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  • El Río Open se volvió a teñir de celeste y blanco: Seba Báez, Del Potro y Schwartzman brillaron en tierras cariocas

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 23/02/2025 08:34

    Juan Martín del Potro jugó con el público durante su exhibición en el Río Open 2025 (Foto: Río Open) Diego Schwartzman pasó por el Río Open 2025 para promocionar a la indumentaria deportiva que lo vistió durante su carrera. Firmó autógrafos y se sacó algunas fotos, antes de quedar de cara a las presentaciones argentinas que invadieron las semifinales del torneo este sábado. El Peque se consagró en ese mismo torneo en 2018 y el cariño de los locales se hizo sentir. “¿Quién es ése que va entre tantas personas de Seguridad?”, le preguntaba un jovencito a uno de los encargados de conceder el acceso por uno de los pasos entre la multiplicidad de vallas a Juan Martín del Potro. Anteojos de sol, saludando a quien le pida, el tandilense es recordado por los fans del tenis, que se encargaron de aclararle quién es y adónde llegó como deportista al niño. Unos minutos antes, el exnúmero tres del mundo compartió una breve exhibición junto al proyecto local Joao Fonseca y los jugadores de tenis adaptado Gustavo Fernández y Daniel Rodríguez. Juan Martín del Potro, Joao Fonseca y Gustavo Fernández jugaron en una exhibición en el Río Open 2025 (Foto: Río Open) El sol fue dejándole paso a las sombras de tribunas y morros en la cancha central Guga Kuerten y dejó brillante, solamente, al Cristo Redentor en lo alto del Cerro Corcovado. Así transcurrió la primera de las semifinales. Sólo los chicos Sebastián Báez pasó por la Sala de Prensa. La indumentaria que cubría su torso, esta vez, era una musculosa del estilo NBA, con el mismo número del día anterior. “Parece que nos vamos a dedicar al básquet”, se escuchó como comentario a su remera. “¡Uhm! No creo que me dé la altura”, respondió rápidamente el campeón vigente del certamen carioca, que volverá a pisar la cancha central este domingo para retener la corona conseguida 12 meses atrás. - ¿Averiguaste por qué el número 82? - Me dijeron que es por 1882, creo que debe tener que ver con el año en que nació la marca. Sebastián estaba acertado con el dato. Luce tranquilo, como lo hace habitualmente, habla de “Guti” -Sebastián Gutiérrez-, su entrenador, aunque sabe que “a él no le gusta”. Y también se extiende para hablar de Brasil y lo cómodo que se siente. Sebastian Báez venció a Camilo Ugo Carabelli y este domingo buscará retener el título conseguido en 2024 (Foto: REUTERS/Jorge Silva) “No sólo en Río, para mí Brasil es especial. Siempre tuve buenos resultados acá, en Futures, challengers y ATP también. Recuerdo haber ganado un M25, en la final a (Tomás) Etcheverry, también el challenger de Campinas. Más allá de haber venido en circunstancias de torneo, he venido a entrenar acá también y me hacen sentir muy cómodo. Y la gente, a pesar de no ser brasileño, me hace sentir muy bien, y ésa es una sensación muy buena a la hora de salir a la Cancha Central. Además, me encanta esa cancha, como es, el estadio, todo, y me trae siempre muy buenos recuerdos”, comentó el jugador que ocupa el puesto 31 del ranking. Ante la consulta habitual acerca de su entrenador, Báez destacó que Gutiérrez “es una figura familiar, más que un entrenador“. “Es quien más que nada me enseña el fuera de la cancha, porque dentro de la cancha, y vamos a ponerlo entre comillas, es más fácil, cuando el afuera está bien o se intenta estar bien. Porque nosotros somos tenistas, pero primero somos personas. Con esa ideología de trabajo, mejorar la persona va a llevar a hacer un mejor deportista”, completó el bonaerense. También aclaró que no tiene cábalas: “Para mí, cada partido es totalmente distinto y no tengo algo con lo cual me relacione. Por el contrario, lo relaciono con el trabajo y con la confianza en uno mismo y en lo que hago. Así que, respondiéndote a si tengo cábalas, la respuesta es no”, culminó con una afable sonrisa. Niños brasileños tuvieron la suerte de intercambiar regalos y preguntas con el campeón vigente del Río Open 2024 (Foto: Río Open) A la salida de la conferencia, lo esperaba una sorpresa. Un grupo de niños brasileños, acompañados por sus padres y entrenador, lo aguardaban con un cartel escrito a mano -claramente por uno de esos chicos- que decía “Let’s go Báez”. Eran los mismos que un año atrás lo saludaron previamente a la final en la que conquistó el torneo carioca. Saludos, fotos sonrisas y algunas cuántas preguntas al campeón. “¿A qué edad tomaste por primera vez la raqueta?“, quiso saber el primero en atreverse a hablarle. “Tenía dos años, pero me metí a la cancha por primera vez a los tres o cuatro”, respondió Sebastián. Entre explicaciones del sentimiento a la hora de ganar, otro chico le preguntó si le gustaba el fútbol. La respuesta fue un categórico ¡Sí! A lo que un padre apuró la consulta: “¿Messi o Maradona?” “¡Muy difícil! Soy muy fanático de los dos”, dijo escogiendo las frases que seguirían a continuación, para luego dar a entender que de Maradona escuchó más de lo que lo vio y que Messi ganó todo en el final de su carrera. Más fotos y buenos deseos acompañaron la despedida de Sebastián de salida al vestuario. Francisco Comesaña batalló casi tres horas, pero no pudo con el francés Alexandre Muller, que este domingo se medirá con Sebastián Báez en la final del Río Open (Foto: REUTERS/Jorge Silva) Francisco Comesaña ya estaba en la cancha intentando vencer a Alexander Müller, el francés que pasó las dos semanas previas por la Argentina en el Challenger 125 de Rosario y el Abierto de Buenos Aires, donde en sendas primeras rondas. Pero llegó a Brasil y se encargó de aguar la fiesta carioca, sacando del torneo a Joao Fonseca en su debut. Müller también llegaba de vencer a dos argentinos en línea: Tommy Etcheverry y Francisco Cerúndolo, quien ante las derrotas que se dieron aparecía como el posible candidato al título. Y Comesaña fue otro albiceleste más en el camino del francés a la final. Tres sets peleados, con el trajín de tres semanas seguidas de dura competencia que le va mostrando al Tiburón lo que le espera para permanecer en el circuito. “Entré a la cancha un poco cansado, pero me di cuenta de que pude pelear tres horas más y eso me pone orgulloso”, contó el marplatense, que tampoco escondía que la derrota duele. “Uno trabaja todos los días para que las cosas salgan lo mejor posible y tiene sueños en la vida que quiere cumplir. Y estoy contento conmigo, porque, más allá del resultado, dejé todo e hice todo lo posible para intentar ganar”, resaltó minutos después de caer en su primera semifinal ATP. “Estos son partidos difíciles, desde lo emocional, pero me tomé un rato para estar conmigo, meditar un rato, agradecer por lo que me tocó vivir. Por eso, hoy me levanté con buena energía, pasé de página, preparé el partido e hice una meditación para estar tranquilo. Hice todo lo que tenía que hacer para intentar ganar”, contó sobre lo que transcurrió entre su victoria sobre Zverev, en la noche del viernes, y 20 horas después, hasta encontrarse con Müller. Alexandre Muller saluda al público carioca tras su triunfo ante Francisco Comesaña (Foto: REUTERS/Jorge Silva) El fútbol volvió a estar presente en la despedida. “¿Cómo salió Aldosivi?”, preguntó el marplatense, que por algo lo apodaron “Tiburón”. “Ganó Boca”, le respondieron. “Ya sé, me imagino”, comentó resignado mientras le firmaba una de las grandes pelotas amarillas que llevan los chicos para la ocasión. “No funciona maestro”, le decía Francisco al niño, mientras intentaba en vano que el marcador que le acercó lograra dejar algo de tinta sobre la felpa. Pasó la jornada de semifinales, que pudo haber tenido póker de argentinos o haber dejado una final entre compatriotas, pero que mostrará la disputa por un título, una vez más, entre Argentina y Francia. Pero, esta vez, en tenis.

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