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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 18/02/2025 14:51
Petrona Jerez, participante de Gran Hermano, a solas con Infobae Un día, Petrona Jerez juntó valor para cumplir el sueño de su vida. A escondidas de su marido, se presentó en la convocatoria itinerante en su Tucumán natal para participar de una nueva edición de Gran Hermano. Sabía que con eso alcanzaba, y no necesitaba el visto bueno de ningún productor. Tenía la seguridad absoluta de que iba a atravesar la puerta e ingresar la casa más famosa del país. No fue la única premonición que tuvo esta mujer de 53 años, enfermera, repostera y una de las participantes más queridas por el público en esta edición del reality de Telefe. “Yo pienso que todo sueño, y el que sueña con fe se le cumple”, asegura en esta entrevista con Infobae, donde repasa una vida de sufrimientos y gratificaciones, que se originó en una cruda historia familiar y se potenció con la fama que cosechó en el reality. —En la casa vos decías que tenías visiones, estos sueños premonitorios que te acompañaron toda tu vida. Contame un poco de eso. —Mi abuelito, que murió a los 41 años, y nadie sabía bien. Pero cuando murió encontraron un montón de libros No era un brujo, pero tenía su don. —Como un sexto sentido. —Sí. Y mi mamá siempre me decía que había salido a mi abuelo. Cuando mi papá murió, estaba trabajando en un centro de hemodiálisis. Estaba internado, le habían operado la cabeza porque se hizo un coágulo una vez que se cayó. Yo presentí a las 9 y 20 que mi papá se había apagado. Ese día, el doctor me dice “te podés ir porque al mediodía lo vas a ver a papá”. Y cuando llego a la clínica, lo veo al hermano de mi papá llorando y me dice “papá murió a las 9 y 20. Y después que yo pasé el duelo de las nueve noches, le cuento a mi mamá y a mis hermanas que yo ya sabía que papá había muerto temprano y estaba enojado con ellos porque no me avisaron. Entré al cuarto, lo levanté a mi papá, que pesaba 130 kilos, y le preguntaba por qué me había fallado de esa manera. Y me costó mucho recuperarme. Es más, le pedí tanto a él, a su alma, que me diera una señal, que de noche le hablaba como si estuviera con él. Y te cuento algo que no me vas a creer… la imagen de su cara estaba en la pared de donde yo vivía. Le saqué una foto. La puse en una computadora donde se me echó a perder la computadora y no pude recuperar la foto. También presentí la muerte de mi mamá. Soy la más chica de toda de mis hermanas, pero parecía que fuera la madre, porque era la más fuerte, la que los llevaba al médico, la que se preocupaba que no le faltara nada a mis hermanos, que ellos estuvieran bien y mi mamá también. Petrona Jerez en los estudios de Infobae (Candela Teicheira) —¿Y te pesó toda esa responsabilidad que tuviste? —No, porque lo sigo haciendo. El 28 de diciembre hizo un año de la muerte de mi hermana, de 54 años, estaba en la casa de Gran Hermano y me sentí triste. Tengo una hermana de 58 que también le hacen diálisis y tengo mi hermana, que es la mayor, tiene 63 años, tiene un leve retroceso mental, problemas en los riñones y tiene múltiples quistes en el hígado. Y un hermano que sufre de una adicción al alcohol. Quiero viajar para poder sacarlo de eso, porque sufro mucho por ellos. Yo en la casa soñé que estaba todo mal y era así. Cuando tuve la oportunidad de hablar con mi esposo hace poquito, me dice “pasamos muy mal las fiestas, pasaron cosas feas que yo no quería demostrarlo cuando fui al ‘Congelados’ porque quería que te sintiera feliz ahí donde vos siempre soñaste”. Todo se me da en esta vida, será porque soy buena con todo el mundo y ayudo. Yo pienso que Dios multiplica mucho las cosas cuando las personas son humildes y no pierden la humildad. —Es una situación agridulce. Tu familia está pasando un momento muy difícil y por otro vos estás cumpliendo un sueño. —La verdad que sí. Si no me avisaba mi sueño que las cosas estaban mal, capaz que persistía y todavía estaba en la casa. Pero no me arrepiento de nada, porque yo nunca perdí la fe. Veía la tele y le decía a mi esposo: “Algún día voy a entrar por esa puerta…”. Y nunca perdí la fe. —¿Y él que te decía? —“Subite al caballo… ¿Quién sos vos para entrar por esa puerta que entran solo los que tienen plata?”, me decía (risas). Pero yo siempre me tuve fe. Pobrecito, si supiera que me fui a escondidas de él a hacer la fila. Yo salí al aire y mi suegra le manda un mensajito de audio, no lo podía creer. Y cuando llegué a la casa, lo saludé y pasó de largo al dormitorio. —¿Enojado? —Sí, pero después me vio triste y me pidió perdón. Me preguntaba si estaba segura de lo que iba a hacer y yo le decía que sí. —¿Y qué te dijo cuando entraste? —Lo llamé y se lo conté llorando. Pensó que me había enfermado, que me había pasado algo. “Me llamaron de Gran Hermano, tengo que viajar ya mismo porque me tengo que presentar en el casting”. Cada cosa que me pasó lo disfruté y cada instancia que iba pasando, más me ilusionaba. Y cuando me dijeron que había quedado fue el día más feliz de mi vida, no te imaginás. Una mezcla de cosas, de dejar la familia lejos. Ellos me decían que no iba a aguantar, porque soy muy apegada a la familia, hasta que me vieron con, las valijas, los bolsos. Me fueron a despedir y ya quedé aislada. Nunca pensé que él podría entrar en el congelado, porque es una persona muy tímida. Y cuando lo vi me largué a llorar porque ni siquiera tartamudeó para decirme las cosas. "Se me da todo en esta vida, será porque soy buena con todo el mundo y ayudo", dice Petrona Jerez —¿Cómo fue ese diálogo? —Me dijo “no llores, Estoy aquí, soy el amor de mi vida. Sé fuerte, no llores porque las mujeres no nacieron para llorar, sino para ser felices”. Yo le hacía gestos con los ojos para que me besara, que me mordiera, o algo, y él no entendía. Me dio creo que dos o tres besos nada más y me agarró la mano, y yo apreté con las uñas como diciéndole que se acercara. Claro que él está en tratamiento psicológico, psiquiátrico y traumatológico, porque tuvo un accidente muy feo en el 2006, lo pasó una camioneta por encima y hasta el día de hoy está en la lucha. Le querían amputar la pierna, porque tenía fractura expuesta con pérdida de masa muscular. Tiene clavos en la pelvis, tiene tornillos en las caderas, tiene titanio en la cabeza, se le atrofió un riñón y perdió mucha parte del hígado. Yo fui su enfermera personal, lo cuidé mucho cuando tenía que ponerle las drogas. Estuve al lado de él, animándolo, porque la vida es tan bonita. Y Dios le dio la posibilidad de seguir gozando de la vida. —Siempre estás acompañando. ¿En algún punto crees que tuviste una vida muy difícil? —Yo creo que Dios me puso este camino y en esta vida para ayudar, para ser una buena persona. Y yo sé que soy una buena persona, no tengo duda. No tengo maldad con nadie, me hablo con todo el mundo. Capaz que me enojo un ratito, pero al otro día te invito a tomar un mate a casa. Mis hermanas me admiran, dicen que soy un ángel. Bueno, por algo Dios me creó así. —Y tu sueño de entrar a Gran Hermano siempre estuvo… —Siempre. Toda mi vida soñé con eso. No sé por qué, pero desde chica estudié teatro, desde los ocho años hasta los 15, y me encantó. —¿Y tus papás te apoyaron en ese sueño de seguir con la actuación? —A mi papá le encantaba que yo me dedicara a la actuación, a la natación, bailaba danza española; hice cursos de corte y confección, de depilación, de repostería. Hice muchas cosas. —¿A qué se dedicaban tus papás? —Mi papá trabajaba en el ingenio, en la parte de la usina. Y mi mamá era ama de casa. Petrona Jerez abrió su corazón y reveló su dura historai familiar —Y vos con ese deseo de ser actriz. —Y si se da, que sea lo que Dios quiera —¿Crees que la edad es un impedimento? —No, jamás. Ni la edad, ni nada. Yo tengo todas las cualidades de ser mala, buena, comprensiva, llorona. El otro día hicimos un teatro en el streaming, como que yo me enamoraba de Jorge y estuvo hermoso. —Y hablando de amores y de Jorge, contaste dentro de la casa que una vez te fue infiel. —Sí, cuando nos tuvieron atadas con Sandra, yo parecía perrito faldero porque andaba por detrás de ella. En eso, cuando vamos a fumar le digo “Sandra, ¿alguna vez te fueron infiel a vos?” Y ella también me preguntó. “ Sí, pero no sé cuántas veces porque yo no me enteré”. Pero fue una joda para que ella hablara. —¿Él nunca te fue infiel? —No, nunca. Fue una excelente persona y si lo habrá hecho, lo habrá hecho. Nunca me enteré. —¿Y cómo se tomó Jorge cuando dijiste en televisión que él te había engañado? —Bien, porque él sabía que yo estaba mintiendo, que era todo teatro, que era más que nada para jugar una estrategia mía. Petrona Jerez siempre supo que iba a entrar a Gran Hermano —¿Qué significa para vos salir de la casa y sentir tanto apoyo y tanto amor de la gente? —Me siento tan feliz y orgullosa de mí que no puedo creer que me hayan llamado de España, de Brasil, de Salta, de casi todas las provincias de la Argentina. Me mandaron hermosos mensajes, “volvé, Petro, te extrañamos desde que no estás en Gran Hermano, ya no lo veo”, y cosas así. —¿Cómo es venir de Tucumán a Buenos Aires y de golpe ser recontra conocida? —Es impactante. Te da esa sensación de emoción, de interesante, de creerte una superestrella. A mí me encanta, y pasa cada cosa... Un día una señora me pide que la abrace fuerte, que estaba pasando un momento muy duro con su hijo internado en una clínica. ”Pasé tantos momentos tristes con mi hijo en terapia, que por lo menos me diste alegría al verte en la tele, me subiste el ánimo”. Con mi locura, con mi simpatía, con mis bromas, que es como soy en la vida. —Es muy gratificante para vos no solamente ayudar a tu familia, sino también a desconocidos. —Claro, ellos son de Tandil, y me decían que tenían el ánimo por el suelo, pero al verme en la tele les levantaba la fe, porque yo había contado adentro de la casa el accidente que tuvo mi esposo. Y yo les dije que no pierdan la esperanza. Fotos: Candela Teicheira
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