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» Diario Cordoba
Fecha: 20/02/2025 17:35
Me preocupa el llanto del diplomático alemán Christoph Heusgen al clausurar la Conferencia Internacional de Seguridad en Múnich. Este nuevo orden mundial que Donald Trump ha precipitado -decía- genera una gran inseguridad mundial y es que Putin huele el miedo. En su intervención, el vicepresidente estadounidense J.D. Vance ha dejado muy claro que los valores entre Europa y América han dejado de coincidir y que, una vez abierta la puerta de la cacharrería, no va a frenarse el elefante de la Casa Blanca con la imposición de aranceles, el cuestionamiento democrático del viejo continente o con el puesto de cero a la izquierda otorgado a Bruselas para negociar la paz en Ucrania. Me preocupa que el republicano Vance se crea con autoridad para señalar a Europa como culpable de un retroceso en valores. Precisamente él, venido del continente con la doble moral más vomitiva. Ese país que pretende darnos lecciones de moralidad es al que ofende más una escena de sexo que una paliza mortal en una detención policial a un negro. Ese país que prefiere mantener una ley de armas alegando libertad individual y que hace la vista gorda ante niños asesinados en las aulas de sus colegios. Ese país que está en contra del aborto (yo también lo estoy, pero allá cada cual con su capacidad de vivir con la difícil decisión de acabar con la vida de su hijo) y aplica la pena de muerte sin dudar si el God ese al que invocan tan inoportunamente mientras los ponen mirando a Connecticut aceptaría que lo sustituyan al momento de poner el punto final a una vida, aunque se trate de la vida del mayor indeseable. Me preocupa que Trump inste a Europa a aceptar puntos de vista que él denomina «alternativos» y que yo llamo «mis cojones fútbol club» y a apostar por la libertad de expresión,-siempre que se diga lo que él quiere escuchar-, y eso lo dice mientras deja claro que, en el conflicto entre Ucrania y Rusia, Europa es la boñiga del WhatsApp y mientras propone quedarse con Gaza y montar una sucursal de Las Vegas sobre el recuerdo de miles de muertos. Creo que la idea de apropiarse del frente de la playa de Gaza le vino dada por el lumbreras de su yerno, Jared Kushner, que le describió el conflicto entre Israel y Palestina como una disputa inmobiliaria, y Trump amante del lujo de los jeques árabes, ha decidido liarse el keffiyeh a la cabeza. Como no tengo ya edad de preocupaciones, mejor remedo a esa juventud, que pasa de noticias de actualidad. Voy a ponerme La isla de las tentaciones, que me han dicho que ahí sí que se aprende. Por lo visto hay un tal Montoya que, sin contrato millonario del gobierno, sólo a base de cornamenta, le está robando audiencia a Broncano. *Abogada experta en Derecho del Trabajo y Seguridad Social Suscríbete para seguir leyendo
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