Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Yo Digo… A confesión de parte

    Concepcion del Uruguay » La Calle

    Fecha: 23/02/2025 07:27

    Cunde entre los progresistas un insistente rumor sobre el declive de Estados Unidos. Difunden los medios la más fulminante diatriba sobre la destrucción de un país por el neoliberalismo, y quien la formula no es un alucinado woke, un Black Lives Matter ni un izquierdista trasnochado, ni siquiera Noam Chomsky, sino Donald Trump nada menos que en su Discurso de Toma de Posesión del 20 de enero. “A partir de este día, nuestro país prosperará y será respetado de nuevo en todo el mundo”. ¿Escuchamos bien? Si un país “prosperará y será respetado de nuevo”, es porque no es próspero ni respetado. “Ahora tenemos un gobierno que no puede gestionar ni siquiera una crisis simple en casa, mientras al mismo tiempo tropieza con un continuo catálogo de eventos catastróficos en el extranjero”. Prioridades ¿Se tratará de una cita fuera de contexto? Sigamos con el discurso del irascible Trump. Diagnosticar a un gobierno del propio país como incapaz de “gestionar ni siquiera una crisis simple en casa”, es terrible examen del pasado. ¿Y sobre el futuro? “Se recuperará nuestra soberanía. Se restaurará nuestra seguridad. (…)Y nuestra máxima prioridad será crear una nación orgullosa, próspera y libre”. Si alguien promete recuperar soberanía y restaurar seguridad, es porque ambas andaban perdidas. Si es prioritario “crear” una nación orgullosa, próspera y libre, es porque la actual no es lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Doloroso es tratar así a una potencia puesta como ejemplo por todos los neoliberales del mundo. Pero ahora su portavoz principal nos informa. “Tenemos un gobierno que ha brindado financiamiento ilimitado para la defensa de fronteras extranjeras, pero se niega a defender las fronteras estadounidenses, o más importante, a su propia gente. Nuestro país ya no puede brindar servicios básicos en tiempos de emergencia”. Bien. Siempre escuchamos que la sistemática destrucción de países tiene por objeto obligarlos a adoptar el modo de vida estadounidense. Pero jamás creímos que este último fuera inútil incluso para solucionar los problemas primordiales de su propia gente, como lo resalta el intemperante billomillonario. Remedios Dijo Trump en su perorata pomposa: “A continuación, instruiré a todos los miembros de mi gabinete a movilizar los vastos poderes a su disposición para derrotar lo que fue una inflación récord y reducir rápida y drásticamente los costos y los precios”. Sí, leyó usted bien. En el País de las Maravillas del Consenso de Washington hay “inflación récord” y “crisis inflacionaria”. El remedio sería comenzar cobrar impuestos, empezando por el mismo Trump, cuya fortuna según Forbes asciende a 6,2 billones de dólares, o a su gabinete, que en conjunto posee más de 450 billones (para los anglosajones, un billón es mil millones). Pero no: el colérico Donald declaró no haber obtenido ni un dólar de ingreso en 2023, y los súper ricos en Estados Unidos tributan una tasa de apenas 22%, menor de la que pecha el ingreso de un empleado medio, y en su mayoría guardan su dinero en Paraísos Fiscales o Fundaciones inmunes a los impuestos. Por lo cual, el supuesto remedio contra el declive sería expulsar a los “extranjeros criminales”. Amenaza el xenófobo Trump con expulsar 11 millones de supuestos migrantes “ilegales”. Hemos indicado ya que dicha cifra nada significa frente a los 340.110.998 habitantes que aloja en 2024 la potencia norteña. En cambio, mantienen funcionando con salarios de miseria la agricultura y parte de la industria de ésta, así como las groseras ganancias de los multimillonarios que los repudian. Donald ¡go home! De hecho, la Historia de Estados Unidos es un conjunto de entradas ilegales de “extranjeros criminales”: desde los colonos que casi exterminaron a los aborígenes, hasta los gringos que invadieron México en 1848 y le robaron más de la mitad de su territorio, los que ocuparon Puerto Rico en 1899 y se quedaron con él, los que dividieron Panamá de Colombia ¿Qué tal si comenzamos por expulsarlos a ellos? Y ya que hablamos de “extranjeros ilegales” ¿qué tal si regresan a casa el millón y medio largo de estadounidenses armados que ocupan ilegítimamente 850 bases militares en el extranjero y 76 en América Latina, y que nada tienen que hacer en países que no les pertenecen? Pero el cascarrabias Donald amenaza: “Como en 2017, nuevamente construiremos las fuerzas armadas más fuertes que el mundo haya visto”. Traducción: el mundo no puede esperar otra política que la del Gran Garrote. A confesión de parte, relevo de pruebas. Pero también: guerra avisada no mata soldados.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por