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  • El principio del fin

    » Santafeactual

    Fecha: 18/02/2025 19:41

    “-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño. -¡Dios bendito, escuchen la voz de la inocencia! -dijo su padre; y todo el mundo se fue repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño. -¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada! -¡Pero si no lleva nada! -gritó, al fin, el pueblo entero.” El traje nuevo del emperador (El rey desnudo). Hans Christian Andersen. Cuando dentro de unos cien años los futuros alumnos de historia argentina estudien este período de gobierno experimental libertario, encontrarán muy pocas respuestas a la obvia pregunta de: ¿cómo es que esta generación permitió que nos gobierne un tipo con las facultades mentales notoriamente alteradas, rodeado de personajes tan oscuros como incapaces, empezando por su hermana, una mujer que no superaría una prueba de lectura de séptimo grado de la primaria, y cuya mayor virtud haya sido la de tirar las cartas de tarot y vender tortas por Instagram, y terminando por otros que representan verdaderamente a lo peor de la sociedad?. Porque este grotesco actual no surgió como por arte de magia de la noche a la mañana. Este presidente que como sociedad supimos conseguir, antes de ser electo, a modo de presentación -según los dichos del periodista Hugo Alconada Mon- dijo muy suelto de cuerpo que a su perro Conan (muerto y clonado varias veces) lo había conocido hace dos mil años en el coliseo romano siendo él un gladiador y el mastín un león. Que en esa ocasión recibió una orden de Dios de no matarse mutuamente (porque, cabe agregar, Dios habla con él), se miraron a los ojos con Conan y se juramentaron “salvar” a la Argentina (que no existía obviamente) dos mil años después. Juntos, sí la iban a salvar juntos. Desde ya que dialogar con Dios (obsérvese el grado de megalomanía del sujeto al decir que Dios habla con él y no al revés) no es la única conversación que mantiene con seres invisibles: también habla con su perro muerto. Y esas charlas con Conan no son sólo para pedirle que le dé la patita, sino que recibe órdenes del perro. Sí, órdenes. Toda esta introducción refleja el grado de desquicio y trastorno mental de quien tiene el mandato de conducir los destinos de un país. Si a la anécdota del coliseo romano, cualquier hijo de vecino la cuenta en una peña de amigos, yo creo que todavía se le estarían riendo en la cara y le harían bulliyng por el resto de los días. Esto fue lo que como sociedad, pusimos al frente del país. Esto. La sociedad no puede hacerse la desentendida y debe asumir su responsabilidad, porque estos disparates y tantas otras aberraciones, -algunas incluso cumplidas en forma de decisiones de gobierno- como que “los órganos son un mercado más”, “la compraventa de niños debería ser legal”, “que se muera el que se tenga que morir”, “hasta las calles deberían ser privadas”, “que se junten los vecinos para hacer un puente” e infinitos etcéteras más, fueron dichas ANTES de ser electo. Eso, eligió la sociedad, o cierta parte de ella para ser más justos. El último escándalo por la estafa de criptomonedas pergeñada por un grupito reducido de vivos en las que participó el presidente, deja en evidencia que en el mejor de los casos para él, el especialista en crecimiento económico con o sin dinero, líder mundial interplanetario N° 2 (¿se puede ser tan arrastrado con Trump?), aspirante al Premio Nobel de Economía, admirador de Rocky, Wolverine de las pampas y grasiento y sudoroso novio aparente, no resultó ser el campeón de los campeones que su frondosa imaginación pretendía, sino que resultó ser un simple salame que se dejó engañar por un grupito de estafadores, algunos de ellos, con granos en la cara. Esto, como está dicho, en el mejor de los casos para él. En el peor de los casos, es un vulgar estafador, reincidente, pues ya lo hizo dos veces antes, al que no le importó defraudar a los propios, que cometió el delito quizá cebado por la impunidad con la que se maneja. La impunidad de la que hablo está materializada en absurdas decisiones que configuraron verdaderas estafas a la sociedad previas a ésta, como el bestial ajuste que hizo cargar sobre el pueblo y los sectores más desprotegidos, la quita de medicamentos a los jubilados, el recorte a las provincias, a la educación, a la ciencia y a la salud, la quita de remedios oncológicos, los tarifazos brutales, la falta de entrega de comida a los comedores con los depósitos atestados de alimentos comprados por el gobierno anterior, la paralización de la obra pública, la persecución y censura a artistas, el ataque constante a diversos colectivos, todo esto, en simultáneo con la quita de impuestos a los multimillonarios, las ganancias de los grupos concentrados de la economía multiplicadas por cien, que no fue otra cosa que una formidable transferencia de recursos de los más pobres a los más ricos, los descomunales gastos en aviones F 16, gastos reservados de la SIDE, gastos en represión y periodistas ensobrados. Si pasó todo eso y la sociedad no reacciona, la CGT duerme la siesta y todo el arco político (oficialistas, colaboracionistas y opositores) mira para otro lado, ¿cómo Milei no se va a sentir impune para cometer cualquier tropelía? Pero de pronto ocurrió lo inesperado, y el ex arquero de las inferiores de Chacarita se encontró representándose a sí mismo como el rey del cuento de Andersen: completamente desnudo. En su fallida defensa mediante un “reportaje” guionado y sumisamente aceptado por el operador con exceso de lactosa que va todos los fines de semana a Olivos a escuchar música clásica y ver ópera con su entrevistado, Milei parecía un niño (en realidad lo parece siempre) que es sorprendido robando un caramelo. No hay que ser experto en lenguaje gestual y corporal para advertir que estaba mintiendo: con los hombros encogidos, balbuceante, timorato, pálido, maquillado otra vez a la cal, ante la pregunta de si él sospechaba de alguien de su entorno muy cercano, no dudó en auto inmolarse con tal de defender a ese alguien que evidentemente debe querer mucho. Y tampoco es necesario ser un genio para darse cuenta que al único ser bípedo que quiere en esta tierra es a su hermana. Asumió, ante 47 millones de argentinos su rol de estúpido con carnet homologado, con tal de salvar la imagen de la tarotista, que evidentemente fue el nexo que acercó a las partes para gestar y concretar la mega defraudación. Lo que pasó con Jony Viale y su “reportaje Vívere” todos lo sabíamos. Ocurre que con esa filtración del material sin editar, nos pasó lo que le pasa al marido cornudo que por años sospecha que la mujer lo engaña y un buen día sin querer y de repente, la encuentra saliendo con otro tipo de un motel. Lo del reportaje guionado, cortado, grabado varias veces, y editado, debería figurar como material obligatorio para los estudiantes de periodismo, para que sepan bien que Jony Viale no es periodista, sino un vulgar operador que trafica información aparente bajo la fachada de periodismo, a cambio de mucha guita. Sí, de mucha. No es el único Jony, hay que ser justo. Son varios los perritos cabeceadores de luneta de auto cada vez que lo entrevistan. Están Trebucq, Majul, Rossi, Wiñazki y Laje, entre muchos otros. A éste último, últimamente se le está haciendo muy notorio su permanente intento de arrojarse de panza sobre la granada con tal de salvar las burradas de Milei. En la primera aparición televisiva del “cara de megalito de la Isla de Pascua” Adorni post escándalo, mientras trataba de suavizar los efectos de la interrupción de la entrevista cuando Milei se estaba empantanando solito al hablar de que “de los asuntos judiciales se va a encargar Cúneo Libarona, que es el ministro de justicia”, al bueno de Antonito no se le ocurrió mejor idea con tal de salvar al soldado Milei herido de gravedad, que decir que “no tenía nada de malo eso que había dicho”. No Laje, no digas burradas, no. Está muy mal lo que dijo porque un ministro de justicia no está para hacer de abogado personal del presidente. Lo que rápidamente le quisieron evitar a Milei con la interrupción, fue que cometiera un nuevo delito, además de la estafa: el consagrado en el art. 256 bis del Código Penal Argentino, que establece que “la pena por ejercer tráfico de influencias, será reprimida con reclusión o prisión de uno a seis años e inhabilitación especial perpetua para ejercer la función pública”. Si la filtración de la entrevista sin editar fue un accidente o fue a propósito, quedará en la duda siempre, pero a mí me cuesta creer que en esos niveles de profesionalización haya habido un mero descuido. Teniendo en cuenta que la nota fue emitida por la pantalla de TN que mantiene un estricto control de sus contenidos, yo me permito pensar que lo ocurrido no fue otra cosa más que un mensaje, típicamente mafioso. Magnetto sin hablar, le mandó a decir a Milei: -“Ojito nene con tus delirios de grandeza que acá el que manda soy yo. Y ojito con esa idea loca de terminar con el partido que es mi garantía histórica de negocios asegurados: el PRO”. Todo eso, dicho en simultáneo con la segura imagen de Macri recostado en su infaltable reposera con los brazos cruzados en la nuca, y sin poder reprimir esa (también infaltable) sonrisita de garca que tiene. Y en esa "advertencia", Magnetto le dejó en claro al presidente que no le importó sacrificar a unos de sus alfiles (como lo hizo en el último tiempo con Lanata), con tal de dejar que el mensaje llegue bien clarito. Y a fuerza de ser sincero y sin que se ofenda ninguna de las almitas de cristal que pululan por las redes, la caída en desgracia de Jony Viale a mí me provoca la misma congoja que me provocaría ver arder en llamas s la mansión del magnate Joe Lewis. No creo francamente que vaya a pasar algo con la causa de la estafa cripto con la justicia que tenemos en nuestro país. Ya aparecerá seguramente algún Ercolini de la vida que diga que no hay delito, y mucho menos avanzará el pedido de juicio político contra el presidente en el congreso. Todo esto a pesar que la participación necesaria de Milei en el delito de estafa está palmariamente demostrada por la circunstancia objetiva de que sin su tuit, la defraudación no se hubiera perpetrado. Y como fue dicho antes, para aquellos que no quieran ver actividad delictiva en el presidente, les aclaro que no les quedará otra salida que reconocer que es un imbécil, incapaz e inepto, que no está preparado ni es idóneo para ostentar el cargo que tiene. A pesar de todo ello, difícilmente en Argentina pase algo importante con esta causa, más allá del notorio impacto negativo en su imagen pública. Hay que ver cómo reacciona Milei, sobre todo teniendo en cuenta su inestable personalidad, ante la toma de conciencia de que no es el Wolverine que él (y quien le pintó y regaló el cuadro) pensaban que era, sino que a partir de ahora la gente lo verá más bien como a un Petronilo cualquiera –aquél entrañable personaje de Carlitos Balá- que se dejaba engañar fácilmente en cada ocasión. Pero para mayor “desgracia del desgraciado”, el asunto es que este escándalo ha trascendido nuestras fronteras, y se han visto estafados muchos ciudadanos de otros países, sobre todo muchos de Estados Unidos. No creo que las víctimas del país del norte se queden de brazos cruzados, supongo que irán a fondo para tratar de recuperar lo suyo. Y si la conducta desplegada por Milei y su entorno en nuestro país constituye delito, en Estados Unidos también lo es, y encima, la pena es mucho más severa. Bastará que un juez penal de allá lo cite a indagatoria, para que al fan de Stallone le empiecen a temblar las piernas. De lo que no quedan dudas, es que si Milei termina preso, no será en nuestro país. ¿Es tan descabellado imaginar un acto de justicia poética, como sería el hecho que termine tras las rejas en su amado país del norte? Nadie lo sabe realmente. Pero todo parecería indicar que al menos si no se da eso, lo que sí es más probable, es que estemos en presencia del principio del fin de los sueños de megalomanía de un personaje cuasi circense, de figura grotesca, un mamarracho impresentable que además del espanto que provoca cada una de sus apariciones, es indolente, cruel, corrupto, desequilibrado y mentiroso. Y con todo eso a cuestas, un buen día, por insólito mandato popular, se encontró decidiendo los destinos de la Argentina. Ignacio de Tuati Abogado egresado de la UNL Sarmiento 1752. Santo Tomé. Te: 342-5462895 drdetuati@hotmail.com

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