12/02/2025 23:37
12/02/2025 23:37
12/02/2025 23:36
12/02/2025 23:36
12/02/2025 23:35
12/02/2025 23:35
12/02/2025 23:34
12/02/2025 23:34
12/02/2025 23:33
12/02/2025 23:33
» Elterritorio
Fecha: 12/02/2025 18:14
La histórica tormenta de nieve ha dejado al menos 12 muertos y 158 heridos en Fukushima, Niigata, Toyama y otras prefecturas. Calles y carreteras han desaparecido bajo montañas de nieve de hasta tres metros, mientras las autoridades luchan por rescatar a los atrapados y evitar más colapsos miércoles 12 de febrero de 2025 | 17:19hs. El silencio de la nieve lo envuelve todo en Fukushima, Niigata, Toyama y el resto de las prefecturas afectadas. Pero no es un silencio sereno, sino el de un país paralizado: calles que han desaparecido bajo un manto blanco, tejados colapsados, carreteras inexistentes. Es el sonido del aislamiento, del peligro latente en cada rincón cubierto por el hielo. Desde el pasado 4 de febrero, la tormenta no ha dado tregua. La nieve ha caído sin piedad, acumulándose a una velocidad alarmante, con más de un metro y medio en menos de 24 horas en algunas zonas. Ahora, con el frío cediendo por momentos, emergen las cicatrices de la catástrofe: 12 muertos, 158 heridos y decenas de personas atrapadas en hoteles de montaña. Avalanchas y evacuaciones en Fukushima En Fukushima, la tormenta golpeó con una ferocidad inusitada. Durante la madrugada del lunes, un alud bloqueó el único acceso a tres establecimientos en la montaña, dejando a 62 personas atrapadas. Cuando las autoridades lograron despejar el camino, otra avalancha volvió a sellar la salida. Finalmente, este miércoles, un helicóptero de los equipos de prevención de desastres de Gunma evacuó a 40 personas, entre ellas 17 huéspedes que pedían regresar a casa. Ciudades enterradas bajo la nieve Las imágenes captadas por los medios muestran ciudades sumidas en un invierno extremo. Las calles han desaparecido bajo montañas de nieve de hasta tres metros de altura, dejando apenas pasillos estrechos donde los transeúntes avanzan con dificultad, envueltos en abrigos gruesos. Sus rostros apenas se distinguen: solo el aliento humeante y las capuchas cubiertas de escarcha rompen la monotonía helada. Los automóviles han quedado reducidos a bultos irreconocibles, completamente cubiertos por capas endurecidas de nieve, con los parabrisas convertidos en murallas blancas. En las afueras, los árboles han quedado atrapados en un letargo de hielo, con ramas retorcidas bajo el peso de la nieve. Gigantescos carámbanos cuelgan de los tejados, brillando bajo el sol tenue antes de desprenderse y estrellarse contra el suelo con estruendos secos. Hospitales saturados y peligro en los tejados En las prefecturas más afectadas, como Niigata, Yamagata, Toyama y Fukui, los hospitales han registrado una oleada de pacientes con fracturas y contusiones, la mayoría víctimas de resbalones o del desprendimiento de nieve acumulada en los tejados. La Agencia de Gestión de Incendios y Catástrofes ha instado a la población a evitar limpiar los techos sin ayuda profesional, debido al alto riesgo de caídas y colapsos. "No es la nieve lo que mata", advirtió el ministro de Gestión de Desastres, Manabu Sakai, en una rueda de prensa. "Son los techos que ceden, las caídas desde escaleras, la falsa seguridad de pisar donde no se debe". En Niigata, tres personas murieron en accidentes relacionados con la nevada. En Fukushima y Shimane, se registraron dos fallecidos por prefectura. En Yamagata, Toyama, Ishikawa, Fukui y Nagano, al menos una víctima fatal en cada una. La maquinaria pesada lucha por devolverle a Japón su ritmo Mientras tanto, en las ciudades, excavadoras y camiones de carga han tomado las calles, acompañados por brigadas enteras de trabajadores con palas, tratando de abrir paso entre el hielo y devolverle a Japón su ritmo habitual. Pero la tormenta aún no ha dicho su última palabra.
Ver noticia original