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» Comercio y Justicia
Fecha: 20/02/2025 00:35
Por Luz Saint Phat / [email protected] En un contexto en el que crecen los discursos sobre la escasa relevancia de la educación en general, los datos interactivos de la OIT ofrecen una compleja respuesta Desde hace varios años, sobre todo en el ámbito de las redes sociales, crecen los discursos que aseguran la poca relevancia que tiene el nivel educativo en el mercado laboral actual. De hecho, la tradicional idea de que “es necesario estudiar para mejorar la calidad de vida en materia económica y social”, parece haber sido suplantada con ciertos conceptos respecto de “cómo el esfuerzo que requiere el estudio no es equivalente a las posibilidades de empleo existentes”, sino que esto depende de factores más individuales (como la motivación o la suerte). No obstante, datos interactivos de las Estadísticas laborales de América Latina y el Caribe que se encuentran publicados en el sitio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ofrecen una respuesta interesante y más compleja, considerando un evolutivo de los últimos doce años, el nivel de instrucción de la población y un conjunto de segmentos o rubros de trabajo. En 2012, en el sector público, las personas de la región con 13 o más años de formación educativa (es decir con universitario incompleto o completo) significaban 56,6% de la población ocupada, mientras que en 2023, este porcentaje creció a 66,9%, en el conjunto de países integrados por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Paraguay, Panamá, Perú, República Dominicana y Uruguay. Por otra parte, en el sector privado, el mayor porcentaje de ocupación lo obtuvo la franja de personas que han estudiado de 7 a doce años (primario completo y secundario avanzado o completo), con un porcentaje de 56,7% en 2012 y de 56,3% en 2023, casi sin variaciones en más de una década. Se nota en este segmento también un incremento en el porcentaje de personas ocupadas con más de 13 años de estudio, que pasó de 21,4% a 30.1%. Mientras, en el rubro empleadores, también la mayor proporción la tienen las personas de entre siete y 12 años de estudio, con un porcentaje en 2012 de 44% que se mantuvo hasta 2023. Esto seguido de las personas con 13 o más años de estudio, quienes en este rubro crecieron de 31,3% a 38,6%. Por otro lado, el cuentapropismo es uno de los rubros donde más creció el porcentaje de población ocupada que tiene entre 7 y doce años de estudios, pasando de 44% en 2012 a 49,4% en 2023. Aquí, las personas con mayor nivel formativo alcanzaron en 2023 a 38,6% de este segmento. Finalmente, una expansión más pronunciada de la franja poblacional con hasta doce años de estudio se observa en el sector trabajo doméstico remunerado, que en 2012 era de 51,1% y en 2023 fue de 61,3%, siempre según el gráfico de la OIT. Situación similar sucedió en el rubro trabajadores familiares auxiliares, donde esta población llegó en 2023 a ocupar el 53,1% de los puestos de trabajo existentes. Como interpretación, se puede observar que la amplia franja de trabajadores privados o con emprendimientos propios se encuentra en el sector que, al menos, tiene sus estudios secundarios avanzados, seguidos por quienes accedieron a la educación superior, con amplia expansión en su participación de estos mercados laborales durante los últimos años. Aún así, también es esta franja de población la que más creció en el segmento de trabajadores domésticos y/o auxiliares familiares. Se destaca, en estos gráficos, cómo las personas con mayor nivel formativo se han expandido en el sector público. Vale indicar que las personas que no registran formación no tienen presencia en el mercado laboral de los sectores público, privado y empleadores. Mientras es escasa su presencia en los sectores de cuentapropismo, trabajadores domésticos y trabajadores familiares auxiliares. Cono sur Particularmente en la región del Cono Sur, integrada por los países de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, los datos que se encuentran en la plataforma de la OIT corresponden al año 2023. En un conjunto de gráficos, se observa que las personas con más de 13 años de formación tienen mayor participación del mercado laboral en el sector público (65,5%) y en empleadores (46,1%), quedando en segundo lugar en el segmento privado (31,1%) y cuentapropistas (23,7%), En ambos rubros, la mayor participación la tienen las personas con secundario al menos avanzado con los porcentajes de 59% y 55,4%. Mientras, la población también con al menos el secundario avanzado tiene una amplia participación en trabajo doméstico y auxiliar (65,3% y 59,4%) Tecnología Sin dudas, en un escenario heterogéneo dentro de América Latina, estos datos no sólo tienen que ser contrastados con el acceso a los diferentes niveles educativos que tiene la población de cada país y con el promedio formativo de la masa laboral, sino también con los salarios que perciben los distintos rubros y con el inexorable avance de las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial generativa, la cual tendrá decisivo impacto en diferentes sectores durante los próximos años. Si se consideran, por ejemplo datos del Observatorio de Desarrollo Digital de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que ya fueron reseñados en la sección de Vida Profesional de manera general, son justamente los trabajos que requieren educación básica y media los que más se automatizarán en los próximos años. “En el caso del aprendizaje automático se puede observar que los empleos más vulnerables son los vinculados a la educación básica: en términos generales, la probabilidad de riesgo asociada a esos empleos es casi el doble de la que se asocia a los empleos que exigen educación superior. Esto se debe a que el aprendizaje automático tiende a afectar en mayor medida los empleos rutinarios y mecánicos”, explicó en uno de sus apartados del documento “Superar las trampas del desarrollo de América Latina y el Caribe en la era digital”. “Uno de los principales desafíos de la revolución tecnológica es el cambio en la composición del empleo. Si bien la tecnología puede crear nuevas formas de trabajo y mejorar la productividad, también puede desplazar a los trabajadores cuyas tareas son automatizadas, especialmente a los que trabajan en ocupaciones con poca capacidad de adaptación o movilidad hacia otros sectores. Esto a su vez podría exacerbar las desigualdades laborales, sobre todo en regiones como América Latina y el Caribe, donde la estructura económica y laboral puede ser más vulnerable a los cambios tecnológicos”, advirtió en este texto la Cepal. “Es importante notar que mientras el impacto del desplazamiento de empleos puede sentirse rápidamente, la reasignación y creación de nuevas oportunidades laborales suelen tomar más tiempo en manifestarse. Asimismo, si bien la tecnología tiene un gran potencial para mejorar la productividad y el bienestar, su resultado final dependerá de cómo se gestione su implementación”, se observó. HABILIDADES DIGITALES Una herramienta para generar oportunidades El aprendizaje de habilidades y entornos digitales resulta clave para poder afrontar los desafíos de empleo que presenta la región, en un contexto donde no es homogéneo el acceso a estudios educativos superiores. Así, otro apartado del documento de la Cepal refiere al tema, notando desafíos, barreras y oportunidades posibles. “En el ámbito educativo, las tecnologías digitales permiten democratizar el acceso a recursos educativos de alta calidad. A través de plataformas de aprendizaje en línea, aplicaciones educativas y recursos digitales, las personas, sin importar su ubicación geográfica, edad o nivel socioeconómico, pueden acceder a contenidos educativos actualizados y pertinentes”, explicó el documento. “Esto es particularmente importante en una región donde las desigualdades en la calidad y la cobertura de la educación y la formación son muy marcadas, sobre todo entre los territorios o las localidades en un mismo país”, agregó. “Además, las tecnologías digitales, y en particular la inteligencia artificial, pueden ayudar a personalizar el aprendizaje, adaptando los contenidos y métodos de formación a las necesidades individuales y las oportunidades laborales”, precisó. En esta línea, se ponderó la importancia de la educación para cerrar la brecha digital existente y avanzar con mayores y mejores oportunidades laborales para la población. “Las habilidades digitales desempeñan un papel clave a la hora de superar las barreras de la inserción laboral, porque los obstáculos que dificultan el acceso al mercado de trabajo están relacionados, entre otras cosas, con la falta de competencias que permiten acceder a un empleo mejor y, en última instancia, a la inclusión laboral”, detalló el documento “Aquellos empleos que requieren habilidades digitales suelen ser más demandados y, por lo tanto, ofrecer mejores condiciones laborales y salarios más competitivos”, se aseguró. Finalmente, la entidad advirtió de que “por consiguiente, existe una relación positiva entre el desarrollo de habilidades digitales y la capacidad de superar las barreras de entrada al mercado laboral. No obstante, es importante recordar que el desarrollo de las habilidades digitales también está condicionado a su vez por el acceso a la infraestructura y las tecnologías de ese ámbito. CONVOCATORIA Llamado para el Desafío Innovar por el Clima 2025 La Municipalidad de Córdoba, en alianza a Bloomberg Philanthropies, abrieron el llamado para el “Desafío Innovar por el Clima – Edición 2025” y convocaron a organizaciones y jóvenes de la ciudad a postular su propuesta innovadora para combatir las problemáticas locales que genera el cambio climático, indicó el Laboratorio de Innovación Pública y Govtech (Corlab). Según se informó, en esta nueva ronda se buscarán las mejores 17 soluciones de la ciudad, en tres ejes preestablecidos, para ser implementadas en un periodo de 6 meses. La unidad ejecutora de la iniciativa es CorLab, el cual es parte de la Secretaría de Ciudad Inteligente y Transformación Digital de la Municipalidad de Córdoba. En tanto, las 17 propuestas seleccionadas recibirán financiamiento en formato de microsubvenciones de hasta US$5 mil para la implementación de sus propuestas desde el mes de mayo de 2025. “Este programa es posible gracias al Fondo de Acción Climática y Juventud, promovido por Bloomberg Philanthropies, con el apoyo de CGLU – Ciudades y Gobiernos Locales Unidos – y la Universidad Johns Hopkins, quienes han seleccionado nuevamente a Córdoba, junto a otras 91 ciudades de todo el mundo, para ser parte de la segunda edición del desafío”, precisó el comunicado. “Dentro del desafío global, Córdoba se ha destacado por su compromiso con el ambiente, nivel de soluciones seleccionadas y por el acompañamiento técnico en el proceso de implementación a los jóvenes y organizaciones participantes”, detalló.
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