no se recuerde en los medios de comunicación. Otras explican que se mudaron a esa parcelación, aún conociendo que no se debe construir viviendas allí, en busca de una mayor calidad de vida para sus hijos o sus parientes enfermos. Es el caso de María del Carmen Flores, quien reside en Guadalvalle desde hace casi una década con su marido, que padece cáncer, una hija y cuatro nietos. Destaca que en la zona «hay muchas familias con niños» y apunta sus necesidades: la limpieza del río, la construcción de acerados, el alumbrado público o el arreglo de los caminos. Juan Ruiz, de la peña Amigos de Guadalvalle, fue uno de los afectados por las inundaciones de 2010. «No se ha hecho nada. El río tiene cada vez más forraje y basura, la traen en furgonetas y salen ratas», señala. «En la primera riada me entraba el agua por todos lados», rememora. Confía, sin embargo, en que «no vuelva a ocurrir, porque ya ha pasado dos veces». Eva Grande, que reside en las inmediaciones del aeropuerto con su familia, admite que «siempre hay miedo cuando llueve». De su parte, Rosario Gómez, que vive con su hijo, se marchó de alquiler «por el miedo» y ahora paga la parcela y el alquiler. «Es complicado vender», indica. Fondos y proyectos que no llegaron En La Altea trabajan ahora por la regularización y el presidente de su asociación de vecinos, Julio Cortés, reclama la colaboración del Ayuntamiento de Córdoba en el proceso. También reivindica el arreglo del camino de servidumbre. Julio Cortés alude a los fondos europeos y destaca que «había cinco millones destinados al arreglo y la limpieza de la zona, ¿dónde ha ido a parar ese dinero?». De acuerdo con sus datos, las riadas de 2010 provocaron tres fallecidos en municipios de Córdoba y Jaén. La información de la CHG recoge que, a lo largo de los años, las diferentes avenidas registradas en la provincia de Córdoba han causado, al menos (en algunos casos, no hay cifras exactas) 121 víctimas mortales, de las que 101 corresponden a la capital. Para el presidente de la plataforma de Afectados por las Inundaciones (Apaig) y de la Mesa del Río, Francisco León, «los vecinos llevan razón». En este sentido, destaca el mal estado de cunetas, caminos de servidumbre y arroyos, y lamenta que «no han hecho nada» para poner en marcha el proyecto planteado por esta asociación con objeto de conectar la periferia con el resto de la ciudad a través del río, que fue aprobado en un Pleno del Ayuntamiento en 2013. Suscríbete para seguir leyendo

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