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» Diario Cordoba
Fecha: 12/02/2025 15:55
La teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durántez, pidió al juez central de lo Penal, José Manuel Fernández-Prieto la condena del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales a dos años y medio de cárcel y a año y medio de los tres exaltos cargos de la federación con los que comparte banquillo por el beso que propinó a Jenni Hermoso tras lograr el Mundial. En un informe de conclusiones de casi un par de horas la representante del ministerio público se permitió cuestionar algunas de las preguntas que dice se ha visto obligada a hacer a la víctima de la agresión sexual para conseguir la condena. "¿Hasta cuándo vamos a pedir a la víctima un comportamiento heroico?", lamentó. La fiscal se mostró contundente a la hora de pedir al juez que condene a los acusados: "Su deber, y lo sabe mejor que yo, es aplicar la ley y no apartarse de la jurisprudencia. Es cuestión de justicia" que los cuatro sean condenados, porque hay prueba suficiente de que no existió consentimiento y de que luego se presionó a la jugadora para tratar de ocultarlo, porque Rubiales "no era una presidente que mandara mucho, es que lo mandaba todo", argumentó. Así, afirmó que la declaración de Jenni Hermoso siempre había sido coherente: nada más bajar del pódium ya mostró "su sorpresa" y "su estado de shock" por lo que había hecho Rubiales, lo que casa mal con que diera su consentimiento, como argumenta el acusado. Criticó que se haya puesto en duda su comportamiento y que se tenga que seguir "preguntando a las víctimas de una agresión sexual por qué se alegran, por qué lo celebran, por qué su comportamiento fue de estar feliz". "¿Hasta cuándo vamos a pedir a la víctima un comportamiento heroico? ¿No podía celebrar ser campeona del mundo?", se preguntó retóricamente la representante del ministerio público que recordó que Hermoso había manifestado que "tenía sentimientos encontrados" y que no quería "empañar la celebración" por haber obtenido el Mundial. "No quería que esto quedara como el beso a Jennifer Hermoso, sino que España había quedado campeona del mundo", explicó para más adelante admitir: "Va a ser 'Jennifer Hermoso la del beso', ¿por su culpa? No, por la del que se lo dio". Por esa circunstancia solicita que sea indemnizadacon 100.000 euros, 50.000 por el delito de agresión sexual y otros tantos por las coacciones, que en su opinión se produjeron "en el vestuario, en el autobús, en el avión y en Ibiza". La representante del ministerio público, que hizo un amplio recopilatorio de las sentencias del Supremo sobre agresiones sexuales similares, se mostró tajante: "No hubo consentimiento, no hubo pregunta, no hubo respuesta, fue inesperado y sin opción de reacción por parte de la víctima. No afecta que no haya acto libidinoso", argumentó para convencer al juez Fernández-Prieto de que condene a los acusados, a los que no gustó el informe fiscal porque por "cinco veces" tuvo que pedirles silencio el magistrado. "La indignidad y humillación para la víctima fue mayor, porque lo vio todo el mundo" y procedía de "su superior", aseguró Durántez, aunque, según explicó, solicita la pena mínima para Rubiales, porque el delito de agresión puede llegar hasta los cuatro años de cárcel. El otro año y medio de cárcel que solicita tanto para él como para el exseleccionador nacional femenino Jorge Vilda, el exdirector del marketing Rubén Rivera y el exdirector deportivo de la masculina Albert Luque responden a las coacciones que considera que cometieron, "no preocupados por la víctima, sino porque no se les acabara el chiringuito". Argumentó que Rubiales le pidió a la que era directora de fútbol femenina, Ana Álvarez, que hiciera salir del vestuario a Hermoso para atajarlo, pero la jugadora se negó. Coacciones que se reprodujeron en el avión, donde ella sigue negándose y, por eso, Rubiales le pide a Vilda que vaya a hablar con el hermano, como declaró como testigo Rafael del Amo, exvicepresidente de la Federación, y corroboraron el resto de jugadoras: Misa Rodríguez, Alexia Putella, Irene Paredes y Laia Codina. En cuanto a la primera declaración del hermano a los medios en los que admitió que "había mentido" para ayudar a su hermana, la fiscal aseguró que "a la prensa se le puede mentir, no es un delito, pero al juzgado, no". "No me cabe duda de que dijo la verdad" en el plenario, cuando dijo que quería "proteger a su hermana", algo que para la fiscal estaba justificado, porque se puso en marcha "la maquinaria de la RFEF contra ella, tratando de desacreditarla por todas las formas posibles", lo que considera una de las "consecuencias personales" con las que le advirtió Vilda. Las profesionales también las esgrimió Luque, cuando, según Ana Ecube, la amiga de Hermoso que la acompañó a Ibiza, le envió los mensajes en los que le advertía de que se iba "a quedar muy solita". La fiscal también negó que fuera a hablar con ella como amigo, porque mencionó expresamente su cargo en los mensajes con los que la amenazó. "Si la quieres ayudar y tanto te importa, no la castigues" no convocándola, añadió Durántez, que argumenta que "conocedores de la situación, cada uno con su actuación individual" intentan presionarla. Además, justificó sus primeros testigos, todos ellos exaltos cargos de la Federación a la que llegaron de la mano de Rubiales, para que se viera que son unos "chulos" y su "modus operandi", porque si él caía "se caían los demás". "A ellos no les echó la señora Hermosa, se echaron solos", afirmó para recordar que no solo dependían de Rubiales en la Federación, sino que incluso compartían empresas. "Hay una contumacia (tenacidad en mantener el error) entre todos los acusados que hace que las coacciones sean graves", a lo que se suma que ella era una jugadora que acababa de ser víctima de una agresión sexual y "estaba destrozada", mientras ellos eran altos cargos de la Federación. La fiscal concluyó con un "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio" del "genio" Joan Manuel Serrat para insistir una vez más en la condena de los cuatro acusados.
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