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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 18/02/2025 14:34
Las células CAR-T han demostrado ser eficaces en la lucha contra el cáncer, proporcionando remisiones duraderas en pacientes con neuroblastoma agresivo (Europa Press) La niña tenía cuatro años cuando llegó al Texas Children’s Hospital de Houston, en EEUU, para recibir una terapia altamente experimental contra el cáncer de células nerviosas. Los tratamientos estándar no habían logrado detener el cáncer, que se había extendido a los huesos, y el pronóstico era malo. Corría el año 2006, y un equipo de investigadores del Texas Children’s Hospital y el Baylor College of Medicine decidió iniciar un innovador ensayo clínico para tratar a niños con neuroblastoma, un tipo de cáncer agresivo que afecta las células nerviosas. En ese momento, la terapia con células CAR-T era una estrategia experimental con resultados inciertos. Casi dos décadas después, el caso de una paciente tratada a los cuatro años de edad se convirtió en la remisión más prolongada registrada con este tipo de tratamiento. Según el estudio publicado en Nature Medicine, la mujer lleva 19 años sin signos de la enfermedad ni necesidad de tratamientos adicionales, y logró tener dos hijos sanos. Esta fotografía de diciembre de 1993, tomada con un microscopio electrónico y facilitada por el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos muestra un neuroblastoma típico con formación de rosetas (Dr. Maria Tsokos/Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU. vía AP) Las células CAR-T (Chimeric Antigen Receptor T-cell) han revolucionado el tratamiento de ciertos cánceres hematológicos, como la leucemia y el linfoma, al modificar genéticamente los linfocitos T para que ataquen de manera específica a las células tumorales. Se trata de células inmunitarias que fueron diseñadas para producir una proteína llamada receptor de antígeno quimérico (CAR). Esta proteína está diseñada para adherirse a un objetivo que se encuentra en una célula cancerosa, lo que hace que la célula inmunitaria la ataque y la destruya. Sin embargo, su eficacia en tumores sólidos, como el neuroblastoma, sigue siendo un desafío. En el caso analizado, la paciente recibió una versión de CAR-T de primera generación, menos desarrollada que las actuales, lo que hace que su remisión prolongada sea un hallazgo de gran interés para la investigación oncológica. El tratamiento con células CAR-T ha permitido que una paciente esté libre de cáncer tras más de 18 años, un récord en el tratamiento de tumores sólidos (Europa Press) Resultados de un ensayo pionero El ensayo clínico trató a 19 niños con neuroblastoma entre 2004 y 2009. De ellos, 11 tenían la enfermedad activa al momento de recibir la terapia. Aunque 12 pacientes fallecieron por la progresión del cáncer, el estudio confirmó la seguridad del tratamiento y permitió seguir de cerca a siete sobrevivientes. De estos, cinco continuaron libres de la enfermedad durante al menos 13 años. El caso más destacado es el de la paciente que hoy lleva 19 años sin cáncer. “Era una especie de biología sintética extraña. ¿Funcionará realmente?”, recordó Helen Heslop, directora del Centro de Terapia Celular y Génica de la Facultad de Medicina Baylor, en el artículo publicado en Nature Medicine. En aquel momento, la terapia con células CAR-T carecía de los elementos de optimización que hoy permiten potenciar su efectividad. Sin embargo, los investigadores detectaron que en los pacientes con remisión prolongada, las células modificadas persistieron en el organismo durante al menos cinco años, lo que podría haber contribuido al éxito del tratamiento. El ensayo clínico se basó en un tipo de CAR-T diseñado para reconocer la proteína GD2, altamente expresada en las células tumorales del neuroblastoma. En la actualidad, los tratamientos con células CAR-T se han refinado con moléculas coestimuladoras que aumentan su eficacia. Aunque el tratamiento CAR-T de primera generación es menos avanzado, ha mostrado resultados sorprendentes en la remisión de neuroblastoma en niños (Universidad de Sevilla) “Se trata de un estudio antiguo que comenzó en 2004, por lo que el constructo CAR que utilizamos no contiene moléculas coestimuladoras como los CAR más recientes”, explicó Heslop. A pesar de ello, la terapia demostró su seguridad a largo plazo, ya que las complicaciones observadas en los pacientes estuvieron relacionadas con tratamientos previos de quimioterapia o radioterapia, y no con la terapia celular. El valor real de estos resultados en la paciente tratada a los 4 años demuestra que los CAR-T son medicamentos seguros y pueden ser eficaces a largo plazo en niños con tumores sólidos agresivos, contribuyendo al control de la enfermedad, según afirman los especialistas, ya que además de remitir el cáncer, los efectos no deseados a largo plazo de la terapia con células CAR-T son mínimos. Sobre el diseño del estudio, permitió comparar dos estrategias de fabricación de CAR-T a partir de las células de los pacientes: una basada en la activación “no supervisada” de linfocitos T y otra en la estimulación específica de linfocitos T dirigidos contra el virus de Epstein-Barr, (VEB). Un avance con implicaciones futuras Los estudios sobre CAR-T continúan explorando la posible aplicación en tumores sólidos, con avances prometedores en la lucha contra tipos de cáncer raros ( Andina) El caso de esta paciente representa una evidencia alentadora sobre el potencial de las células CAR-T en tumores sólidos. Actualmente, la FDA aprobó siete terapias con CAR-T desde 2017, principalmente para cánceres hematológicos. Sin embargo, replicar estos resultados en tumores como el neuroblastoma sigue siendo un desafío. “Esto me da mucha esperanza. Vamos a conseguir que las células CAR-T sean útiles para las personas con tumores sólidos”, afirmó la oncóloga pediátrica Sneha Ramakrishna, de la Universidad de Stanford. En la actualidad, investigadores trabajan en nuevas estrategias para mejorar la eficacia de esta terapia en tumores sólidos. Uno de los enfoques explorados en el Centro de Terapia Celular de Baylor es la incorporación de un receptor constitutivo de IL7 en un CAR dirigido a GD2 para potenciar su actividad. El objetivo es superar las barreras impuestas por el microambiente tumoral, que limita la acción de las células inmunes. Antonio Pérez Martínez, jefe de Hemato-Oncología Pediátrica en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, destacó que el neuroblastoma de alto riesgo presenta tasas de supervivencia a cinco años cercanas al 50%. Los resultados de la terapia CAR-T para neuroblastoma destacan por la persistencia de células modificadas en los pacientes, incluso muchos años después del tratamiento (Europa Press) “La plataforma CAR-T utilizando esta diana terapéutica demostró seguridad y viabilidad y también eficacia, sobre todo en los pacientes con menor carga tumoral”, explicaron los científicos en el estudio publicado. A pesar de que los CAR-T de primera generación ya no se utilizan, el estudio muestra que incluso estas versiones primarias pueden ofrecer remisiones prolongadas El caso de esta paciente, con un seguimiento de casi dos décadas, refuerza la importancia de la investigación en terapia celular. La persistencia de las células CAR-T en su organismo sugiere que podrían ofrecer un efecto terapéutico a largo plazo, incluso en ausencia de los avances actuales en su diseño. Como destacó el oncohematólogo Carl June, pionero en la investigación de CAR-T, “el límite es el cielo”.
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